Entrevistamos a Manola, que debuta con ‘El Sótano’
Tiene talento, voz, elegancia, efluvios del pasado muy bien traídos al presente. Un halo de soul setentas que a su pop le sienta sumamente bien y que ella ha sabido plasmar en un disco tan bien cincelado como El Sótano (Calavertita Records, 2024), que la gaditana Teresa Ríos (Manola) ha tardado años en componer y ha producido junto a Álex Fernández, de Vera Fauna.
Un disco que demuestra que la teclista de Rufus T. Firefly tiene muchas cosas que ofrecer, entre ellas que es una excelente compositora e intérprete capaz de hacer un álbum debut tan compacto y sobresaliente como éste, producto, además, de una catarsis vital. De todo eso hablamos con ella en esta sustanciosa entrevista.
«En este disco hay influencia emocional y musical. Y creo que ha sido más importante la emocional esta vez»
Enhorabuena por este excelente disco, que realmente considero que es de lo mejor que he escuchado este año a nivel nacional ¿Qué sensaciones tienes respecto a la aceptación que está teniendo?
En primer lugar, quería darte las gracias por escucharte el disco y en segundo, por querer hacerme una entrevista. Creo que cuando haces un disco por necesidad y no porque el propio camino te “obligue” a hacerlo para darle continuidad a tu carrera, las sensaciones son diferentes. En mi caso, no tenía grandes expectativas.
Obviamente es difícil estar satisfecha con la repercusión del disco cuando lo más importante (que es poder tocarlo en directo) no está. Quizás ahora te doy un punto de vista más pesimista por el hecho de estar centrada en querer darle vida al álbum, pero entendiendo que este trabajo no es comercial y te mentiría si te dijera que esperaba otra cosa. La búsqueda del directo está siendo más complicada de lo que pensaba por eso aún sigo con los mismos nervios que antes de sacar el disco. En contraposición, te diría que estoy muy agradecida por haber podido sacarlo y también por todas las críticas que he recibido. Creo que tanto si son malas como buenas, es precioso que alguien se tome unos minutos de su tiempo para escucharte, así que, cada persona que me ha regalado un comentario tiene un huequito en mí.
Has comentado ya en varias ocasiones que este, digamos, paquete de canciones que conforman El Sótano parte del hecho de tener que dejar tu hogar en Cádiz e irte a vivir a Madrid ¿Puedes contarnos un poco más de esto? ¿Qué te llevó a mudarte y por qué hizo nacer en ti esa necesidad?
Cuando llegó la pandemia, acababa de terminar la carrera de periodismo y estaba trabajando en una academia de profesora de piano. En unos meses, perdí la casa y el trabajo, pero sobre todo perdí la posibilidad de darle continuidad a mi proyecto. Se cancelaron los conciertos que tenía y los medios para poder grabar lo que tenía planificado. Esa pérdida de todo me hizo ver que la música, una vez más, no estaba para mí, por lo que la solución más inmediata que se me ocurrió, en un momento de caos e incertidumbre, fue irme a Madrid a hacer un máster de periodismo. Esta idea tan espontánea fue posiblemente la peor decisión que tomé, porque, cuando ya estaba instalada, me di cuenta de que realmente no era lo que quería y, una vez más, me había auto impuesto lo que debía ser y no lo que quería ser.
Parece este un disco muy determinado por los lugares implicados en su creación, de hecho, se llama El Sótano en referencia a algo ¿Qué sótano es ese?
Estas canciones fueron un medio para poder expresar y aceptar lo que me estaba pasando y gracias a ellas pude afrontar que no podía vivir en Madrid. Cuando llegó el momento de producirlas, me fui de Madrid y volví a mi hogar. Alex y yo colocamos una mesa de escritorio entre cajas de mudanzas y mis padres nos abrieron el sótano para que pudiéramos crear un lugar limpio y ajeno a cualquier estímulo externo.
“1977” fue un poco la canción que te puso en mis oídos, aunque ya habíais sacado algún otro adelanto del álbum. La canción supongo que lleva ese título en referencia esa esencia tan de la música disco que se bailaba ese año ¿Buscabas realmente con esta canción y las demás del disco echar la vista atrás, hacia aquella época concreta?
Este disco fue surgiendo de una manera muy natural. Siempre me ha gustado ahondar en los géneros que he escuchado a lo largo de mi vida, pero hay una parte inconsciente de melodías que se van quedando en tu cabeza. Por supuesto, la música de los 70 siempre ha estado muy presente así que, a la hora de producir las canciones, estas mismas nos fueron guiando por el género que tenían. Me parece súper importante conocerse a una misma y creo que la música ayuda mucho a ese autoconocimiento, por lo que explorar en la música del pasado también fue una manera de reconectar conmigo misma.
