Beach Beach

El tópico del pop dice que es una música muy simplona, pero hay muchos ejemplos de pop con contenido.


 
The Sea (La Castanya, 2014), es el segundo disco de Beach Beach, mallorquines afincados en Barcelona, dotados del superpoder de hacer magníficas canciones pop. Cuidadísimas referencias para la música, y un meditado trasfondo lírico en las letras, son los elementos fundamentales de un disco llamado a ser importante este año. 
 
En una cafetería de Madrid, hablamos con Pau y Tomeu, miembros originales de la banda, sobre cómo y qué podemos encontrar en The Sea.
 
 
Se nota un cambio en el sonido de Beach Beach. De un noventero y ruido Tastless Peace (La Castanya, 2012), hemos pasado a un pop más clásico en The Sea (La Castanya, 2014).
 
Tomeu: La intención siempre es ir cambiando, probando cosas, y la verdad es que nos apetecía el hecho de no repetir y no hacer otra vez el mismo disco o como mínimo probar otra sonoridad. También tiene que ver con los grupos que hemos estado escuchando durante el proceso de composición de las canciones. Ha sido un cambio natural, meditado pero sin una ambición muy profunda.
 
Pau: Y también está buscado como una evolución lógica con respecto al anterior. No es totalmente independiente del primer disco. Hay cosas que se podían ver en Tastless Peace que han pasado a The Sea.
 
Tomeu: Si escuchas ahora el primero y el segundo, puedes ver nexos y caminos por los que ya parecía que podríamos ir.
 
En Tomeu y Pau, fundadores de Beach Beach, recae la parte principal de la composición de las canciones. Pero para The Sea, también se han incorporado a la grabación Àngel y Lluís (hasta ahora músicos).  ¿Qué han aportado al disco?
 
Pau: Tomeu y yo nos encargamos de la composición base de los temas pero luego el resultado final lo hemos conseguido en el local de ensayo meditándolo mucho entre todos, ha sido un trabajo de grupo que hasta ahora no habíamos podido hacer porque el disco anterior lo grabamos solos Tomeu y yo. Lluís y Àngel entraron después de la grabación a tocar ese disco en directo y básicamente funcionó tan bien, que hemos aprovechado este trabajo para grabar juntos las canciones nuevas. De hecho, son miembros de facto del grupo.
 
¿Ha cambiado mucho el disco desde el concepto inicial al resultado después del estudio?
 
Pau: En este caso hemos trabajado menos en el estudio porque llevábamos las bases de las canciones muy bien preparadas, pero sin cerrarlo mucho para después en el estudio poder añadir cosas que desde un punto de vista más externo se nos ocurrieran. También dejar espacio para lo que nos sugiriera Cristian (Cristian Pallejà, productor de The Sea, antiguo líder de Nisei y que ha grabado a gente como Mujeres o Extraperlo), que tiene un punto de vista ajeno, e incluso para poder improvisar durante la grabación.
 
Tomeu: Puedes pensar en arreglos o en detalles, pero hasta no tienes cosas grabadas y vas trabajando sobre las canciones, hay cuestiones que ni se te ocurren.
 
Pau: Además el clima de una grabación es más propicio.
 
Iba a comentaros precisamente eso, que se nota la mano de Cristian en la limpieza del sonido del disco.
 
Tomeu: Es el resultado de combinar dos factores. Cristian, en comparación con «Púter» (José Miguel Puigserver, productor del Tasteless Peace), se orienta a sonidos más limpios. Por otro lado, dadas las influencias que queríamos tener presentes en el disco, este tipo de sonido es óptimo.
 
Pau: Además, compartimos referencias a nivel musical y Cristian las sabe transmitir a un nivel técnico, que realmente era lo que necesitábamos para grabar.
 
Tomeu: Queríamos que el disco sonara de una determinada manera, así que buscamos a alguien, dentro de lo que conocíamos, que nos pudiera ayudar lo máximo posible.
 
Pau: Tocando los instrumentos buscamos esta intención, y el productor se encarga de que en la grabación se resalte todo esto.
 

 
Y seguís prefiriendo discos concisos.
 
