Robert Forster – Songs To Play (Universal)
Tener es retener, pero en el caso de Robert Forster es reconquistar y acrecentar. Reconquistar no por necesidad si no por disponer de su espacio de inspiración, labor y expresión, y acrecentar por dejar que su talento siga avanzando dentro del universo de sus canciones.
Songs To Play es un álbum que ha tardado siete años en hacerse. Pero esto no significa que haya habido dificultades de por medio. Más bien se trata de una confección a ritmo natural que ha ido formándose poco a poco hasta tener listas diez canciones que, a modo de cara A y cara B de un vinilo, ponen en evidencia la sabiduría pop de quién, en su día formó junto al recordado Grant McLennan una brillante banda llamada The Go-Betweens.
En esa tesitura, el australiano sigue por su senda de guitarras de cuidadosos arreglos y melodías que cobijan sus historias de cercanía y observación sin buscar ser trascendente o pomposo, respetando el pop como formato de solvencia y madurez, algo que ha sido una constante desde sus inicios.
En esa fortaleza compositiva, Forster escribe una nueva página emocional y lo hace rodeado de músicos, entre los que se cuenta su esposa, su hijo y otros jóvenes en un ejercicio cotidiano que , además respira una humildad y confianza en lo que presenta. Sus palabras, el fraseo, los espacios y el soporte musical se amparan unos a otros con comodidad. Resuenan ambientes que guardan ciertas reminiscencias folk y el músico no duda en caminar por medios tiempos y ritmos un poco más airados aunque se mantiene la sensación de unidad en este andar.
En esa senda, y por destacar algunos momentos de un disco sin altibajos, sacan la cabeza «Let Me Imagine You», «Songwriters On The Run» o «And I Knew», entre otras canciones de guitarras, estribillos, sobrios arreglos y mucha calidad.
Pero no es este un álbum rimbombante en el que haya un gran despliegue de medios, no. Lejos de la grandilocuencia lo que se pone sobre la superficie, y por méritos propios, es el andamiaje y la lucidez de unas composiciones no exentas de reflexiones, humor y personajes en los que Robert Forster demuestra una evidente sabiduría de lo que implica el término pop. Una notable disposición a hacer de lo pequeño algo refulgente en un puñado de minutos que pueden volverse permanencia y entusiasmo.