«Estas canciones fueron un medio para poder expresar y aceptar lo que me estaba pasando y gracias a ellas pude afrontar que no podía vivir en Madrid»
Hay, de hecho, en todo el disco un gran tono soul y funk aplicado al pop que no es tan habitual en la música hecha en España como algunos desearíamos ¿Es realmente la música que más escuchas actualmente? ¿Qué referencias has manejado para componer este disco, si es que las hay?
A la hora de componer nunca escucho música porque soy un poco cerrada en ese aspecto. Creo que la composición tiene que venir de ti y que, aunque todos partimos de algo, tiene que ser un acto súper espontáneo. Pero por supuesto, en la fase de producción sí que tuvimos en cuenta a artistas que nos inspiran y que nos acompañan siempre. Digo muchas veces que solo escucho a gente muerta, y hay una parte muy cierta en ello. En mi día a día siempre recurro a clásicos de bossa, soul y jazz, pero también me gusta descubrir grupos nuevos. Para componer este disco buscamos esa gente nueva que bebe de clásicos (porque son con los que más me identifico) como Aaron Frazer, Olivia Dean o Michael Kiwanuka.
Por supuesto, todos te conocíamos con antelación a saber de tu faceta en solitario como teclista de la banda Rufus T. Firefly, a la que te uniste hace unos años ¿Qué grado de influencia ha tenido tu experiencia con ellos para hacer el disco? ¿Será compatible tu carrera sola con tu colaboración con ellos?
Rufus es mi familia y todos y cada uno de ellos me aportan algo diferente. No podría hablar de Rufus como una entidad porque creo que, si la banda es buena, las personas que la forman lo son aún más. Cada uno me ha enseñado una cosa y me ha inspirado en otra y todos en conjunto son grandes responsables de que yo hoy esté aquí. Quizás musicalmente no tenemos las mismas referencias, pero si me han dado unas bases sólidas para creer en mí y para tener paciencia, que creo que es aún más importante que enseñarme sobre acordes.
Siempre les digo, aunque suene muy frío, que Rufus es mi trabajo, el más apasionante y con el que más disfruto del mundo, y que Manola es mi pasión. Poder expresarme con mis canciones es de lo que querría vivir, pero estoy súper agradecida de que me dieran la oportunidad de encontrarme como teclista sin necesidad de llevar el peso. Creo que vivir de la música es muy complicado y que vivir de un solo proyecto lo es aún más, por lo que ojalá pueda seguir compaginándolo muchos años, y en el caso de no poder, creo que sería increíble porque la realidad de Manola sería palpable.
Para grabar el disco has contado con un buen número de amigos colaborando, entre ellos, por supuesto, Alex Fernández de Vera Fauna, que te ha ayudado a producirlo ¿Qué puedes contarme de todas esas colaboraciones y su grado de influencia en el resultado final de El Sótano?
En este disco hay influencia emocional y musical. Y creo que ha sido más importante la emocional esta vez. En primer lugar Alex Fernández, porque sin el este disco no sería el que es. Él supo ver las canciones y me ayudó a envolverlas de una manera preciosa. Es difícil encontrar a alguien que solo viva por las canciones y en el caso de Alex fue tal cual. Me ayudó a confiar en ellas y las dotó de un sonido que creo que nos identifica. En segundo lugar Fran Montaño, que es la tercera pata de Manola, porque aunque no estuvo presente en la producción fue como si lo hubiera estado. Siempre tuve un WhatsApp con su opinión y palabras de apoyo e ilusión.
Y en tercer lugar a Raúl Pérez de La Mina porque es nuestro guía espiritual. Nunca me he sentido tan cómoda grabando en un estudio y aunque él no produjo el disco nos ayudó en todo lo que pudo por amor hacia nosotros y hacia la música.
Y a nivel musical, tendría que mencionar a Alex y Fran, por supuesto, y por último, pero no menos importante a Ramiro Nieto, que grabó las baterías, y a Juan Feo por sus maravillosas congas.
Lo más bonito de este disco es que está grabado en un 90% por Alex y por mí con pocos medios, por lo que es la muestra de que se puede hacer algo bonito sin tener que vender tu casa.
La verdad es que una de las grandes bazas del disco son esos arreglos suntuosos y espectacularmente resueltos ¿Cómo fue el proceso de arreglar las canciones? ¿Son muy diferentes en el disco de sus versiones primigenias?
En este disco cambié la forma de componer, ya que, en vez de iniciarlas a piano, las empecé a componer mediante loops de batería de canciones clásicas. Yo no sabía que canciones eran pero sí que el groove me decía algo, por lo que cuando le enseñé algunas de las canciones a Alex ya tenían la personalidad que se ve en el resultado. Pero el proceso de producción fue imprescindible ya que Alex y yo fuimos pensando cada arreglo con mucho mimo. Todos los arreglos de lead, que creo que son los más genuinos, son obra de Alex, y en su mayoría surgieron dándole a grabar, probando y descartando entre los dos hasta que nos gustaba así que creo que es uno de los recuerdos más bonitos que tengo. Cantar arreglos, ejecutarlos y ver cómo de una idea inicial sale otra es fascinante.
