Trentemøller (La Riviera) Madrid 12/11/24
Heladora se presentaba la noche madrileña cuando, embozado en mi capucha, me acerca hacia La Riviera para presenciar el directo de Trentemøller. Hace poco tuve la suerte de entrevistarle para estas mismas páginas para tratar con ello de descifrar su viraje estilístico hacia parajes decididamente dreampop sin renunciar del todo a su primigenio pulso electrónico.
En ese sentido, el fruto más reciente ha sido su último trabajo publicado este año, Dreamweaver (24), decididamente más inspirado que su predecesor Memoria (22), donde las intenciones descritas aún titubeaban un poco, lo que conllevó un resultando por entonces algo timorato e impreciso.
Se afanaba el creador danés en comentarme que él nunca ha sido gran fan de la escena electrónica y precisaba que jamás había hecho techno (¡!), pero qué quieren que les diga: la parroquia de fieles allí congregada vibró de lo lindo cuando los beats y el desenfreno sónico lo inundaba todo, por mucho que el factor orgánico actual esté perfectamente integrado y que la banda que sustenta el directo de Trentemøller sea intensa y apasionada en su accionar escénico.
La candorosa voz de Disa Jakobs, omnipresente en su último disco, aportó una atmósfera etérea que, desde el inicio, logró conmover con ese arranque tan bello que fue “I give my tears”, mejor rescate de su reciente álbum junto a “Dreamweavers”, a todas luces una de las canciones más destacables de este 2024.
Pero hay algo que resulta del todo innegable. Fueron los momentos más desatados en los que Trentemøller retorcía y forzaba sus máquinas cuando aquello subía enteros exponencialmente convirtiendo La Riviera en una incendiaria discoteca que exudaba oscuro éxtasis. Sirva como perfecto ejemplo una poderosísima “Dead or alive” (no recordaba tan bueno este tema de Memoria) y, sobre todo, un tour de force final dedicado casi en cuerpo y alma a su clásico The Last Resort (06) donde, lo siento Anders, el techno minimalista se fundía con los instrumentos de la banda con brío y eficacia a través de canciones tan inapelables como “Vamp” o “Take me into your skin”.
Mención especial a Salvana como teloneros. Prometedora banda de shoegaze catalana a la que sigo la pista desde hace un tiempo y que, con un cancionero realmente emocionante, si bien parten de planteamientos algo arquetípicos del género, sus desarrollos instrumentales convierten su propuesta en una auténtica edificación de belleza desarmante.
Fotos Trentemøller: Raúl del Olmo