Carolina Otero And The Someone Elses – Diastema Girls (Malatesta Records)
Los seguidores del rock alternativo de los 90 hecho en los Estados Unidos seguramente se acordarán de Juliana Hatfield, cantante y multiinstrumentista que colaboró con los Lemonheads en sus álbumes más míticos, y que también tuvo su momento de gloria con «My sister», una canción que grabó con su propio grupo, The Juliana Hatfield Three. Si es así, y la recuerdas con cierta nostalgia, tengo dos buenas noticias para ti: la primera es que este año ha reformado su viejo grupo y ha sacado un nuevo disco magnífico; la segunda, que aquí tenemos a nuestra propia Juliana Hatfield y también ha sacado un disco no menos impresionante. Ella se llama Carolina Otero, lleva tiempo en el mundo de la música y goza de una hiperactividad envidiable, ya que además de liderar su propia banda también toca la guitarra en Mad Robot, compone y toca en Lülla, y escribe libros de poesía.
Tras dos álbumes con su banda The Someone Elses, finalmente al tercer intento ha cantado bingo. No es que sus discos anteriores fueran malos, pero carecían de la unidad y la cohesión de Diastema Girls (Malatesta Records). Quizás tenga que ver la producción de Paco Loco, quizás que esta vez Carolina ha estado más centrada en su proyecto y ha puesto toda la carne en el asador, pero el caso es que el resultado es brillante, en todos los sentidos de la palabra. Las influencias del rock alternativo de los 90, con la ya recurrente parada en PJ Harvey (esta vez menos evidente salvo en cortes como «Greener grass dreamer» o «Gathering the roses») y sobre todo en Veruca Salt (el aluvión guitarrero de «Daphne calling»), están presentes a lo largo de todo el disco, pero esta vez con una aproximación más luminosa y melódica, rayana en el powerpop, principalmente en temas como «Diastema girls», la intensa «Bob Dollar» o «Toxic bottled boy».
Un disco para disfrutar sin miramientos, dejándose arrastrar por el ruido cuando procede («Out loud») y también mecer por los medios tiempos más suaves («Susan»), aullando con los momentos más riot grrrl y moviendo la cabeza cuando suenan melodías que recuerdan a las mejores Bangles, las más guitarreras. Cada tema es un single en potencia, un éxito alternativo en un mundo alternativo, ese en el que habitamos los que perdemos la cabeza ante un buen estribillo.