Para esta faceta en solitario has elegido el nombre de Manola en lugar del tuyo, Teresa Ríos, usas casi siempre gafas de sol, sombrero o pañuelo y un estilismo muy determinado. Da la sensación de que has buscado crear un personaje muy concreto ¿Qué hay de cierto en eso? ¿Lo sientes como algo necesario para el proyecto o simplemente como una opción de privacidad, de que no te reconozcan cuando sales a la calle en tu día a día?
Cuando creé el proyecto sí que pensé en tener una imagen que ocultara a Teresa, pero principalmente porque no quería reconocer a la Teresa que se decía que no era capaz. Al buscar referentes entendí que la forma de ver mi fuerza no era viéndome guapa sino sintiendo que tenía personalidad y que podía vestir de la manera que quisiera. Usar trajes de chaqueta o gafas me hacía sentir capaz y fuerte así que me quede con eso, que, aunque puede cambiar en alguna época, creo que siempre serán un símbolo al que recurrir.
Anunciaste, no sin pesar, que la inicialmente prevista presentación de tu disco en Madrid tenía que aplazarse. Finalmente has anunciado el concierto para el 25 de enero en la Sala Siroco ¿Que pasó para tener que aplazarlo? ¿Podremos verte en más ciudades?
He empezado la entrevista anunciándote lo difícil que está siendo hacer una gira. Hoy en día, tenemos que luchar por hacernos hueco pero en mi caso creo que es aún más difícil por el hecho de “no tener competencia”. Mi público creo que es bastante reducido, pero, por ese hecho, no quiero restarle valor a lo que hago. Hay promotores que por desgracia ni se escuchan a los artistas que contratan y a veces simplemente es mejor dar un paso atrás antes que sentirte mal o no dar el show que un disco merece.
Creo que nunca he sido pretenciosa pero este disco me ha enseñado a creer en lo que hago por lo que presentar el disco en unas condiciones dignas creo que es lo menos que puedo hacer por mí misma. Estoy luchando por poder presentar el disco, pagar a los músicos que me acompañan y que todo eso sea en condiciones medianamente decentes, tanto para el público como para nosotros, por lo que está siendo complicado. Aun así, ya tenemos alguna fecha más que podremos anunciar dentro de poco.
El disco aparece con el prestigioso sello Calaverita Records ¿Fue fácil llegar hasta ellos? ¿Qué te aportan?
Calaverita ha sido un rayito de esperanza tras recibir muchos noes. Este disco recibió muchos “me gusta, peeeeero”, así que encontrarlos fue un impulso muy bueno para mí. Llegaron para darme tranquilidad y para ayudarme a dar pequeños pasos, pero firmes.
Da la impresión de que el conjunto de canciones de El Sótano cuenta una historia con un principio y un final. Una historia que empieza mal y termina, no sé si bien, pero sí con luz y esperanza ¿Querías dar esa impresión o son imaginaciones mías?
Al hacer el setlist del disco nos dimos cuenta de que las canciones se habían compuesto casi de forma cronológica, así que, sin darme cuenta compuse una historia con un principio y un final. Me encanta mirar hacia atrás y ver cómo mis emociones fueron evolucionando porque gracias a esta historia soy otra persona hoy en día.
¿Sientes que este es realmente el disco que querías hacer? ¿Cambiarías algo?
No creo que sea el disco que quería hacer si no el que NECESITABA hacer. No tuve nunca la idea de hacer un disco completo, por lo que en mi cabeza nunca existió ese ideal de disco. Ahora cuando lo escucho veo cosas que habría hecho diferente o aspectos que cambiaría, pero también creo que es buena señal, ya que significa que sigo aprendiendo y avanzando.
Por último, siempre que entrevisto a alguien le propongo un pequeño reto: hacer un listado de canciones, discos o artistas, que hayan acompañado su viaje hasta el punto artístico en que se encuentran ahora mismo, sin necesidad de ser la típica lista de discos favoritos, de isla desierta, ni nada de eso ¿Te atreves?
¡Claro!
Corinne Bailey Rae – Álbum homónimo
Durand Jones and the Indications – American Love Call, Prívate Space
Aaron Frazer – Introducing
Witney Houston– The Bodyguard
Ella Fitzgerald – Summertime, Ella and Louis
Joao Gilberto – Desafinado
Celine Dion – All by myself Boston live
Nina Simone – Feeling good
Aretha Franklin – I say a little prayer
Donny Hathaway – A song for you
Niña Pastori – Joyas prestadas
Egon Soda– Dadnos precipicios
Marvin Gaye– Whats going on,
Beatles – Yesterday
Jungle – Loving in stereo
Michael Kiwanuka – Love & Hate
Tom Misch – geography