The Doors – Live at The Isle of Wight Festival 1970 (Universal)
Diríase que cuando The Doors llegaron a Inglaterra para tocar en el festival de la Isla de Wight, Jim Morrison estaba hasta los cojones. No hay más que verle aquí para imaginar que el juicio por obscenidad que en Estados Unidos le aguardaba le había machacado. Al final el cantante no acabaría en la cárcel, pero estuvo cerca y no hay duda de que eso tuvo que afectarle. A él directamente y a sus compañeros de banda Jim. Irónicamente, al poco The Doors dejarían de existir tras la infame muerte de Morrison en París, por lo que una sombra de malditismo se cierne sobre el cuarteto al visionar esta edición definitiva del citado show en la isla. Pero a lo mejor el cantante no solo estaba harto de las leyes de los hombres, a o mejor también estaba saturado de la reacción de un público que en ocasiones parecía buscar más paripé que música, más show que canciones.
Todo ello tiene que ver con que la actuación de The Doors capturada en este Live at The Isle of Wight Festival 1970 sea lo que menos te esperes de la banda si lo que tienes en mente es al rey lagarto, al yo parto y reparto y a la locura con salvocnducto musical bajo el brazo. Y eso es precisamente lo más atractivo de este devuevedé más cedé, que Krieger, Manzarek y Densmore se centran como siempre en tocar, mientras que Jim hace lo mismo. Se ancla al micrófono, estático, y canta. Y cómo canta. A veces parece que entre poemarios, escándalos y carisma haya que reivindicar al Jim Morrison cantante. Bueno, pues aquí está, cantando con voz de oso templado, blues blanco, o algo parecido. Porque todavía resulta imposible clasificar qué eran los Doors. Afortundamente. Live at The Isle of Wight Festival 1970 son setenta minutos de show para degustar. Seguramente, si hoy The Doors aún existieran siendo capitaneados por Jim e hicieran un show de este tipo, la gente aun se seguiría revolviendo. Pero lo cierto es que eso es lo que hace de Live at The Isle of Wight Festival 1970 algo especial, que tienes a la banda y al cantante ensimismados en su música, perdidos en su poesía, conscientes de que están dando la mejor interpretación posible de sus clásicos.
Este no fue el final, pero se acercó bastante y pocas fechas más en vivo les quedaban. Afortunadamente, antes de que Jim se fuera a París para encontrarse con su fatal destino, la banda se reagrupó para grabar L.A Woman, su mejor disco, el más centrado, el más duro, el más blues. Con Jim en su faceta osezna alejado de su lado más sexy, gruñiéndole a la ciudad, al amor y a las conjeturas que se cernirán sobre él para siempre. Ya sabéis, ¡el señor Mojo se alza!
Sensacional artículo para Muzikalia de Juanjo Ordás sobre The Doors en la Isla de Wight.
Para mí, Jim Morrison, es uno de los mejores cantantes de la historia del rock, sin duda.
Un saludo.
Excelente reseña
Esta banda fué de lo mejor que existió. Seguramente dentro de otros 50 años seguirá cautivando.