Militarie Gun + EZEZEZ (Wurlitzer Ballroom) Madrid 05/06/24
El pasado miércoles 5 de junio la Wurlitzer Ballroom acogió a los estadounidenses Militarie Gun en su primer concierto en Madrid de toda su carrera. En una gira española bastante completa — desde Barcelona en el Primavera Sound y Primavera en la Ciutat hasta Donosti y el CanelaParty de Torremolinos, que aún podremos visitar este agosto — Primavera Tours traía este grupo a la clásica sala punk de la capital, fecha que hasta hace poco faltaba por sumar y que acabó sold out.
Para calentar la noche contamos con EZEZEZ, un grupo de origen vasco que busca defender la música en su idioma natal. Una coincidencia nos dice que Militarie Gun son bastante asiduos al euskera, pues en su fecha en Donosti fueron teloneados por el grupo bilbaíno Txopet.
EZEZEZ se forman en Bizkaia en 2022, y para ese mismo año el grupo formado por Unai, Eneko, Álvaro y Mikel ya habían sacado su primer álbum: When I Think Something Is Funny I Smile. El LP tiene todas sus letras en inglés y temas más tranquilos que los que encontramos en su segundo álbum, Katuzaldia; que también se difiere del primero en un aspecto que se ha convertido en esencial para el grupo: todas las letras, ahora sí, están en euskera.
Se acercan mucho al grunge de los noventa, con influencias algo más rockeras y arreglos psicodélicos, con guitarras distorsionadas que se combinaban entre sí en perfecta armonía. Sin embargo, hay que reconocer que en directo su actitud y su gran manejo de los instrumentos nos acercan más bien al punk hardcore. A pesar de su estilo ‘marronero’, en la Wurlitzer se atrevieron con todo, metiendo incluso en su setlist un cover de “Believe” de Cher. Además de sus canciones en euskera, como “Dutxita” o “Zikin”, sonaron también algunos otros de su primer disco en inglés.
Para las últimas canciones, el frontman del grupo Unai sacó su guitarra al público para que quien quisiera la tocase un poco. Después, él mismo dejó su instrumento y durante dos canciones se mezcló con el público. En la última canción se cubrió la cara con su propia camiseta. Fue tal la emoción del cierre de concierto que tanto él como el otro guitarrista acabaron, literalmente, en el suelo. Para más inri, se despidieron con “Adiós con el corazón” de Sergio Chávez. Nos recordaron también que volverán a la capital el 18 de junio en la Sala El Sol, junto con Nueve Desconocidos y Nina Emocional.
Sin duda, EZEZEZ han demostrado con su directo que un sonido profesional y de influencias bien definidas no es para nada incompatible con una performance divertida y desenfadada que consiga levantar a toda la sala.
Tras una introducción bastante potente, la sala se preparó para acoger a Militarie Gun. El grupo se forma en Los Ángeles en 2020 por Ian, Nick, William, Max y Vince. Todos son músicos jóvenes, pero en tan sólo cuatro años de trayectoria han conseguido despegar mucho más lejos de lo que ellos mismos imaginaban. Para 2021 ya habían sacado un álbum con grabaciones en directo y varios EPs, que en 2022 se unieron para formar All Roads Lead To The Gun (Deluxe), reuniendo dos EPs titulados igual. Tan sólo un año después, en junio de 2023, ya habían dado el paso y publicado su último trabajo, el LP Life Under The Gun, que sería el disco que les ha llevado a la fama internacional.
Su sonido es difícil de describir, pues combinan un estilo punk hardcore con letras pop y una visible influencia del midwest emo, que va más allá cuando todo esto se intensifica en su directo. Ellos mismos han aclarado que no se les puede contener dentro de un único género. Lo que sí podemos decir es que su sonido es familiar, pero a la vez único y diferente; y en directo gana una potencia que merece la pena no perderse.
Nada más subir al escenario pudimos ver que el frontman del grupo, Ian Shelton, ya venía con un ojo morado. No es casualidad, pues el primer movimiento que hubo en la sala en el momento en el que dieron el primer acorde de “Seizure of Assets” —con la que abrieron — fue una persona subiéndose al escenario y tirándose al público a modo de crowdsurfing. Esto se repitió canción tras canción, y es realmente uno de los signos del grupo que les ha hecho tan famosos, ya que se difundieron vídeos de sus actuaciones en Estados Unidos por redes sociales como TikTok o Reels de Instagram.
Continuaron con temas de sus dos álbumes, incluyendo la famosa “Ain’t no flowers”, que se ha convertido casi en un himno. Muchas veces antes de cantar, Ian hacía algún comentario sobre el significado de las canciones. En el caso de “My friends are having a hard time”, de su último disco, aprovechó para dar un mensaje de apoyo a quienes sufren de depresión.
Sonó incluso “Dislocate me”, canción de su primerísimo EP My Life Is Over. Resulta llamativo que en tan poco tiempo hayan podido desarrollar una discografía tan extensa. Y aún así, el concierto en la Wurlitzer Ballroom fue bastante largo. De todos modos, como anunciaron al principio, el show tenía el objetivo de presentar su último LP, así que sonaron todos los cortes del disco a excepción de “See you around”, “Sway too” y “Life under the gun”, que da título al álbum.
Según se acercaba la recta final, el cantante hizo alguna broma con que quedaban 60 canciones — cuando en realidad eran seis. Pudimos escuchar una canción inédita en directo, que según ellos afirmaron iba sobre no saber pedir ayuda. Otro momento gracioso de la noche fue cuando, después de “Don’t pick up the phone”, dijeron que tenían dos canciones entre las que podíamos elegir. Eso era, Song 1 o Song 2. Si la broma no era evidente, cuando Ian mandó al guitarrista tocar la Song 2, resultó ser efectivamente “Song 2”, el clásico (1997) de Blur — mientras el bajista llevaba una camiseta de Oasis.
Tras ese momento en el que todo el mundo siguió volcándose y tirándose unos encima de otros, tocaban los dos temas más esperados de la noche, con los que cerraría el concierto: “Very High” y “Do It Faster”, ambos del último disco.
Sin embargo, cuando parecía que el concierto había terminado, Ian aclaró que faltaba una que tendría que haber sonado antes del cover, pero que no pudieron tocar en su momento porque estaban muy cansados. Aunque pidió disculpas por si la nueva canción final, “Fell on my head”, no era tan emocionante como las que cerraban originalmente sus conciertos; no importó demasiado, pues el público seguía teniendo energía, y desde fuera también se podía observar eso en el grupo.
En resumen, Militarie Gun nos ofrecieron una cita única en una sala que es clave ya para los conciertos hardcore, donde el pogo inunda todo el espacio de 150 personas. Demuestran que, con energía y buenas influencias, la música joven promete y consigue que géneros como el punk o el rock sigan vivos en las nuevas generaciones.
Fotos Militarie Gun + EZEZEZ: Amanda D. Marcos