Maurice Jarre: Uno de los grandes. Repasamos la obra y trayectoria de uno de los grandes compositores de la historia del cine

En septiembre de 2011, el compositor Maurice Jarre hubiera cumplido 87 años. Un buen momento para recordar a uno de los grandes músicos ligados a la historia del cine, que nos dejó en 2009. Sin ninguna duda, si hubiera que elaborar un Top 10 de los mejores compositores de la historia del séptimo arte, Jarre estaría en los primeros puestos, junto a Jerry Goldsmith, Bernard Hermann, Henry Mancini y algunos otros. Un músico apreciado por los grandes directores de los 60, 70 y 80, que trabajó en multitud de grandes producciones, con fascinantes bandas sonoras que seguro que recordamos. Sin embargo, nunca abandonó el terreno de la exploración musical y en los años 80 inclinó parte de su música hacia los sintetizadores, experimentando con esta nueva forma de hacer música (no en vano su hijo es el célebre músico francés Jean-Michel Jarre).

Comentar la biografía de Maurice Jarre es hablar de un hombre apasionado por la música, que le llevó en su juventud a discutir con su padre ya que éste la consideraba como poco seria para adoptarla como pasatiempo y oficio. Francés de origen, obtuvo años después la nacionalidad estadounidense y destacó por su fidelidad a sus directores. Su incorporación al mundo del cine fue tardía, ya que aunque en 1952 hizo la banda sonora para un film documental francés, Hotel des invalides, no fue hasta 1962, con 38 años, cuando compuso la primera banda sonora para un film internacional, El día más largo.

Jarre comentó en alguna ocasión la tendencia de ciertos directores de introducir música en todos los momentos de la película, cuando a veces no es necesario. Decía que lo hacen para tratar de disimular los errores y las carencias de la propia película, aunque si el film es malo, la música difícilmente lo puede arreglar. Trabajó principalmente en EEUU, aunque también en Europa y alguna vez expresó que, debido a ciertos problemas económicos generados por sus tres divorcios, tuvo que aceptar encargos de todo tipo.

Elegante, refinada y pegadiza, pero también espectacular, reflejo de las grandes aventuras que viven los personajes de las películas en las cuales intervino. Así es la música de sus bandas sonoras. Recuerdo especial merecen sus colaboraciones artísticas con dos directores, en dos épocas muy diferentes de su carrera: con el director británico David Lean (principalmente en los años 60 y 70), con una instrumentalización más clásica de la música y con el director australiano Peter Weir (años 80 y 90), con la incorporación de la electrónica en sus obras.

Con David Lean mantuvo una fructífera relación que le reportó los tres Oscars de su carrera, por Lawrence de Arabia (1962), Doctor Zhivago (1965) y Pasaje a La India (1984), a las que habría que añadir la banda sonora de La hija de Ryan (1970).

Creo que es necesario destacar la grandeza de la banda sonora de Pasaje a La India, donde sobresale el tema de Adela («Adela´s theme»). El film es una historia de pasiones contenidas en un lugar tan exótico como La India, con cierto toque de humor, y su música nos acompaña en el cambio anímico que se produce en los protagonistas. La India colonial se nos presenta como una mezcla de razas y culturas y su música se centra en resaltar las relaciones humanas en contraste en este entorno de disparidad. Adela, una de las protagonistas de la película, llega a La India y su vida se transforma por completo. Totalmente condicionada por las estrictas normas sociales británicas y abrumada por un clima tan diferente al de Londres y por un mundo tan espiritual, al no poder soportar tanta contención, llega a un punto en el que se desata, provocando el conflicto de la película (nunca sabremos realmente qué ocurrió en aquella cueva). El corte de «Adela´s theme» es magistral ya que sugiere todo esto y mucho más, pero sin olvidar la grandiosidad del escenario de la propia película. Cierto sector de la crítica no estuvo de acuerdo con los dos Oscars que recibió Pasaje a La India(mejor banda sonora y mejor actriz secundaria para Peggy Ascroft) alegando que era un film convencional, plano, con interpretaciones normalitas y con un final confuso. Pero lo cierto es que la partitura compuesta por Jarre es muy bella y el tema de Adela es soberbio. Hay veces que un main title o un corte concreto de una banda sonora es tan bueno que ya de por sí justifica el premio. Este es el caso.

