Ramona Falls

En la música indie los solos de guitarra no están muy bien vistos últimamente porque parecen sonar un poco horteras

Brent Knopf era hasta hace poco menos de dos años la tercera parte de Menomena, banda que abandonó de forma amigable para centrarse en su proyecto en solitario, Ramona Falls. En su disco de debut, Intuit, decidió mirar hacia adentro y entregar un trabajo personal y con un sonido orgánico e intimista.

Para su segundo trabajo, Prophet, ha recuperado las guitarras eléctricas y las distorsiones con las que venía jugando en Menomena, y se ha lanzado por una montaña rusa de cambios de ritmo, solos de guitarra y pianos frenéticos, que aun así sigue mostrando a Knopf como un orfebre del pop.

Prophet salió al mercado hace pocas semanas, aunque sigue sin distribución por Europa, así que decidimos charlar con él para que nos contara un poco más acerca de este nuevo trabajo, de Ramona Falls, y de la inseguridad que provoca no saber si se está haciendo lo correcto.

Felicidades por tu nuevo disco, Prophet.
¡Muchas gracias! Ha sido un trabajo intenso y muy, muy absorbente pero estoy muy contento de que el disco esté finalmente en la calle.

Prophet es un disco que suena más a ”disco de  banda” que tu debut, Intuit, y que tiene un sonido mucho más potente que aquel.
Quería que este disco tuviera más energía, con más protagonismo de la guitarra. Mientras que el primer disco como Ramona Falls era más atmosférico, este quería que fuera más afilado y contundente.
 
¡Incluso hay solos de guitarra!
(Después de una sonora carcajada, medio avergonzado confiesa) Sí, ya sé que en la música indie los solos de guitarra no están muy bien vistos últimamente porque parecen sonar un poco horteras. ¿Qué puedo decir? El primer tema que compuse en mi vida tenía un solo de guitarra, así que me apetecía  volver a repetirlo en Prophet.

El proceso de grabación de este disco también ha sido diferente de Intuit. Cuéntanos.
Para el primer disco, Ramona Falls era solo yo, nunca había tocado temas de Ramona Falls con una banda propiamente dicha. Así que utilicé el proyecto como excusa para llamar a un montón de amigos a los que respeto mucho y preguntarles si les apetecía perder 2 ó 3 horas grabando conmigo. Iba a sus casas o locales de ensayo, les daba unas mínimas pautas y grabábamos durante tres horas. Lo que salía, lo llevaba a casa e intentaba engancharlo con el resto de material.
Para este disco el proceso ha sido diferente, porque hemos formado una banda, Paul Alcott, Dave Lowenson, Matt Shehy y yo, que ahora es Ramona Falls. Quería que el disco sonara como el disco de una banda. Así que Prophet, en su mayor parte, lo hemos grabado sólo nosotros cuatro. Aun así tengo muy buenos amigos con los que me gusta colaborar, y que también participan en este disco. Así que básicamente el grupo somos nosotros cuatro más cuatro invitados.
Para el primer disco yo tomaba todas las decisiones. Para este nuevo trabajo ha habido muchas conversaciones y mucho feedback con el resto de la banda. Nos  reuníamos una vez a la semana y grabábamos demos y las comentábamos y les dábamos vueltas. Es un proceso muy agradecido que he disfrutado mucho.
 
Parece que te gusta colaborar con otra gente en tus proyectos.
Sí, me gusta mucho el aspecto impredecible de cruzar ideas con gente y trabajar con ellos para conseguir algo que no te esperabas. Y me gusta la mezcla de diferentes personalidades. Sí, definitivamente, disfruto mucho colaborando con gente. Mi proceso creativo puede ser muy intenso y me implico mucho, así que no sé si es un proceso válido para todo el mundo.

¿Así que el proyecto Ramona Falls ya no es un proyecto personal?
Bueno, es algo raro. Me gustaría mantener la banda y que los cuatro que grabamos el disco fuéramos los que presentáramos los temas de Ramona Falls en directo. Pero Matt, el guitarrista, también es parte de otro grupo que se llama Lost Lander. Y en los últimos tiempos se está haciendo bastante popular, así que ha tenido que abandonar su participación en Ramona Falls para centrarse en Lost Lander. Y ahora estoy en ese punto en el que me gustaría que Ramona Falls fuera una banda, pero me pregunto si no es más bien un proyecto en el que los músicos participan cuando pueden. Es difícil pedirle a la gente que dedique su tiempo cuando no hay dinero para pagarles. Así que estoy doblemente agradecido por su colaboración en el disco, de hecho por todas las colaboraciones que aparecen en el disco, y cruzo los dedos para que algún día el proyecto pueda pagar las facturas de los músicos que participan en él. Eso sería genial.
 
