¿Qué nos está diciendo Bob Dylan con su última canción?

En estas semanas de confinamiento forzoso que llevamos, a causa del Covid-19, se han estado llevando a cabo las más diversas iniciativas, en todos los terrenos, para hacernos unos a otros la situación más llevadera. Discográficas que liberan su catálogo, editoriales que dejan leer sus libros, empresas informáticas que ofrecen sus recursos para facilitar la comunicación, plataformas que dejan usar sus servicios gratuitamente durante un tiempo… Y, sobre todo, gente anónima que comparte lo que tiene con los demás, sean impresoras 3D, poesías, aplausos desde los balcones o música. Sí, es verdad, no todo es de color de rosa y también hay una cara oscura en los comportamientos de cierta gente, pero no quiero pensar en ella ahora. Quedémonos con lo bueno, si se puede decir así.

No son pocos los músicos, famosos o no, que han aprovechado para dar a conocer alguna canción nueva, relacionada en general con la situación que estamos viviendo, seguramente con la idea de entretenernos y que nos olvidemos durante un rato de esta pesadilla. Pero yo creo que ninguno de nosotros esperábamos lo que ha pasado este viernes. Nada menos que Bob Dylan compartía con sus seguidores un nuevo tema, el primero original que publicaba desde que en 2012 vio la luz Tempest, su último disco con canciones propias si no tenemos en cuenta la profusión de bootlegs, ahora oficiales, que se han editado en los últimos años. Solo por eso, por ser su primera composición en 8 años, ya se trataba de un anuncio de suma importancia.

Pero estamos hablando de Bob Dylan. Un tipo al que el mundo, aparentemente, se la trae bastante floja. Un tipo que no suele dar puntada sin hilo, ni hacer las cosas porque sí. Dylan no podía limitarse simplemente sacar una canción normal que hablara de amor universal y unidad frente a la adversidad y bla bla bla, aunque si lo hubiera hecho ya estaríamos hablando de uno de los acontecimientos musicales del año. Pero no, nada de lo que hace Dylan es trivial ni responde a la casualidad, y es por eso que resulta tan intrigante lo que ha pasado este viernes.

Empezando por el mismo anuncio del lanzamiento. En su cuenta de Twitter les da las gracias a sus seguidores por su lealtad y apoyo durante todos estos años. Sí, sabemos que Dylan en el fondo está agradecido a sus fans, por mucho que se muestre huraño y distante con ellos la mayor parte del tiempo. Pero, ¿a qué decirlo ahora? Y luego esa despedida… Permaneced a salvo, estad vigilantes y que Dios esté con vosotros. No sé a vosotros, pero a mí este agradecimiento tan poco usual seguido de esta frase tan apocalíptica me huele a chamusquina. Me recuerda, lamentablemente, a aquellos días de enero de 2016 en los que todos escrutábamos las señales que Bowie nos había dejado en sus últimas canciones, en el vídeo de “Lazarus” y el disco Blackstar. No quiero ser agorero, pero… ¿Soy el único al que le da un vuelco el corazón, se le encoge el estómago y se le pone la piel de gallina pensando en la posibilidad de que Bob Dylan se esté despidiendo?

«Saludos a mis fans y seguidores con agradecimiento por todo vuestro apoyo y lealtad durante los años. Esta es una canción inédita que grabamos tiempo atrás que podéis encontrar interesante. Permaneced a salvo, observad y que Dios os acompañe».

