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Palace (Ballantine’s True Music – Sala El Sol) Madrid 10/06/17

El Ballantine’s True Music se despidió este fin de semana como el festival recién inventado del eterno telonero. Algunos grupos y solistas se lo toman como una diva en un camerino cochambroso mientras que otros salen al escenario con humildad. En la segunda categoría figuran propuestas como la de Sunset Sons en la Joy Eslava, Ed is Dead en la Penélope y la íntima actuación de Palace en El Sol.

A cinco minutos antes del comienzo del show, su líder Leo Wyndham salía en solitario y con cautela para revisar el juego de pedales y de paso echar un vistazo al panorama: únicamente 10 personas habían llegado a la sala para presenciar su directo. El inglés se perdía por detrás de la cortina roja y ‘lynchiana’ de la sala El Sol para aparecer un poco más tarde con el resto de la banda cuando solamente treinta personas más habían ocupado la pista. El cantante pedía al técnico de sonido que siguiera con el hilo musical, aún no se sentía preparado, pero desde arriba no supieron entender sus indicaciones y el silencio se hizo con la bajada de luces mientras Wyndham se preparaba con una sonrisa irónica susurrándose a sí mismo:“mierda”.

Tras romper el silencio con “Break the Silence”, tema que abre su LP So Long Forever, un chico de la primera fila pedía su canción favorita pero Palace reservaron los temas más populares hasta bien entrado el concierto. Tras completar el primer trío de canciones, el cantante pedía a los asistentes que llenasen el triste hueco formado entre el escenario y el público, para más adelante invitarles a besarse si así lo deseaban mientras sonaban las guitarras con slide de la romanticona “Veins”.

Es irónico que, a pesar de estar patrocinado por el whisky Ballentine’s, en este festival predominaba más la cerveza y los combinados con ginebra o vodka entre público y artistas, lo que no evitó que el cantante de Palace llamase a la borrachera mientras le daba un trago a su birra antes de sumergirnos a todos en las guitarras de “Live Well”.

Wyndham es un tipo alto, pero seguía una coreografía con la que se ponía de puntillas para situar su boca sobre el micrófono al mismo tiempo que contoneaba su torso y giraba su guitarra. En la pista, el amigo del que pedía “Holy Smoke” minutos antes le daba una palmadita en la espalda a su colega, “So Long Forever” fue la siguiente con los ecos de sus guitarras anunciando el final de un concierto que supo a poco. “Nos volveremos a ver, a lo mejor el año que viene en el Primavera, bueno, sí, en nuestros sueños”, expresaba el cantante con una humildad casi pesimista.

Quedaban aún un par de grandes momentos, como la súper rompe corazones de “It’s Over”, en la que el cantante aguantó el estribillo unos segundos para mirar al público con unos ojos azules escondidos bajo una gorra roja; y el éxtasis de “Bitter”, con el batería y las guitarras dando toda su fuerza, conscientes del final del show.

Siempre llegarán otros grupos y solistas con una mayor campaña de marketing y un público más fiel para vender entradas en los festivales más grandes de nuestro país, pero el True Music Festival ha sido un revitalizador que ha (medio) llenado 17 salas madrileñas con bandas nacionales e internacionales que han servido de calentamiento con aire acondicionado para el Mad Cool.

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