Las letras de Prophet son también más oscuras que en Intuit, y parece que encierren algo de miedo y desazón. Pero luego charlamos y me pareces una persona sonriente, alegre y con mucho sentido del humor, y se me hace difícil imaginarte cantando algunas de tus propias letras. ¿Escribir las letras es para ti como una especie de terapia en la que vuelcas lo que te preocupa?
Hmmm (ríe)… es cierto que muchas veces los artistas utilizamos las canciones para liberarnos de cargas o cosas que nos preocupan y las utilizamos como formas de terapia. Pero en mi caso se trata más bien de pequeños puzzles que tengo que resolver, como piezas de un engranaje que me sirven para contestar algunas preguntas que me hago y sobre las que no sé la respuesta…y probablemente nunca vaya a saberla.
Muchas veces en mis letras habitan personajes que están en escenarios que no necesariamente son reales, y que muchas veces no me gustaría vivir en mi día a día, y es curioso ver como los personajes se desenvuelven en esos escenarios. Es divertido coger un tema y explorar sensaciones y sentimientos que suelo evitar en mi vida diaria.

¿Crees que el hecho de haber dejado Menomena ha afectado de alguna forma este disco?
¡Seguro! Por supuesto que sí. Primero, trabajar con Dani y Justin durante 10 años en Menomena y haber hecho cuatro discos y medio, ha sido genial. Nos lo pasábamos bien juntos y ambos son unos increíbles escritores de canciones. Pero los tres estábamos preparados para un cambio en la banda. Y yo decidí seguir mi propia aventura y eso en parte significaba cambiar la manera en que tomo las decisiones. Y el proyecto de Ramona Falls quería que fuera el proyecto en el que yo tomo las decisiones. No es que me sienta especialmente cómodo con este rol, porque no soy de esas personas a las que les gusta decir a los demás lo que tienen que hacer. Por eso he decidido actuar como una especie de comisario, en el que más que decir a cada cual lo que tiene que hacer, me encargo de escuchar todas las opiniones y encontrar el equilibro y las proporciones.
Muchas veces hay opiniones contrarias, pero precisamente el punto medio entre las diferentes tensiones es donde determinada canción encuentra su propio camino. En Menomena todos teníamos opiniones muy fuertes y personalidades, muchas veces, intransigentes. Y cuando estas opiniones se enfrentaban en algún momento, era complicado encontrar la manera de seguir hacia adelante. Eso es lo que pasa cuando cada persona es un tercio exacto de la banda. Con Ramona Falls, como te digo, prefería actuar como una especie de árbitro. Sí, a veces me pregunto si no tengo demasiado en cuenta la opinión de los demás. Pero es la filosofía que quiero seguir con Ramona Falls.

Algunos de los temas de Prophet tienen un sonido que puede sonar familiar a los fans de Menomena. ¿Escribiste alguno de los temas de este disco mientras aún estabas en la banda?
Tengo curiosidad por saber cuál (pregunta con una sonrisa. Cuando le contesto que, por ejemplo “Brevony”, sonríe, se queda pensativo un momento y luego se ríe).
Jaja. Escribí la primera parte de ”Brevony” para el disco Mines. De hecho hay una línea en la letra que dice “this year is mine”, y que pensaba que encajaría con el sentido general de Mines (juego de palabras entre mines = mina y mines= míos). Pero ¿sabes qué? puse “Brevony” encima de la mesa, y a Dani y Justin nunca les gustó, ni siquiera para darle una oportunidad, porque consideraban que no encajaba con el sonido de Menomena. Así que (ríe) es divertido que me digas que es un tema que suena a Menomena, porque Dani y Justin nunca lo consideraron así. Así que si acaso NO es una canción de Menómena (risas), porque si lo hubiera sido, hubieran pensado que valía la pena trabajar con ella.

