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Andrés Calamaro (Noches del Botánico) Madrid 11/06/23

Pasadas las diez y cuarto de la noche, volvió a subirse ayer al escenario en la ciudad de Madrid Andrés Calamaro. Ya lo había hecho la velada anterior con Twanguero como telonero. Noche suave, sin amenaza de lluvia la del domingo, después de los chaparrones previos a los conciertos de Bob Dylan del miércoles y el jueves. Casi un año después (28/06/2022) del multitudinario concierto, con Ariel Rot, Kase.O y C. Tangana como invitados, que nos brindó en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid y que comenzó con un Andrés cabreado como una mona con aquellos que hacían fotos o videos con flash, el de Buenos Aires regresaba a su ciudad de adopción con ganas, energía y una gran banda a demostrar una vez más que es el mejor compositor en lengua castellana en activo. Calamaro exprimió hasta el agotamiento, la auto lesión y la enfermedad su genio compositivo. Tuvo años de delirio, en los que compuso algunas de las mejores canciones pop y rock en nuestro idioma, y ayer sus devotos las coreamos hasta la afonía en un karaoke de 4.000 personas.

Comenzó el recital con «Alta Suciedad», temazo que abría el álbum homónimo del 97, con el que demostró que había mucho Andrés fuera de Los Rodríguez. El ritmo y la pegada de Martín Bruhn a la batería queda demostrado en los primeros compases. El baterista cordobés, que también comparte baquetas con la banda de Depedro, interpretó con potencia y clase cada uno de los temas. «Cuando no estás», fue el primero de los tres temas de Bohemio (2013), disco muy valorado por el autor, del que también interpretó «Rehenes» y «Tantas veces». Todas ellas en la primera parte del espectáculo.

El extenso y jugoso repertorio de Calamaro se puede se puede llevar al directo con un maratón de temas y alargando la duración del recital. Guns N’ Roses demostraron el viernes que si se quiere, se puede. En cambio Andrés prefiere acortar alguna de sus mejores canciones con medleys. El concierto no llegó a las 2h, y no fue por falta de ganas entre el público. «La libertad» / «Carnaval de Brasil» / «Diego Armando canciones», fue el primero de los refritos. Luego llegaron «La parte de adelante» / «Corte de huracán» / «Loco y dejó para el final Mi enfermedad» / «Todavía una canción de amor» / «Te quiero igual» / «Dulce condena». Algo doloroso, sobre todo el último, al ver cómo esos himnos, se quedaban reducidos a unos pocos compases.

De las últimas composiciones, del Cargar la suerte (2018) sonó «Verdades afiladas», un tema que nos recuerda la mejor época del argentino, que continuó con «Me arde», que comenzó a calentar al público hispano-argentino que compartía la pista.

La banda, con el gran Julián Kanevsky a la guitarra, junto a Andrés desde hace más de 15 años, sonó compenetrada durante toda la noche. Lástima que la guitarra estuviese tan falta de decibelios. En cambio, Niño Josele que acompañó a la banda con la guitarra española durante tres canciones «Estadio Azteca», «Los aviones» y «Para no olvidar», sonó genial. En estas canciones es curioso observar cómo Calamaro no se contenta con cantar, tiene siempre que hacer algo más. En «Los aviones» tomó unas claves para intentar ayudar a la base rítmica. No se le notaba cómodo, se descentraba al cantar, y no consiguió acertar con el ritmo. Pero lo perdonamos porque somos lo más bajo de la …

A partir de este momento se desata la locura encadenando «All you need is pop», «El salmón» y «Maradona». La hinchada albiceleste se desplaza a las primeras filas y durante lo que queda de concierto se forma una melé de brazos trenzados saltando al unísono.

«Input-Output» con un boludo por conocer como invitado, un tal Dillom, trapero porteño, que en una muy estereotipada pose , tuvo durante más tiempo en la boca un vaso que el micrófono, con el que debería acompañar a Andrés sirvió de impasse para el último tramo del show. «Sin documentos», «Flaca» y «Paloma» pusieron el fin al repertorio antes de que la banda abandonara las tablas. Ya afónicos de cantar con la vena del cuello a punto de estallar, recibimos los escuetos bises. «Crímenes perfectos» y «Los chicos», que acabó con un bucle de «I want you (She´s so heavy)», increíble canción que adelantó la llegada del rock pesado y que Lennon compuso para el Abbey Road nos deja en la cresta de la ola, los ojos llorosos y un sabor a rock´n´roll que espero nos dure hasta la próxima.

Fotos Andrés Calamaro: Víctor Moreno (Noches del Botánico)

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