Phantogram – Three (Republic Records)

La banda estadounidense Phantogram volvió a finales del pasado año con su tercer disco de estudio Three, un álbum de ritmos bailables con el que el dúo formado por Josh Carter y Sarah Barthel da un acertadísimo giro hacia un dream pop enérgico y rotundo desmarcándose de ese trip-hop denso y un poco insulso de sus anteriores trabajos. Siguiendo la línea que venían trabajando desde su proyecto colaborativo Big Grams, con Big Boi de Outkast, en este disco Phantogram acaban por tomar definitivamente el rumbo hacia un sonido más duro, con guitarras distorsionadas, ritmos vigorosos y sintetizadores de sonido envolvente para hablarnos de tristeza, pérdida, oscuridad y muerte. La hermana de Barthel se suicidó en enero del 2016 pillando a la banda en pleno trabajo, por lo que la sombra de la muerte planea todo el disco y, aun así, el dúo neoyorquino jamás había sonado tan animado. Y son precisamente los temas más movidos los de mayor calidad y donde la banda saca lo mejor de sí.

Tras la apertura un poco insípida de “Funeral Pyre” con “Same Old Blues” la cosa empieza a coger color, parece que esto se pone interesante y comenzamos a menearnos en la silla, movimiento que se hará incontrolable cuando el ritmo se apodere de nosotros con “You Don’t Get Me High Anymore”, hitazo indiscutible y uno de los mejores temas en la discografía de Phantogram, un single que no te sacarás de la cabeza y que encapsula lo mejor del disco: la voz de Barthel arrasando con todo cual huracán sónico, una base potente y un estribillo electrizante a más no poder. Antes de recuperarnos del subidón de adrenalina, con el piano inicial de “Cruel World” volvemos a tocamos el cielo, intensidad a la que no regresaremos hasta encontrarnos con el sonido industrial de la adictiva “Run Run Blood”. Es cierto que “You’re Mine” tiene su gracia, pero la voz de Carter no me ha llegado a los mismos niveles que la de Barthel y he preferido sin duda los temas en los que ella es la voz principal a los que cantan los dos o sólo Carter. “Calling All” también tiene su chispa, pero no llega a los momentos de grandeza de las arriba citadas.

Los temas relajados se hacen más prescindibles, “Barking Dog” deja un poco frio después de los dos temazos que la preceden, la voz de Carter no engancha, el tema se hace aburrido y monótono y recuerda a sus anteriores trabajos que, en mi caso, no he echado nada de menos. Lo mismo pasa con “Answer”, “Destroyer” e incluso “Funeral Pyre”, temas faltos de potencia que te desinflan un poco, no están mal pero les falta contundencia y desentonan un poco con la estructura del disco.

Three es un álbum altamente disfrutable y en su poca más de media hora de duración queda patente que Barthel es lo mejor del disco, eclipsando incluso a su compañero y echándosela de menos en los temas en que queda relegada a un segundo plano. Puede que a los fans de mucho tiempo este experimento pop de melodías más enfocadas al mainstream no les convenza pero, en mi opinión, Phantogram han dado un paso adelante haciendo su sonido mucho más atractivo y ganando una potencia sonora de la que carecían.

 

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