Dorian (Levi´s Unfamous Music Awards) – Heineken (Madrid)

Fue a las diez menos diez, y después de que las “unfamous bands” Martín Page and The Polaroids y Munich, hiciesen de las suyas sobre el escenario de la antigua sala Arena, cuando la cuenta atrás de una espera que duraba ya casi tres años, llegase a cero y salieran al escenario vestidos de riguroso negro, los cinco componentes de grupo barcelonés, mientras les daba la bienvenida, además de los aplausos una sala llena, la intro de “simulacro de emergencia”, potentísimo primer tema de su nuevo disco La ciudad subterránea.

Cada uno ocupa su posición y Mark, sólo ante el micrófono, se aferra a su guitarra, mientras sus movimientos tensos y su tez, algo más pálida de lo normal, dejan intuir el nerviosismo previo, al comienzo de una gira de presentación de un nuevo álbum… Se encienden los focos, comienza la música, y en efecto, no sé si es el micro demasiado alto en comparación con el resto del grupo, la frialdad inicial del público mirando absorto cada detalle, o la voz algo más temblorosa de lo normal, pero el caso es que los nervios están en el ambiente, la banda toca deprisa y sin que apenas nadie se de cuenta, mientras cuerpos y gargantas se empiezan a desperezar y entonar, ya han pasado “verte amanecer”, “veleros” y “tan lejos de ti”. Grandísimos temas que no se disfrutaron todo lo que nos hubiese gustado, pero que sirvieron para que el grupo se acoplase tanto desde el escenario, como desde la mesa de sonido. Por fin la gente finalmente se decidía a dar un paso, que ya no tendría marcha atrás: bailar, cantar, disfrutar, y de nuevo cantar y corear cada una de las canciones más que bien aprendidas, pese a la reciente edición del nuevo disco.

Aunque el verdadero punto de inflexión, fue cuando ya totalmente liberados de los nervios que supone tocar nuevos temas, se soltaron con un potente “más problemas” que desató finalmente al público y que dio paso a una breve aunque muy intensa mirada atrás que estuvo formada por “te echamos de menos”, “la noche espiral” y “cualquier otra parte”, intercalados por temas del nuevo disco (“la mañana herida” y “estudios de mercado”) que formaron sin duda la mejor parte del concierto. Más de media hora en la que finalmente el público se vino arriba, la banda se soltó, e incluso Mark se sinceró con el público con comentarios a cerca de lo que supone comenzar una gira en Madrid, de las ganas que tenían, o de lo emocionados que estaban, para conseguir de esa forma una extraordinaria complicidad entre banda y audiencia, que culminó con una espectacular “tormenta de arena” que hizo que el público no parase de bailar a lo largo de los más de seis minutos de canción.

Después de una breve desaparición, en la que toda la sala no dejó de gritar el nombre de Dorian, el quinteto, una vez más agradecido, volvió a escena para continuar la fiesta que ellos mismos habían creado a partir de la nada, con otros tres nuevos temazos que tuvieron por título “al final de la escapada”, “solar” y un apoteósico “las malas semillas” que hizo que toda la sala Heineken, corease una y otra vez, (como si de un coro de chiquillas se tratase), su ya sonado “Na, na, na naaa, na na na na na…”

Puede que el comienzo fuese algo frío, que a la banda todavía le quede para acoplarse a la perfección, e incluso puede que se note algo de falta de ritmo y esa forma de estar sobre el escenario que vas adquiriendo a medida que la gira va transcurriendo… pero como ellos mismos dijeron, “comenzaban la liga en el Bernabéu” y eso no es tarea fácil. En mi opinión, creo que sin duda se les puede, y se les debe perdonar esas pequeñas faltas, pues el concierto en conjunto fue bueno, en su segunda mitad mejor todavía, y a nada que rueden un poco por la geografía nacional, la profesionalidad que mostraron, se mezclará con la soltura que dan los kilómetros, para que la próxima vez que se dejen ver por Madrid, dejen un espectáculo, de esos que es difícil olvidar…

¡Os esperamos!

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