Y luego, claro, está la canción. No nos olvidemos de lo más importante, que es siempre la canción. Como es de suponer, nadie que conozca la trayectoria de Dylan puede imaginarse ni remotamente que el buen hombre haya aprovechado los días de confinamiento para sacar la guitarra o el piano y componer en media hora otro himno más contra el desaliento que nos invade en estos días. No, en el mismo mensaje de Twitter nos avisa: se trata de una canción que compuse mucho tiempo atrás. Dylan, o al menos la gente que lleva los asuntos de Dylan, es bastante celoso de su material inédito. El hecho de que nos regale una canción inédita, tenga los años que tenga, sería, insisto otra vez, un gran acontecimiento por sí mismo. Pero esa canción…esa canción… De entrada, se trata de su canción conocida más larga hasta donde yo sé, casi 17 minutos. Por unos cuantos segundos supera a “Highlands”, de su álbum Time Out Of Mind (1997), y es varios minutos más larga que “Tempest”, “Desolation row” o “Sad-eyed Lady of the Lowlands”. ¿Y esa foto de Kennedy acompañando el mensaje y la canción? También es conocido que Dylan ha tenido siempre cierta obsesión con determinados acontecimientos históricos, entre ellos especialmente el asesinato de John Fitzgerald Kennedy en Dallas, en 1963. Vale, hasta aquí todo en orden. Bob Dylan compuso en su momento (calculan sus más fervientes seguidores que podría haber sido precisamente en las sesiones de Tempest) una canción dedicada a JFK que, por el motivo que sea, quedó fuera del correspondiente álbum. Y ahora, uniéndose a la corriente general de altruismo que nos rodea, la comparte con sus seguidores sin que tengamos que esperar al enésimo volumen de sus Bootleg Series. De nuevo, si todo quedara aquí, sería una magnífica noticia, digna de aparecer en los telediarios entre cifras y cifras de afectados por el maldito coronavirus. De hecho, ha aparecido.

Pero aún hay más. Escuchamos la canción y, ¿qué nos encontramos? Aquí es donde todos nos quedamos con la boca abierta, bien sea para bostezar algunos, por estupefacción y admiración otros. Resulta que “Murder most foul” (“El asesinato más repugnante”) no es una canción al uso, sino más bien una letanía, un tema cercano al spoken word que no varía ni una décima de segundo su monótona cantinela. Si bien Dylan se ha acercado a este tipo de canción varias veces a lo largo de su carrera, aquí recuerda más a los últimos trabajos de Leonard Cohen o Nick Cave que a sí mismo. También a algunas canciones de la gloriosa serie American Recordings de Johnny Cash, sobre todo a las últimas, cuando el gran hombre de negro apenas tenía fuerzas para recitar las letras con lo que le quedaba de voz. Incluso puede recordar a una versión ajada y cansada del Astral Weeks de Van Morrison menos luminosa y pastoril.

Porque, y vamos al grano, la canción no tiene nada de luminosa y pastoril. Partiendo del ya mencionado asesinato de JFK, “Murder most foul” parece hablar más del asesinato de una civilización, de toda la Humanidad, que de una sola persona. Dylan nos ha entregado quizás su “My way”, pero a buen seguro “Murder most foul” es su “American pie” y quién sabe si su “Eve of destruction”. Dando vueltas y más vueltas alrededor del luctuoso hecho ocurrido en Dallas en 1963, Dylan da un repaso casi íntegro a la historia de su país en la segunda mitad del siglo XX. Es como si el parón, algo inconcebible en un músico que ha hecho de la carretera su modo de vida, y no me refiero desde luego a lo económico sino a que el contacto con su público y los escenarios son el combustible que le mueve, le hubiese recordado esta canción en la que repasaba su vida a través de hechos, lugares y personajes. Dylan saca su Rosario, empieza a pasar cuentas y recita con voz monótona los nombres de Personajes y Lugares Sagrados: Kennedy, Woodstock, Altamont, los Beatles, la Era de Acuario, el Tío Sam, Scarlett O’Hara, Tommy y la Reina del Ácido, Patsy Cline, Wolfman Jack, Etta James, Tom Dooley, Marilyn Monroe, los Eagles, Oscar Peterson, Stan Getz, Bud Powell, Bugsy, Nat King Cole, Lindsey Buckingham y Stevie Nicks… También habla de canciones, de situaciones, de lugares, de Macbeth y los mercaderes de la muerte, que puede que sean los mismos de “Masters of war” y, por tanto, los tiempos no hayan cambiado finalmente. Las referencias, propias y ajenas, son casi innumerables, y a buen seguro que los más dylanitas estarán escudriñando la canción con lupa y disfrutando de lo lindo. Solo por eso, por ese tremendo y dilatado repaso a la cultura del siglo XX ya estaríamos hablando de un excelente regalo por parte de Dylan.

