La Culpa – La Culpa (Humo Internacional)

Al contrario de muchos otros discos, hablar del lugar en que se ha grabado éste, sí es relevante. El CSA La Residencia es un inmueble situado a las afueras de València en el que todas las semanas suceden cosas alucinantes, que tienen mucho (o todo) que ver con lo que se mueve a nivel underground -y por tanto, cimenta la cultura que está por venir- en la ciudad del Túria.

Es una asociación cultural sin ánimo de lucro, completamente autogestionada, movida por el boca a boca, casi en secreto (desde la legalidad), que entiende la música como algo vital y por ello, le administra cuidados casi maternales. Es por ello que en torno a este lugar ha crecido una escena cada vez más nutrida. Una escena que se retroalimenta, cuyos agentes interactúan unos con otros, de una forma, además, natural. Sin egos, estridencias o pirotecnias. Todo el mundo está allí para trabajar desinteresadamente por lo que más les gusta. Ejercicios de generosidad sin límite fruto del amor por el arte más sincero que se pueda tener. Algo verdaderamente inspirador que no para de dar frutos.

El último de ellos es la alianza entre varios asiduos de esta escena subterránea. Nada menos que Néstor (Futuro Terror), Miki (Flipping Colors), Tania (Bluff) y Toni (Sistema), todos ellos sospechosos habituales, que ahora se agrupan bajo el definitivo nombre de La Culpa. A los mandos de la grabación, además, nada menos que uno de los nombres más relevantes de esta nueva “movida valenciana” (permítanme la pequeña licencia): Diego Escriche. Vocalista y compositor en una de las grandes revelaciones de lo que llevamos de década en el pop español, La Plata. Mente inquieta como pocas, que aquí se encarga de labores de grabación, producción y mezcla. De la masterización ya se ocupa, por si había poco azúcar en el pastel, el decano: José Guerrero (Cuello, Betunizer, Rastrejo, Segunda Persona).

Como verán, pese a lo moderno de la propuesta, toca aquí utilizar el añejo y rocanrolero término de “superbanda”. Un proyecto que comenzó el año pasado y que a base de nervio y entusiasmo, pronto reunió un repertorio luminoso, que al igual que los citados La Plata, aúna a la perfección aquél post-punk ochentero tan amado y añorado en la terreta valenciana, con un contexto actual que ellos saben asumir con personalidad. Las canciones, de este modo, y como suele decirse, actúan como puños. Directos a la mandíbula, golpes asestados con furia y precisión melódica a la vez. Una combinación que muchas bandas intentan, pero no todas saben resolver de forma tan efectiva como este cuarteto.

Esas guitarras arpegiadas que sobrevuelan la firme base rítmica y que avanzan imparables a través de la inicial “Tus zapatos” generan un efecto envolvente que será ya una marca persistente durante todo este álbum, que aunque breve es sobradamente intenso como para dejar poso emocional. No en vano esa dicotomía imposible entre oscuridad y luminosidad viene acompañada de un rango lírico repleto de ensoñaciones nostálgicas, angustia juvenil y desesperada evocación de tiempos mejores. La cosa se acelera con un single claro como es “Mágico trágico”. Pop convenientemente endurecido que usan para contrastar con la crudeza punk de cortes como “Acantilado” u “Otra vez”, ambos piezas centrales que, a su vez, compensan la aparición de medios tiempos tan nostálgicos como embaucadores (escúchese “Cristales”).

Y eso no es todo. Guardan el as en la manga, en plan tahúr, para el final. “Reviento y vomito” es la joya de la colección. Difícil no dejarse atrapar por ella. Y marca realmente el que es el gran acierto de esta aventura endogámica a mayor gloria del post-punk melódico, la capacidad para hacer una radiografía de la angustia vital que causa una realidad de la que actualmente todas y todos queremos escapar, sin por ello generar repulsión en el oyente. Todo lo contrario: dicen lo que queremos oír. Y lo dicen muy bien. Ganas de más.

Escucha La Culpa – La Culpa

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