Entrevistamos a Izaro

Ha venido fugazmente al centro de Madrid para hacer un concierto en ‘streaming’ gracias a “Casa Corona Home Edition”. Voy poniendo en Google Maps ‘Casa Corona’, un pequeño oasis donde nos espera ella, la cantante y compositora, Izaro Andrés. Voy escuchando una de sus canciones, es en euskera. Pienso que no entiendo la letra, pero me transmite demasiado. Luego pienso que el euskera es un idioma precioso además de ser la lengua viva más antigua del mundo. No sé, me bajo en la Puerta del Sol y pienso en lo que me gustaría aprenderlo. Llego a la entrevista e Izaro me cuenta que es el Día Internacional del euskera. Y en el fondo, me enfado un poco conmigo misma por no saberlo. Y me prometo prestar más atención. Las canciones de Izaro se caracterizan por su sensibilidad y pluralidad. Pero mejor, que se defina ella.

“Xoel López ya había mirado en ‘Youtube’ quien era yo y dijo que sí”

¿Quién es Izaro?

Una persona normal que vive de hacer música y ahora mismo se encuentra dónde quiere estar.

Formas parte de esa generación de artistas que encontraron la luz a través de YouTube. ¿Cómo recuerdas aquella primera etapa?

Fue muy raro. Yo cantaba de siempre, para mí era algo natural que venía intrínseco en mi persona. Vivía en un piso de estudiantes en Donosti. A una compañera de clase le tocó una guitarra en la tómbola y no la quiso. Me le dio y en casa empecé a hacer canciones. Mis compañeros me decían: “Izaro, están muy bien estas canciones, igual deberías grabarlas”. Justo una amiga mía se fue a Barcelona a estudiar cine, venía a Bilbo a visitar a sus padres. Me dijo de grabar un videoclip para practicar y subirlo. Lo subimos y fue como si la gente estuviese esperando a que se subiese esa canción.

Y las visualizaciones empezaron a dispararse.

Sí, fue de boca en boca. Y claro, de repente tenía 7.000 visualizaciones el vídeo y yo tantos amigos no tenía. (risas). Entonces pensé que igual si que había un hueco para mí aquí. Y ahí empezó.

Aquella canción fue “Paradise” y a partir de ahí, vino el segundo reto. Sacar tu primer álbum a través del ‘crowfunding’.

Fue como abrir una fuente. Cuando cogí la guitarra y escribí la primera canción y luego escribí como diez canciones de golpe. Y ya tenía 10 canciones, conocía a un par de músicos de Donosti. Empecé a quedar con ellos y me animaron. Yo en cambio no tenía ningún contacto con el sector musical ni con la industria musical. Me dijeron que estaría interesante que grabara un disco y yo me quedé pensando en cómo. En ese momento, se había puesto muy de moda lo del ‘crowfunding’. Yo tocaba en bares y la gente se aprendió las canciones de ese disco. Fue muy bonito porque grabamos esas canciones que la gente ya se sabía y salió el disco y la gente lo sintió como muy suyo. Hicimos el ‘crowfunding’, me apoyaron un montón y todo tuvo un sentido.

Te brillan hasta los ojos al recordarlo.

Para mí, fue un disco super colectivo. Y es verdad que todavía ahora me emociono porque los conciertos que damos ahora que nada tienen que ver con aquellos del principio, pienso: ”Joder, es que ellos me han dado la oportunidad de evolucionar en el escenario”. Y eso me parece super bonito.

 

Me imagino que debe de ser increíble volverte a encontrar con alguna de esas personas que te apoyaron desde el principio.

Y sé quiénes son esas personas. En concreto, hay una persona que se llama Alberto, que no le conocía de nada. Y es la primera persona que puso dinero en el ‘crowfunding’, la primera persona que compró el segundo disco y la primera persona que compró el tercer disco. Me parece super bonito que haya gente que genuinamente de verdad quiera que te salgan bien las cosas. Eso me emociona mucho.

¿Cuál es el método Izaro a la hora de componer?

Depende. A veces es una palabra, una frase, una melodía o una sonoridad. El día que me pongo y tengo una idea, me pongo y pienso que a ver donde me lleva esto. Me gusta mucho componer porque es como si de repente nos sentáramos un montón de ‘yos’ en circulo y estuviésemos todas haciendo un ‘braimstorming’ y todo va super fluido. Y me siento como si fuese un trabajo en grupo. Pero estoy sola obviamente.

Representas la pluralidad y se ve reflejado en el álbum. Tanto el uso de los diferentes estilos y diferentes lenguas como en la variedad tanto en el contenido como en la forma.

Yo siento que estoy super acompañada cuando estoy componiendo, aunque este sola. Siempre le digo a mi pareja que cierre la puerta cuando estoy componiendo. Es super extraño porque estoy sola e incluso me hago gracia (risas).Creo que al final es clave hablar con uno mismo.

En 2017, sacas un ‘mini-álbum’ con cuatro canciones. Cuéntame el por qué .

Hay algunas canciones que hago para mí, otras para compartir. Y hay algunas que hago para compartir y no las veo en ningún disco. Me dije a mi misma que haría una colección paralela que se llama “Hankapuntetan” que significa “de puntillas”.

«Me gusta mucho componer porque es como si de repente nos sentáramos un montón de ‘yos’ en circulo y estuviésemos todas haciendo un ‘braimstorming’»

Estás consiguiendo que muchas personas que no hablan ni entienden el euskera disfruten de estas canciones y las hagan suyas.

