Gatos Bizcos

Muchas canciones sufren cambios desde el primer concierto de la gira hasta el último. No entendemos esta música sin la improvisación, es así como nacieron muchos clásicos

Gatos Bizcos es un grupo inclasificable que practica un estilo que bebe de las fuentes primigenias de la música americana  antes de la explosión del rock and roll (swing, blues, R&B o jazz), convirtiéndose a pasos agigantados en una referencia nacional dentro de ese tipo de música. Recientemente han publicado su segundo álbum, Eurovegas, y lo están presentando en una gira que ha recorrido ya medio país antes de culminar este próximo viernes en un concierto especial en la sala El Sol de Madrid. Aprovechando su paso por Valencia tuvimos la ocasión de asistir a su actuación (te lo contamos aquí) y posteriormente charlar con Quique Gómez, Miguel Benito, Pablo Sanpa y Héctor Rojo.

Tras esperar un rato al lógico descanso después de su espectacular derroche de facultades sobre el escenario, nos encontramos con Quique, el cantante, a la puerta de la sala Loco Club de Valencia. Una noche muy apacible, la música que sonaba en el interior, y todos los bares del alrededor cerrados fueron los factores que nos decidieron a empezar la charla allí mismo, con el riesgo de molestar a algún vecino. Casi inmediatamente se nos unieron Miguel, Pablo y Héctor. La voz cantante (nunca mejor dicho) la llevó Quique, aunque el resto de Gatos Bizcos (sobre todo Miguel) intervenían a menudo.

Empezamos indagando acerca de su trayectoria hasta la fecha. «Comenzamos en el 2008, sacamos nuestro primer disco (I can´t believe my eyes, Gastelupeko Hotsak) en 2012, y ahora en 2015 hemos editado nuestro segundo álbum, Eurovegas (Sweet Records, 2015), pero todos llevábamos ya más de diez años en otras bandas, o simplemente haciendo música a nuestra bola«. Pregunto si siempre han tocado este tipo de música, incluso antes de juntarse como grupo. «Nos conocimos tocando blues, pero también tocábamos jazz, música negra en general… Pero vaya, todos hemos hecho casi cualquier tipo de trabajo«. Un trabajo que, como casi siempre no da para vivir. Aunque ellos tienen la suerte de dedicarse profesionalmente a la música en sus diferentes facetas. «Damos clase en talleres de blues. Intentamos que la gente aprenda a tocar pero sobre todo a disfrutar tocando con otras personas. Y que conozcan la historia«.

Ya que lo mencionan, me interesa cómo la conocieron ellos. «Como siempre, con la música que te gusta y yendo hacia atrás. Empiezas por Michael Jackson, por ejemplo, buscas sus referencias, llegas a los 70 y así. Cada uno tiene su proceso, pero lo normal es eso…partir de la música que te gusta y sentir interés por sus influencias«. Hay que tener curiosidad, claro. «Por supuesto. Cuando un grupo que te interesa hace una versión que te gusta entonces indagas, buscas el original, quieres averiguar cosas sobre los músicos que la crearon. Así hemos llegado hasta encontrar cosas muy interesantes de los años 30«. Curiosamente, en alguna entrevista anterior han confesado sus influencias grunge, así que les pregunto sobre ello. «Hombre, musicalmente crecimos en los 90 y es cierto que nuestros discos favoritos eran los de Pearl Jam, Stone Temple Pilots y grupos así.» Miguel, el batería, cuenta que estuvo en un grupo de rock y otro de grunge antes de Gatos Bizcos.

¿Unos amantes del grunge tocando blues? Por supuesto surge rápidamente la conexión entre Nirvana y Leadbelly, cuyo «Where did you sleep last night» grabaron los de Seattle en su famoso Unplugged. Así, la conversación va derivando hacia la forma en que uno construye su cultura musical. «Yo, por ejemplo, cuando empecé a tocar jazz compré una guía. Allí descubrí mucha música«. «Yo del grunge pasé a los Black Crowes y a través de ellos llegué a la música tradicional americana«. «Crecimos en los 90 y nuestra principal fuente de conocimiento era la música que ponían en la radio y en televisión«, sentencian casi todos a la vez. Y esa música de los 90, ¿se filtra de alguna manera en lo que ellos hacen ahora? «Hombre, no hacemos versiones de Pearl Jam y grupos así, pero no tenemos mucho filtro tampoco a la hora de crear nuestras canciones. Hacemos lo que nos gusta. Podemos utilizar elementos del blues, pero también del jazz o del rock. Con este grupo no nos cortamos mucho. Si algo nos gusta lo metemos, y si no, lo cortamos. En ese sentido, no nos importan mucho las etiquetas. Muchas canciones funcionan como temas de big band, pero eso no significa que vayamos todos hacia ahí. De hecho, sería curioso que pudieses ver cómo evolucionan los temas desde que llega Quique con una idea. A veces la destrozamos, otras la respetamos, y al final lo que hacemos lo hacemos entre todos. Y nos funciona bien«.

