Najwajean – Bonzo (Muwom)

Najwajean no son una banda al uso. Habitualmente, los miembros de un grupo de éxito emprenden carreras en solitario para poder dar salida a inquietudes que no tienen cabida en su grupo matriz. El caso de Najwa Nimri y Carlos Jean es diametralmente opuesto: tienen carreras de notable impacto por separado pero cada cierto tiempo se reúnen para explorar nuevos caminos juntos. Parece que se sientan más libres, seguros y relajados trabajando en equipo. Los resultados dan fe de ello y cada disco que publican supone un pequeño acontecimiento.

No blood (1998), su debut en largo, fue un hito en el panorama español independiente de su época, capturando la esencia del trip-hop y matizándola con personalidad propia. Con singles y colaboraciones varias de por medio, tardan diez años en publicar su segundo álbum, Till It Breaks (2008), que supone un giro de 180 grados respecto a No Blood. Con un sonido completamente acústico nos pilló a todos con el pie tan cambiado que, a pesar de contener perlas como “Crime” o “Illness”, apenas es recordado, engullido quizá por la sombra de su predecesor.

Siete años después podíamos esperar cualquier cosa del dúo, y lo que encontramos en Bonzo es una tercera vía tremendamente actual y disfrutable, puramente electrónica, sensual y repleta de giros inesperados. Suenan sintéticos, contundentes -la saturación de bajos es casi una constante- y a ratos bailables, con un empaque nada pretencioso donde la producción brilla por encima de las composiciones, sonando cien por cien Najwajean sin parecerse a ninguno de sus discos previos.

Bonzo arranca directo a la mandíbula con el tema que le da título, un hit instantáneo que podrían firmar M.I.A. o Missy Elliot. Tras él, destacan la más minimalista “Cold Outside”, “Nothing to lose” con su soberbia producción, una “One for me one for you” tan actual como desprejuiciada o “Rubbie Sunday”, de lo más popero del lote, hasta que “Waiting” cierra relajadamente dejándonos con ganas de más. Por suerte, a pesar de lo guadianesco de su trayectoria, cada vez que les preguntan insisten en que no se van a separar nunca, algo que celebramos. Que vayan a su ritmo, nosotros les esperamos. Vale la pena.