Eso me parece super bonito. Yo hace poco empecé a escuchar música instrumental. Porque para mí es muy importante la letra, pero quería abrirme al mundo. Y pensé: imagínate que la letra no dice nada. Me abrí al mundo, empecé a escuchar canciones rusas, polacas…Y es lo que tú dices, la letra obviamente no la estas entendiendo, pero te está llegando una sensación. Y lo que es para mí super mágico es que la mayoría de las veces, encaja.

¿Cómo es sacar tu nuevo álbum “Limones en Invierno” en este año pandémico?

Lo sacamos justo cuando no había pandemia y de repente nos fuimos a México a tocar. Empezamos a recibir noticias de que estaba Italia confinada… Fue volver de México y confinarnos. Teníamos la gira en marzo que para nosotros era muy importante porque teníamos en Euskal Herria varios conciertos en los tres auditorios más importantes: Kursaal en Donosti, Euskalduna en Bilbao y Baluarte en Pamplona. Todas las entradas vendidas. Faltaba una semana y nos dijeron que se aplazaba.

 

¿Cómo nace la colaboración con Xoel López?

Me encanta Xoel, era super fan. Un día dijo mi músico: ”Oye, no os pega mogollón que en esta canción cante Xoel López”. A través de una persona que conocía a su hermano le hicimos llegar la canción. Lo intentamos y fue super curioso porque me mandaron captura de pantalla de lo que el había respondido. El respondía “A ver, pásame cosas suyas”. Y antes de que Xoel le respondiera otra vez, Xoel ya había mirado en YouTube quien era yo y le había respondido que sí. Entonces, ya le escribí yo, me bajé a Madrid y estuve en su casa. Estuvimos cantando la canción y es un cielo de persona, de verdad. Es super gracioso y compartimos mucho el humor tonto. Recuerdo el día del videoclip, su servicio fue absoluto y nos lo pasamos super bien. Ahora tengo una relación muy bonita con él.

 

No se te cayó el mito entonces.

Se le nota que es de verdad. Y eso que nunca sabes.

¿Cuáles son tus referentes musicales?

Tom Odell, Billie Eilish, Zahara… Bueno, me inspiro mucho en la fuerza de Beyoncé y en cómo transmite sus mensajes. Obviamente, Xoel López. Normalmente, me gusta mucho la gente que tiene buenos directos y me vale mucho para aprender.

¿Qué has querido transmitir con el disco?

Me encanta el mundo de Alicia en el País de las maravillas y de Willy Wonka y la Fábrica de Chocolate. Yo creo que todos tenemos en nuestra cabeza nuestros mundos fantásticos y por desgracia, en este mundo que llevamos que es más matemático y más racional, no le hacemos demasiado caso. Ahora que tenemos pantallas, mucho menos. Antes estabas tu y tu imaginación, tenías cuatro piedras y eso es lo que tenías para jugar todo el día. Pero ahora ya a un bebé le ponen una pantalla si se está aburriendo. Entonces, su imaginación se capa al momento. Quería hacer una apología a la fantasía. Creo que es la única manera real de llegar a conocernos, nuestra relación con el mundo o incluso cual es nuestro mundo interior. Me inventé mi universo limón. Dentro del disco viene un mapa y tienen espacios distintos: la muerte, la pasión, el amor, la casa y la revolución. Quería hacer un universo donde ver tus miedos y tus cosas buenas, identificarlas, salir renovado y ver la pluralidad de una persona. Somos un montón de cosas.

¿Se puede elegir una canción después de tantas?

Sí, se puede elegir. Es verdad que todas te dicen algo. Para mí son especiales, “Invierno a la vista”, “Mi Canción para Elisa” y ”Escala de grises”. Siempre hay algunas que tienen un hueco especial.

Al principio de la entrevista has dicho que estás en el sitio donde quieres estar. ¿Cómo te ves en el futuro?

Me gusta ver mi carrera musical como una carrera a fondo e ir llegando. Prefiero la duración que la cantidad. Prefiero tocar la vida que tocar demasiado. Prefiero que sea un camino vital, ese es mi sueño. Envejecer trabajando en la música.

La canción “Libre” lanza un mensaje de desaprender y liberarse. Utilizas una palabra importante “cómplices”. Todos somos inevitablemente cómplices.

Todos somos machistas y racistas y nos toca trabajar eso día a día porque hemos nacido donde hemos nacido y la sociedad es la que es. Los comportamientos son conductuales y al final los entiendes. Pero hay que ponerse todos los días delante del espejo y pensar lo que hemos hecho bien y lo que hemos hecho mal. Y buscar de donde vienen las cosas. Es responsabilidad propia de cada uno frente a un problema muy grave. Me parece muy necesario hacer ese ejercicio.

 

De hecho, diste un discurso muy inspirador en los Premios Gaztea Sariak.

Contra el machismo. Por ejemplo, respecto a la violencia hacia las mujeres. Puedes estar en contra o a favor. Pero aquí no hay termino medio. Entonces, si te callas ya no estás en contra. Es muy importante levantar la voz. El problema no es Maradona, es el patriarcado. También hay que entender que nosotras tenemos el privilegio de blancas. Tu estas en un cuerpo que oprime y es oprimido. Eres opresora y oprimida al mismo tiempo y hay que saber gestionar esas dos versiones de ti. Entender que hay muchísimos feminismos y que no hay ninguno que valga más que otro. Obviamente, es muy distinto según donde nazcas o según los privilegios que tu tengas. Por eso en ese discurso lo único que quería decir es que tenemos que trabajar señalándonos, independientemente de quien sea el ejecutor de lo que haya sucedido.

¿Un último mensaje de Izaro?

Sois bienvenidas y bienvenidos a mi universo limón y os podéis quedar el tiempo que queráis.

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