¿Puedes explicarnos un poco la historia del título del disco, Prophet?
Mi familia es muy religiosa, con creencias muy fuertes, y desde niño siempre he estado escuchando historias de profetas, de personas que podían prever el futuro. Durante la grabación de este disco me preocupaba mucho el no saber cuáles de las cosas que estaba haciendo, y en las que estaba invirtiendo mucho tiempo y cuidando mucho, eran las que realmente iban a funcionar.
Esto me lleva a algo que siempre me ha preocupado: cómo saber que las decisiones que uno toma en la vida son las que van a llevar a algo bueno… hmmm… o cómo saber si los caminos que se descartaron no hubieran llevado hacia un punto mejor que en el que estamos. Para mi el profeta es como un vidente, esa persona que puede ver el futuro y decirte si esa decisión que vas a tomar te va a llevar a algo valioso. No sé si has visto el mecanismo del packaging (ver vídeo más abajo), en el que al profeta le haces una pregunta y te responde, girando el mecanismo del pack. Esa es la idea general del título.

Hablando del packaging, es realmente espectacular. Me recuerda un poco a los primeros discos de Menomena, como I Am The Fun Blame Monster o Friend and Foe, con packagins interactivos realmente cuidados. Parece que para ti es tan importante el envoltorio como el contenido del disco, ¿no?
Sí, a veces me pregunto ¿soy músico o soy diseñador de packaging? (risas) ¿Ves? Ese es uno de los ejemplos en que no sé si estoy tomando la decisión indicada, invirtiendo el tiempo en algo realmente importante (sonríe). No quiero ser de los que dan un trozo de plástico sin ninguna gracia al que hace el esfuerzo de comprar mi disco. Mientras pueda permitírmelo, intentaré que el packaging sea algo especial.
Para Prophet, uno de mis mejores amigos, Nicholas Mahon, y yo estuvimos dándole vueltas durante mucho tiempo, siempre jugando con la idea de “profeta”, de “dar respuestas”. Yo me encargué del mecanismo de funcionamiento y él puso las imágenes. Siempre he sido un apasionado del packaging de los discos y me gusta pensar que en cada nuevo proyecto alguien pueda decir “sí! alguien le ha dedicado tiempo a pensar en esto! Me encanta!” y conseguir que sea una experiencia total, no sólo la de la música que hay en el disco. Me gusta que alguien, incluso antes de meter el cd en el reproductor o el vinilo en el tocadiscos, pueda interactuar y disfrutar de un momento de sorpresa o de alegría.

Además de tu propio disco, en los últimos tiempos has estado ocupado produciendo los respectivos trabajos de Lost Lander y Dear Reader. ¿Te gusta trabajar en el estudio? ¿Qué aportan estas experiencias a tu propio proyecto?
Más que trabajar en el estudio me gusta trabajar en canciones. Me gusta coger pequeñas ideas y ver cómo se acaban convirtiendo en canciones de verdad, me gusta ese proceso de descubrimiento. Creo que soy una persona que ve más allá de las canciones. Cuando alguien me enseña una demo de un tema, soy capaz de ver diferentes opciones que pueden llevar a distintos resultados. Y me encanta esa idea de desenvolver la canción y descubrir qué se esconde dentro y cuál es la forma final hacia la que fluye la canción.
En cuanto a Dear Reader y Lost Lander, en ambos casos se trata de bandas que escriben canciones increíbles, formadas por músicos increíbles y con los que soy feliz trabajando en una misma habitación. Tanto en los dos discos de Dear Reader que he producido, como en el de Lost Lander, la experiencia ha sido muy positiva y enriquecedora. Cuando abres tus canciones a otra gente, tanto si son propias como si son de los demás, siempre es un proceso muy enriquecedor, porque compartes emociones y puntos de vista con otras personas. Y siempre aprendes cosas nuevas que puedes aplicar a tu propio trabajo.

¿También te gusta salir de gira? Hablas con tanta pasión del trabajo en estudio y de lo que disfrutas y te implicas en la grabación de tus discos, o en la de los demás, que me pregunto si te lo pasas tan bien dentro de la dinámica de una gira. ¿Te veremos próximamente por Europa… o España más concretamente?
Si el feeling con la banda es bueno, y la audiencia se lo pasa bien y la parte técnica no falla, sí, disfruto mucho tocando en directo. Me encantaría venir a Europa a tocar. Pero de momento es algo que no podemos permitirnos económicamente… ¡porque ni siquiera tenemos sello en Europa para este disco! Pero quién sabe si en un futuro, no muy lejano, ¡espero!, podremos llevar las canciones de Ramona Falls a los escenarios españoles. Me encantaría.

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