Monte del oso – Existen moscas que se relajan durante el vuelo (Underhill Records / Farmway Records)

Monte del Oso se estrenaron el año pasado como grupo (sus componentes vienen de otras bandas con cierta trayectoria) con Esto tiene que doler (Underhill Records / Farmway Records, 2015), un tratado de pop de guitarras que bebía del mejor rock alternativo de los 90 con miradas nada disimuladas hacia el power pop e incluso el punk. Aquel disco hizo que la crítica les diese una bienvenida casi entusiasta, llegando a tocar en el Primavera Sound.

Un año después, los pamplonicas nos presentan una nueva rodaja repleta, otra vez, de guitarras turgentes, melodías que se pegan al cerebro y urgencia, mucha urgencia y vitalidad. Un power trío en toda regla que no necesita de grandes aspavientos para construir un puñado de canciones que siguen sabiendo a independencia, a rock alternativo y a power pop, con referentes como Dinosaur Jr., Hüsker Du, Los Planetas, The Posies, los primeros Teenage Fanclub o Replacements en el horizonte.

Muchas de las canciones parecen ser escupitajos en la cara a terceras personas, con letras mordaces, hirientes a veces, liberadoras. El disco es una lección de agresividad lírica envuelta con montones de capas de sonido, potencia con control, un muro sónico contra el que te quieres golpear una y otra vez, incapaz de resistir maravillas como “Lo nuestro es otra cosa”, “Puede que me pase a verte”, “Canción por si me muero mañana”, con un estribillo que pide ser berreado a gritos en sus conciertos, o el tema que da título al álbum.

Monte del Oso son la prueba de que, aunque ya esté todo inventado como dicen algunos, todavía se puede hacer música que, vale, quizás no sorprenda, pero te asegura pasar un buen rato. Y otro, y otro, y otro…

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