Quizás las más conocidas sean Lawrence de Arabia y Doctor Zhivago, ambos films sobre conflictos históricos y personales, enmarcados en contextos grandiosos, máxima expresión de la aventura. Destacan la obertura de Lawrence de Arabia y el tema de Lara de Doctor Zhivago, ambas melodías tristes y melancólicas, pero con un in crescendo hacia la majestuosidad.

Con Peter Weir colaboró en cinco películas: El año que vivimos peligrosamente (1982), Único Testigo (1985), La costa del mosquito (1986), El club de los poetas muertos (1989) y Sin miedo a la vida (1993), todos ellos films comprometidos, con personajes idealistas que se encuentran en una encrucijada personal, que abandonan la seguridad de sus hogares y se trasladan a entornos muy diferentes y, en ocasiones, hostiles. En estas películas ya se nota la influencia de las nuevas tendencias musicales, ya que Jarre introduce la música electrónica, los sintetizadores y mezclas más acordes a los años 80, aunque sin abandonar del todo su estilo más instrumental y clásico.

A lo largo de su vida consiguió innumerables premios, como el reconocimiento de la Berlinale en 2009 con un Oso de Oro honorífico y cuatro Globos de Oro, por las mencionadas Doctor Zhivago y Pasaje a La India y por Gorilas en la Niebla (1988), de Michael Apted yUn paseo por las nubes (1995), de Alfonso Arau.

Su filmografía es muy extensa (más de 140 películas) y variada. Sus composiciones abarcan todos los géneros, lo que demuestra su versatilidad y enorme talento: drama, aventuras, thriller, western, bélico, policíaco, ciencia ficción, terror, comedia, historias de época, etc. Podemos destacar algunas películas de su extenso catálogo: El día más largo (1962), El coleccionista (1965), Los profesionales (1966), ¿Arde París? (1966), La noche de los generales (1967), La caída de los dioses (1968), El poker de la muerte (1968), El hombre de Kiev (1968), Topaz (1969), Sol rojo (1970), El juez de la horca (1972), El hombre de Mackintosh (1973), Tamaño Natural (1973), La isla del fin del mundo (1974), El hombre que pudo reinar (1975), El mensaje (1977), Jesús de Nazareth (1977), El tambor de hojalata (1978), Firefox (1982), Top Secret (1984), Mad Max III (1985), Enemigo mío (1985), No hay salida (1987), Atracción fatal (1987), Cocktail (1989), Ghost (1990), La escalera de Jacob (1990), Mr. Jones (1993), Sunshine (1999) y Soñé con África (2000).

Impresiona la lista de directores con los que trabajó: Alfred Hitchcock, William Wyler, Fred Zinnemann, Anatole Litvak, Richard Brooks, Luchino Visconti, Henry Hathaway, John Frankenheimer, John Huston, Clint Eastwood, Roger Vadim, Terence Young, Adrian Lyne, Luis García Berlanga, etc.

También es importante su colaboración con John Huston en varias películas, pero sobre todo en El hombre que pudo reinar, una de las grandes obras maestras de Maurice Jarre. La historia se centra en las aventuras de dos experimentados soldados del ejército británico en La India (colosales Sean Connery y Michael Caine). Son dos viejos amigos en busca de suerte y fortuna en el ocaso de sus carreras militares. Cuando por fin la encuentran, el egoísmo y la avaricia la tiran por la borda. La música que acompaña a las secuencias del film es impresionante, con esa triste marcha militar como tema central, que nos recuerda a esos dos camaradas que han perdido todo, menos el valor. Sabrán ser valientes en el último momento y perdonar los pecados cometidos, lo que les ensalza aún más como seres humanos. La música es sencillamente magistral, emotiva e inolvidable, retrato de una vida de aventuras que se acaba.

Generalmente se habla de leyendas del cine al referirse a directores, actrices o actores, aunque también cada vez más esa denominación se reserva para nombres ligados a la historia del cine en sus apartados técnicos. Por eso, y debido a su importancia y contribución a la música del séptimo arte, se puede afirmar que Maurice Jarre es una leyenda del cine, uno de los grandes.

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