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Chris Isaak + Gabriel Ríos (Noches del Botánico) Madrid 22/06/23

Dorothy «Dr. Dot» Vignolo fue una americana rubia, guapísima, que trabajó en una fábrica de patatas fritas, al mismo tiempo que cuidó de sus tres hijos. Todo ello en los Estados Unidos de los 50´s en plena efervescencia del R&R y los teenagers como presas de la sociedad de consumo.

Estaban siempre arruinados, pero Dorothy le enseñó a su hijo que, era mejor perseguir los sueños que perseguir la seguridad y el dinero. Así que, con el paso del tiempo, ese hijo se convirtió en Chris Isaak, un tipo que lleva toda la vida jugando en una liga menor en cuanto a éxito, pero en la de los grandes en cuanto a estilo y autenticidad.

La gira europea de Chris Isaak comenzaba en Madrid en las Noches del Botánico, el pasado viernes 22, con un aforo casi al completo, a pesar de todas las citas musicales que había en la capital.

Antes pudimos asistir sorprendidos al descubrimiento de un bastante desconocido para el público de la noche; Gabriel Ríos, que – armado únicamente con una guitarra y acompañado por otro musico al piano, guitarra y ocasionalmente chelo – ofreció un concierto singular.

El puertorriqueño afincado en New York ha experimentado en sus anteriores trabajos con sonidos variados como el rock, o el trip hop, lo que le ha valido para llegar al momento en el que se encuentra, entregado por total a su alma latina, pero con gran amplio bagaje estilístico. Así lo demostró en el escenario del Botánico, con un concierto muy divertido con el que se ganó a un respetable que no era el suyo.

Salió al escenario el californiano rodeado de su fiel banda y embutido en un traje azul con detalles tan brillantes como su presencia escénica y atacaba con un ya clásico como “American Boy”, que sirvió como declaración de intenciones de lo que vino a continuación. Cercano como siempre, bromeó con su traje y la hipotética situación de verle vestido así por la calle, pero él es un “musico semi- profesional” (más risas) y continuó con uno de los momentos cumbre de su carrera – y de esta no me bajáis – “Somebdy´s Crying” de su obra maestra Forever Blue (Reprise Records 1995).

“Waiting”, un tema poco habitual en su repertorio en directo, sirvió como excusa para que el bueno de Chris Isaak se bajara del escenario, cantando como el que no quiere la cosa, por el césped y entre los sorprendidos asistentes, hasta llegar a las gradas. Imagínate que estás viendo a Chris Isaak y se presenta a tu lado a cantarte al oído.

Otra gema como “Don’t Leave Me on My Own” y “I Want Yoor Love”, sirvieron de enlace para la imprescindible “Wicked Game”, momento en el cual todos los dispositivos móviles que no hubo en el concierto de Bob Dylan, salieron a relucir para grabar tan preciado momento, que se perderá como lágrimas en la lluvia, ya que esos vídeos acaban donde acaban las púas de guitarras en el local de ensayo, o esa pareja de calcetín que nunca aparece. Disquisiciones mías aparte la verdad es que fue uno de los momentos de la noche, con el apoyo del especial toque de guitarra de su inseparable Hershel Yatovitz.

Otro de los momentos “mediáticos” de la velada sería la versión de “Oh Pretty Woman” de su amigo y mentor Roy Orbison, que sirvió para dar paso a la segunda parte del concierto. Momento en el cual toda la banda se vino al frente del escenario para tocar en semi acústico una serie de temas.

Haciendo gala una vez más de sus dotes como actor y showman bromeó con el hecho de que la noche se iba a alargar, porque él y sus amigos iban a improvisar una jam session. No nos engañemos, el setlist estaba predeterminado, sin embargo, el truco funcionó a la perfección, la magia de los que saben del show business, como él.

En “Killing The Blues” nos recordó que el tema en cuestión está firmado por su bajista Rowland Salley, momento que aprovecharon para intercambiar instrumentos, el bajo para Chris y la guitarra para Rowland.

Después de la impostada jam session, “Blue Hotel” inundó todo el recinto con el imaginario melancólico que tanto nos gusta de Chris Isaak, recordándonos el porqué de la magia de su cancionero inapelable. Enfilando lo que se presentaba como la última parte del show, todavía quedaron momentos para la sorpresa, como la inclusión de “Baby Did a Bad Bad Thing”, el tema cuyo vídeo, protagonizado por Laetitia Casta, dio no pocos quebraderos de cabeza a su productora, por la censura en algunos canales de TV norteamericanos, o el homenaje a Flaco Jiménez.

Concierto de los grandes, sin fisuras, de los que dejan momentos de los de enmarcar. Esperemos que Chris Isaak no vuelva a tardar tanto en venir. Gracias, Dorothy «Dr. Dot» Vignolo, donde quiera que este, por haber enseñado a su hijo a perseguir sus sueños y que este nos haga soñar.

Fotos de Chris Isaak: Fernando del Río

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