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Elena Setién – Moonlit Reveries (Thrill Jockey)

La donostiarra Elena Setién lleva desde 2019, con la publicación de su excelente Another Kind Of Revolution, bajo la bandera de Thrill Jockey, el prestigioso sello de Chicago. Algo nada habitual para artistas procedentes de la Península Ibérica. Tal vez por eso el disco que nos ocupa debería suponer la confirmación a nivel internacional de una multiinstrumentista de talento descomunal que cada vez que da un paso, es de gigante.

De educación clásica y, en sus inicios, basada en la vanguardia y la improvisación, Setién tomó hace tiempo la decisión de tejer su música en el formato canción, algo que la concreta, pero en absoluto la constriñe. Aunque su modus operandi es eminentemente personal, grabando ella misma casi todos los instrumentos y produciendo, nunca ha desaprovechado la oportunidad de colaborar con artistas afines (Steve Gunn, Mary Lattimore, Xabier Erkizia…).

Tal vez por eso la toma de contacto, con ocasión de una de las últimas giras de Wilco por España, con el batería Glenn Kotche, y el descubrimiento de su admiración mútua (de algo tiene que servir que grabe para un sello de Chicago) fue la chispa que llevó a al americano y la euskaldun a proponerse hacer algo juntos. Esa chispa fue el arranque de un proyecto que en gran parte está basado en piezas de batería que Glenn fue enviando a Elena para que ella hiciera su magia con ellas.

Y la hizo. Aunque no están presentes en todo el disco, en Moonlit Reveries se respira esa inspiración mútua que propició esta colaboración. Es un disco de Setién, no hay duda, pero las piezas de percusión, cuando existe, proporcionan atmósferas sobre las que la arquitectura de la compositora, con esa concreción tanto melódica como instrumental que la caracteriza, resplandece. La singular voz de la donostiarra, además, contribuye a generar la sensación de que se está ante algo profundamente genuino e intransferible. Diferente.

Es un álbum que se desarrolla liviano como el aire, capaz de sumergir tu escucha en una dimensión totalmente ajena a la habitual, de absorbente ensoñación. Esa concreción compositiva de la que hablábamos -dado que las canciones no dejan de observar un formato y estructura tradicional- no es en absoluto ajena a las aristas y la experimentación sonora. Piezas tan arrebatadoras como “Losing control” o “Asking” así lo atestiguan, llenándolo todo de misterio y bruma. Tonalidades que van a sobrevolar todo el minutaje, pero que no impiden momentos algo más asimilables al convencionalismo pop como el que trae “Peculiar”, “Coloured lizards” o la sublime, colosal, canción titular, en un conjunto que deja sin aliento y que, efectivamente, debería colocar a su autora en un plano todavía más prominente a nivel internacional. Lo que merece una artista tan genuina y brillante como ella.

Escucha Elena Setién – Moonlit Reveries

 

 

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