Discos

Mayor McCA – Cue Are Es Tea You (We Are Busy Bodies/ Side Salad/Lime)

Hay gente que tiene muchas cosas que contar. Empiezan hablando de algo para saltar, sin tiempo más que para coger aire, a otro tema, y a otro y a otro, de forma compulsiva y pasional. A veces divagan y se dispersan, muchas veces imaginan y adornan, pero aquellas que tienen cosas que contar suelen ser personas interesantes a las que, tras un rato de soliloquio, sueles despedir con una ligera sonrisa en los labios. Algo así pasa con este disco de Mayor Mcca.

Christian Anderson Smith, aka Mayor McCa, es un artista canadiense reubicado recientemente en Londres. Es, literalmente, un hombre orquesta con mil historias que contar y muchas de ellas están en este disco, Cue are es tea you, con un título tan alucinante como la música que contiene. Abres el libreto y al encontrarte con esa parrafada enorme con todas las canciones seguidas, sin título y sin separación entre ellas, ya sabes que no puedes esperarte un disco convencional. Y no lo es: las canciones saltan de una a la siguiente sin pausa, sin dar tiempo a decir “menuda paranoia es esto!”.

El disco está dividido en cinco partes, cada una de las cuales se corresponde a una de las palabras del título. Cue, formada por los tres primeros cortes, son tres preciosas canciones de amor (especialmente bella es “Watch out”) con un regusto al pop folkie de los Beatles de “Nowhere man”, de una belleza primitiva y un punto entre esperanzado y nostálgico.

En Are, la segunda parte, encontramos a un Mayor McCa delirante, cercano a la psicodelia más ácida de finales de los 60 y principios de los 70, con guitarras afiladas, voces sucias y gritonas y letras entre lo disparatado y lo costumbrista.  Desatado, balbucea en “Writer’s Blahk” y se enciende en “Hair farmer”.

Vuelve, en Es, a serenarse con dos temas folkies (“How 2 right a song” y “A birthday song”) que muestran a Mayor McCA deprimido y cabizbajo, al borde de la desesperanza. Pero que pronto muta de nuevo en la cuarta parte, Tea, que encuentra en “You” la canción más pop del disco y en “Dear” un tema que recuerda a Lennon en estilo, voz y sonido. Y entonces vuelve a hacer un quiebro para salirnos con “DGU” un tema de ritmos hip-hop suaves cercanos a un alt-rnb, si eso es posible.

Despide el disco el último bloque, You, contemplativo y lento, donde desde “Take care” hasta “Bed” el canadiense se presenta más meditativo que deprimido, más sereno que angustiado y con un sonido íntimo y ambiental que despide el disco de forma tranquila y reflexiva, dejándonos con una ligera sonrisa.

Un disco, pues, ecléctico y heterogéneo, con su punto de locura y, por qué no, freakismo y  aunque se echan de menos algunos melodías más resultonas y punzantes, se debe reconocer en él a un cantautor complejo y entretenido con historias más que de sobra. Uno de esos artistas que prometen tanto por lo que ya hay como por lo que se intuye que puede haber.

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