Antibalas Afrobeat Orchestra

De Fela Kuti hemos aprendido a hablar con franqueza y a no ser nunca cobardes

Entrevistados en Berlin, en el seno del Festival Heimatklänge, que en la presente edición ha completado su programación sólo con grupos de Nueva York, Antibalas Afrobeat Orchestra se mostraron muy motivados por la mastodóntica gira que pretenden realizar, antes de las elecciones norteamericanas. No dudan en tocar en dónde sea, pues esa es su filosofía: actuar siempre, hacer el máximo número posible de bolos, pagados, no pagados o mal pagados… lo que sea. Quieren “educar”, una palabra de la que muchos equivocados reniegan, pero que lleva la semilla de la libertad en su seno, si es utilizada con fines aperturistas. Y desde 1998, Antibalas llevan educando a sus afortunados seguidores, con una media de 130-160 conciertos por temporada: concretamente, entre 1999 y 2001, actuaron durante 70 semanas seguidas, dando conciertos que a veces superaban las cuatro horas. Nunca han llegado a las ocho que Fela Kuti consigió, para desquicie de un público desconocedor, en el mismo Berlin, en 1978. Pero todo se andará. Who Is This America? es capaz de derrocar argumentalmente a cualquier presidente de los EE.UU. Hablamos con los dos miembros hispanohablantes del grupo: Martin Perna, saxofonista fundador y único superviviente de la primera formación de Antibalas, y Marcos García, guitarrista.

¿Porqué ese constante tributo a Fela Kuti?

Es un héroe político y musical. Queremos aprender de lo que hizo, no de su estilo de vida, pero sí de su música, de su forma de denunciar políticamente. Tras mucho tiempo estudiando sus discos, podemos decir que ahora empezamos a interpretarlo. No es suficiente con estudiar. Hay que lograr un vocabulario, hacerlo nuestro. En el caso de Kuti, creo que de él hemos aprendido sobretodo a hablar con franqueza, y a no ser nunca cobardes. Por supuesto, también algo de eso hay en James Brown. El afrobeat, además de franqueza, es sentido del humor e ironía. Es una música muy especial, que discurre en varios niveles de sentido.

¿Que la banda fuera creada tras la muerte de Fela, es casualidad?

Antes de su muerte, yo ya había grabado afro-funk, en un grupo llamado The Daktaris. Nuestra experiencia con el afrobeat nace antes de la muerte de Fela. Tampoco surgió la idea concreta de que había que continuar la senda iniciada por él, básicamente porque nos atemorizaba un poco ser una banda de afrobeat compuesta por músicos blancos de Nueva York. Pero nos gustaba tanto que la cosa fue creciendo a partir de los siete miembros originales de los primeros Antibalas. Yo (Martin) soy el único superviviente de aquel conjunto.

¿Realmente creéis que vuestra música puede cambiar a la gente que os escucha?

Cuando se habla de cambiar a la gente a través de la música, queremos decir que creemos que la música puede lograr cambios internos, de forma de pensar, que ayude a reflexionar. Algo así como educar. Es un cambio personal, más que nacional, social, pues eso es notablemente difícil en vista de quien controla los medios musicales. Nos gustaría salir en esos medios masivos, por supuesto. Pero lo cierto es que ni nosotros, ni muchos otros, salimos.

¿Pero tenéis circuitos independientes de difusión, a falta de mejor cobertura radio-televisiva?

Los conciertos. Nos dejamos la piel para no parar de tocar. Hemos tocados en mercados comunitarios, casas okupadas de Nueva York (que Giuliani, suprimió), lofts, grandes festivales, eventos aislados. Hemos tocado en 13 países (aquí Sevilla, Madrid y Gijón –esta ciudad, recientemente, en agosto de 2004). Tocamos más de cien veces por temporada, en los EE.UU. sobretodo. La música nos da para ir sobreviviendo, aunque cada uno de nosotros hace cosas aparte. Yo por ejemplo he inventado un método para reciclar el aceite vegetal, de cocina, y convertirlo en combustible. Con eso funciona mi coche. Soy una especie de ingeniero.

¿En qué estado se encuentra la crítica política en música, en los EE.UU ?.

En un estado lamentable. Por supuesto que a nivel muy underground siempre hay cosas, en todos los estilos, del hip hop al rock, pero algo que llegue a mucha gente, no. Es muy difícil en los EE.UU. hacer buena música política. Hay muchos prejuicios, demonizaciones. Es desesperante.

¿Es la música instrumental política?

Sin ninguna duda. La energía que puede transmitir, la emoción en estado puro, la espiritualidad que nace como reacción al racismo, a los prejuicios, y que expresa un sentimiento potente. Es en sí misma un lenguaje político. El free jazz de Pharaoh Sanders o Sun Ra, el afrobeat y otros estilos de música negra instrumental son músicas altamente politizadas. Un soplo de saxofón puede expresar una disconformidad radical con lo establecido.

En África, en Nigeria concretamente, en dónde el afrobeat simboliza lo prohibido, la libertad, ¿habéis tocado ya?

No. Es uno de los objetivos, pero es muy difícil, hoy por hoy, tocar en África. A Fela, que era un autoridad moral, que ya en los 70 criticaba a las multinacionales y los gobiernos títeres al servicio de los intereses de empresas occidentales, se le pusieron todo tipo de trabas para dar conciertos, incluso penas de cárcel.

¿Los afroamericanos gustan de vuestra música?

Hay una gran desconexión entre los negros de Norteamérica y el afrobeat. Nuestro público, muchas veces, es maduro, cercano a los 50. Negros de esas edades sí nos siguen, y me vale más la opinión de alguien mayor, curtido en la escucha musical, con criterio, que conozca a Fela, y venga a nuestros conciertos.

En Who Is This America? aparece en la portada un hombre enmascarado que corre sin rumbo. ¿Qué simboliza?

Es la primera portada de disco que no hemos controlado nosotros, los del grupo, pero que nos gusta mucho. El significado, para mi, apunta a los verdaderos responsables de los atentados del 11-S, hombres de trajes y corbatas negros, vinculados a la Casa Blanca. Los verdaderos terroristas. Tienen un poder enorme para perpetrar atentados de toda ínbdole, y conocerlos con antelación. “La guerra es terrorismo con un presupuesto holgado” rezaba la camiseta de uno de los organizadores del concierto de anoche.

Acabemos positivamente: ¿cual es el mejor álbum de Fela Kuti?

Gran pregunta. Sin duda, V.I.P (Vagabonds In Power), que recoge el directo que dieron Fela y Afrika 70 en el Berlin Jazz Festival de 1978. La canción Mistake es simplemente imperecedera. Hay que tener este disco.

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