Su nombre, Gatos Bizcos, tiene muchas resonancias blues, no sólo porque hay muchos grupos americanos que se llaman así (Crosseyed cat) y por la larga tradición de bluesmen con nombres que hacían referencia a sus problemas de visión, sino también por la canción de Muddy Waters. ¿Viene de ahí su nombre? «A mí me gustaba mucho Hard Again, el disco de Muddy Waters donde viene esa canción«, cuenta Quique, «y cuando empezamos Pablo y yo nos quisimos llamar así, Crosseyed Cats. Despues vimos que había un montón de grupos que se llamaban así y decidimos cambiarlo al castellano«. Hablamos de Eurovegas, el disco que han venido a presentar. Me llama la atención la ausencia de versiones. De hecho, en el concierto tan sólo han tocado una: «Orange Colour Sky», de su primer álbum. «Bueno, como casi todo el mundo empezamos haciendo versiones. Después ya empezamos a componer y ahora ya prácticamente nos nutrimos de temas propios«. Hablamos también de la nómina de colaboradores, bastante amplia (Miren Iza, de Tulsa, pone la voz en «The Break») y me llevo una sorpresa: en su próximo single, «Something else», colabora nada menos que Lou Marini, mítico saxofonista y compositor de jazz conocido por formar parte de los no menos míticos Blues Brothers. No está acreditado en el álbum, aunque me cuentan que «El single de ´Something else´ tendrá la misma canción por las dos caras, pero la cara B será instrumental, y ahí es donde hemos contado con la colaboración de Lou Marini«. También, dicho sea de paso, con la de David Carrasco. Les pregunto cómo conocieron a Lou Marini. «Quique le conocía de haber hecho cosas juntos«. Quique es el único con cierta experiencia americana, por cierto, aunque el resto de la banda están de acuerdo en que «hay planes para ir allá«.

Un disco con el nombre de Eurovegas debe tener algún significado político. «Something else es una canción que habla de política, de cambiar las cosas. Y por supuesto el tema Eurovegas también. De hecho es una conversación (ficticia, claro) entre Ignacio González, el presidente de la Comunidad de Madrid, y Sheldon Adelson, el empresario promotor del proyecto. En general todo el disco tiene un cierto trasfondo político. Intentamos contar cómo están las cosas, cuando haces canciones siempre miras un poco lo que está pasando, y ahora mismo la política juega un papel importante en la sociedad«. La conversación deriva hacia la política y al final quedamos de acuerdo en que, de ser valencianos, el disco se hubiese llamado «Oceanogràfic», «Terra Mítica» o «Circuito de Fórmula 1». Ellos ven normal hacer música con significado político, ya que «la música que hacemos, la música negra, siempre ha hablado de los problemas que tenía la gente en cada época, de la esclavitud y los conflictos raciales sobre todo. Ahora hay otros problemas y también hablamos de ellos, aunque es cierto que lo hacemos desde un punto de vista menos serio, irreverente, en consonancia con nuestra puesta en escena. Intentamos que nuestros conciertos sean también divertidos. Nos lo pasamos bien y nos entregamos a tope. Disfrutamos sobre el escenario«. Se nota, desde luego.

También disfruta el público, aunque en Valencia no fuera demasiado numeroso. «Tocamos igual para 15 que para 150. Nunca sabes quién puede verte. De hecho casi es mejor menos público y más atento. Nuestra propuesta actual no tiene mucho sentido si la gente está hablando. No somos los Stones. Nuestros conciertos siguen un orden, cuentan una historia«. Así es, hoy al principio han sonado más las del primer disco, y han guardado la artillería pesada para el final. «Lo tenemos todo pensado, no tocamos ahora una canción y ahora otra… La dinámica es muy importante para nosotros y para el público«. Entonces, ¿no hay hueco para la improvisación? «En todos los temas hay algo de improvisación. En algunos hay más espacio que en otros, pero siempre improvisamos. Incluso de unos conciertos a otros hacemos algún cambio, probamos cosas, diferentes finales por ejemplo, y si vemos que algo ha funcionado. Muchas canciones sufren cambios desde el primer concierto de la gira hasta el último.  No entendemos esta música sin la improvisación, es así como nacieron muchos clásicos«. También se dejan influir por factores externos, como el sonido de la sala o el tipo de público. Pablo cuenta como algunos pasajes de ciertos temas necesitan bajar mucho el volumen, y los tocan o no en función de la sala, de la gente, de la actitud del público. Miguel interviene para decir que «esa actitud nos ayuda a mantenernos alerta, a no relajarnos durante el concierto, porque no nos limitamos a decir ´vamos a tocar esto y esto´ y ya está«.

Para terminar les pregunto por sus planes inmediatos. «Tenemos la presentación en Madrid, en la sala El Sol, y luego en verano haremos algunos festivales«. Efectivamente, justo mañana viernes 22 de mayo en Madrid, los Gatos Bizcos presentando su disco Eurovegas. Os lo recomendamos fervientemente.

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