 

Pero yendo más allá de los nombres propios y las referencias, encontramos un tono oscuro, apocalíptico, muy apropiado y nada apropiado, a la vez, para los tiempos que corren. Dylan ha escogido precisamente esta canción, justamente esta, entre todas las que sin duda tendrá guardadas en un cajón. ¿Por qué? ¿Qué nos está queriendo decir? ¿Está usando las referencias a aquel aciago momento para describir lo que está pasando ahora? Cuando se pregunta por dónde está la verdad, cuando despide al Tío Sam, cuando habla de que “solo los hombres muertos son libres”, o de que “los negocios son los negocios”, o las referencias a la venida del Anticristo… ¿Está hablando solo de 1963, o lo hace extensible a la actualidad? ¿Es una canción cualquiera la que ha escogido Bob Dylan para regalarnos? ¿Es un regalo envenenado? ¿Nos está empujando hacia la cruda realidad, dándonos un instrumento para que veamos más allá de nuestras narices, de lo que nos dejan ver? ¿O es simplemente otra broma del Bardo Máximo, que tal vez se esté relamiendo mientras ve las discusiones que ha provocado con una simple canción que ni siquiera es una canción? O, lo que sería peor todavía y lo que me ha motivado principalmente a escribir estas líneas… ¿Ha escogido “Murder most foul” como regalo porque funciona como un resumen de su vida, de nuestra vida, de nuestro Together Through Life que toca a su fin? ¿Está recorriendo su Via Crucis y aprovecha para pararse ante cada Estación y rezar a su Panteón particular? ¿Nos estás diciendo a tus fans que «thanks for the dance«? No te nos irás, ¿verdad, Bob? No ahora, por favor. Ahora no.

9 comentarios en «¿Qué nos está diciendo Bob Dylan con su última canción?»

  • el 29 marzo, 2020 a las 11:41 am
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    Grana análisis, Fidel. Me parece muy acertado el símil con el Astral weeks de Morrison. Esperemos que tu pálpito no sea cierto y sea solo una “dylanada” más.

  • el 30 marzo, 2020 a las 12:14 pm
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    El gran Bob nos esta mandando su mensaje mistico del rechazo a esta sociedad materialista y nos invita a la reflexion con el pensamiento libre .

    • el 31 marzo, 2020 a las 10:11 am
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      «El gran Bob nos esta mandando su mensaje mistico del rechazo a esta sociedad materialista»… desde su mansión. En serio, cortaros un poquito.

  • el 31 marzo, 2020 a las 10:23 am
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    Los que hemos acompañado su vida plena de poesía y música se nos encoje el corazón y nos enfrenta al espejo que somos con nuestros aciertos y errores. Gracias Dylan por tu perseverancia en tratar siempre de superarte y que sirves de bandera libre al viento para creer a pesar de todo en un mundo mejor.

  • el 31 marzo, 2020 a las 1:37 pm
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    Querido Bod, gracias por llenar de lírica, de nuevo , este mundo prosaico y venial, donde la belleza se ha convertido en algo tan estúpido como el consumismo convulsivo y la falta de criterio de la masa. Gracias por hacernos felices.

  • el 31 marzo, 2020 a las 8:15 pm
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    Me suena como salmodia… de aquel que sabe y quiere compartir lo que cree es la verdad. Suena triste. Y espaciada bajando con monotonía. Diría que estamos viejos parece que cerca de irnos y que dejar
    algo de experiencia es algo.

    • el 14 abril, 2020 a las 3:09 am
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      Yo creo que este hombre esta super bajo de tono emocional.
      Que quiere decir ?¿Está usando las referencias a aquel aciago momento para describir lo que está pasando ahora? o es un aviso? para Un Líder Mundial? del cual es participe.
      Súbete de tono Bob y llévanos al Jubilo no a la muerte.
      Cántale a la Vida.
      La vida son acciones de Supervivencia. LLegó la hora de poner integridad ,
      no pierdas la oportunidad.

  • el 8 abril, 2020 a las 12:23 pm
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    La obra de Dylan, como la de los grandes creadores, está abierta a múltiples lecturas. ¡Excelente análisis de “Murder Most Foul”!

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