Pau: Sí, es algo más largo que el anterior. Son canciones pop de dos minutos y medio.  En el nuevo hay más partes instrumentales que si las quitaras, duraría menos incluso.
 
Es curioso el contraste entre el sonido de pop clásico anglosajón y las letras en inglés, con el contenido lírico, con poetas mallorquines como Llorenç Villalonga o Blai Bonet como referentes. 
 
Tomeu: Queríamos que el disco fuese pop, pero siempre buscamos un contrapunto entre música muy brillante con unas letras más graves. El tópico del pop dice que es una música muy simplona, pero hay muchos ejemplos de pop con contenido.
 
Las influencias literarias son una cuestión de compartir universo. Todos somos del mismo sitio, así que la forma de expresar las cosas, las imágenes o las analogías son parecidas. No compartimos el idioma, pero la forma de expresarse está influida por una serie de vivencias comunes.
 
Pau: Además aprovechas para hacer pequeños guiños.
 
Tomeu: Sí, hay cierto grado de homenaje.
 
Citáis como influencia una novela de Blai Bonet, El Mar (1958). Un texto complejo con una forma de expresión donde destacan elementos que quizás son comunes en muchos artistas mallorquines de diferentes disciplinas (el mar como referencia, la luz…). Algún crítico encuentra por ejemplo similitudes entre Blai Bonet y Barceló.
 
Tomeu: Comparado con Barceló, Blai Bonet también es un escritor muy plástico. Sobre todo en El Mar, que es una novela con muchos niveles de lectura y texturas. Todo parte de cómo describe Blai Bonet el mar en sí.  Una entidad continuo movimiento, tumultuosa y enrevesada, que puede estar tanto calmada, como romper con mucha fuerza. Para las letras me influyó bastante porque era una forma de expresar lo que quería plasmar en el disco. Quizás no la historia de la novela en sí, pero sí el concepto y la analogía del mar como fuerza de choque y de la naturaleza.
 
Que en el fondo es un todo, y no deja de ser la propia vida en sí. Una fuerza de choque que junta las vidas, impacta contra las personas y a partir de aquí se erosionan y se crean otras relaciones. Eso era básicamente lo que quería explicar en el disco con las letras.
 
Y esto hace que las letras, más serias, contrasten con la música, más luminosa.
 
Tomeu: Es algo que siempre hemos intentado hacer y es algo típico del pop. En este disco está bien acentuarlo porque queríamos hacer un disco pop y que fuese un poco más contrastado. De todos modos, en el disco también hay cosas más hedonistas, no es todo oscuridad, hay canciones sobre sexo, aunque desde una perspectiva más cruda que fiestera.
 
De aquella experiencia de tocar como banda de Gerard Love interpretando solo canciones compuestas por él, ¿con cuál os quedáis?
 
Tomeu: Tocamos 17 canciones, nos sacamos un doctorado en Gerard. A mí me gusta mucho «Hang On» del Thirteen de Teenage Fanclub (1993), que desde hace la tira creo que es una de las canciones pop más perfectas.
 
Pau: Yo tocando las canciones, redescubrí varias cosas y me quedo con «Fear of Flying», también del Thirteen.
 
Tomeu: Además, es curioso que el Thirteen que es un discazo, tuviera menos éxito, que luego por ejemplo Gran Prix (1995).
 
Pau: Venían de otro exitazo como fue Bandwagonesque (1991).
 
Tomeu: A mí me sorprende esa diferencia en el resultado de los discos, porque el Thirteen no es tan triste como lo suelen pintar.
 
Pau: Yo creo que es el disco en el que Gerard tiene más canciones y nos gusta mucho.
 
Acabáis de presentar el disco en directo. ¿Cuáles son vuestros próximos planes?
 
Tomeu: Sí, lo acabamos de presentar en Barcelona y Madrid y el 25 de octubre tocamos en Beasain, en el Jazpana. Después tenemos alguna cosa más en mente que aún no podemos comentar porque no está cerrada.
 
Yo creo que el disco por el tipo de sonido, es perfecto para festivales.
 
Tomeu: Es curioso que lo digas, porque yo no lo veo como un disco para festivales, pero Pau cree que sí. Me lo tomo como un alago y a ver si podemos hacer algo en esa dirección.
 
 

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