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Touché Amoré + Trauma Ray + Boneflower (Sala Mon) Madrid 22/01/25

Desapacible día el miércoles en Madrid que, sin embargo, no fue óbice para que la Sala Mon colgara el mensaje de “no hay billetes” de cara a celebrar el que sería uno de los carteles más atractivos que se recuerdan para los fans de la escena post-hardcore y derivados, compuesto por los locales Boneflower, los prometedores Trauma Ray y los protagonistas de la velada, los casi ya diríamos legendarios Touché Amoré.

A las formas del sello Dischord y de toda la ética inherente a la escena, el reparto de horarios estaría perfectamente medido y fueron los madrileños Boneflower los encargados de encandilar a una sala que ya presentaba buena entrada a primeras horas de la tarde. Si bien justo el año pasado no pude disfrutar como debiera de su propuesta teloneando a Viva Belgrado (vi casi todo este bolo un par de filas detrás de su guitarrista Jaime Acosta, por cierto) debido a la bola de ruido que ahogaba del todo la voz de Eric su frontman , en esta ocasión sí pude hacerlo. Una muestra de entrañas  tremendamente intensa y física poseídos por una constante de violencia y belleza fugaz a ramalazos. Muchas ganas de que publiquen nuevo disco por fin.

Les siguieron una de las sensaciones del pasado año para quien les escribe, Trauma Ray. Como buen infatigable buscador de nuevas sensaciones musicales, les descubrí por casualidad y quedé encandilado por el sonido netamente 90’s de su debut largo, Chamaleon (24). En directo fueron capaces de reproducirlo en buena medida, con esos ecos puntuales a Smashing Pumpkins mezclados con Deftones, en una suerte de shoegaze que a veces raya el doom y ciertos brotes post-hardcore más acordes con la ortodoxia  de la noche. Buena actitud, pero quizás faltó algo de juego de piernas lo que conllevó cierta sensación de linealidad en el desarrollo de su show, si bien temas como “Bishop” o “Chameleon” no tuvieron dificultad para ir estimulando notablemente a la ya nutrida audiencia.

Tiempo de cambiar por tercera vez de instrumentos y probar sonido de nuevo antes de la salida espectacular de unos motivadísimos Touché Amoré. Llevados en vilo por el carisma y pulso electrizante de su vocalista Jeremy Bolm, los de California ofrecieron un directo colosal. Y no sólo por lo ofrecido desde el escenario, sino por una desmesuradamente entusiasta reacción del público. Faltaron un par de canciones para que atronara “Art Official” y “Nine” , desbocadas e instantáneas canciones de sus orígenes para que aquello se convirtiera en un festival constante de pogos y moshing en una exhibición realmente exigente ahí abajo y que parecía sacada de cualquier concierto perdido en el tiempo del sacrosanto libro Nuestro Grupo Podría Ser Tu Vida de Michael Azerrad, esa biblia que narra el nacimiento de la escena alternativa a finales de los 80 en Estados Unidos.

No faltaron notables defensas de sus recientes temas como la emocionante “Hal Ashby” y el tenso falso crescendo de la sobrenatural “Force of habit”, ambas del buenísimo Spiral in a Strage Line, publicado el pasado año. La banda sonaba engrasada, entusiasta y tremendamente incendiaria mientras los temas eran coreados y vividos en éxtasis por su enfervorecida parroquia de fieles hasta culminar el grueso del lote con ese himno arrebatador que es “Flowers and you” para regresar ofreciendo un escueto bis con la ígnea interpretación de “Limelight”, otra de las cumbres de su carrera. Toda una ceremonia underground que llegó, sin embargo, hasta los cielos.

Fotos Touché Amoré: Raúl del Olmo

 

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