Entrevistamos a Efterklang, que lanzan ‘Windflowers’

Efterklang es sin duda alguna una de las figuras claves para entender la música independiente danesa. Un conjunto formado en el 2001, y que, tras seis discos, ha moldeado lo que es post rock de todos los países nórdicos.

Su último trabajo, Windflowers ( City Slang), es un disco de escucha necesaria que vio la luz el pasado mes de octubre. Un trabajo que ha superado las barreras del pop de cámara experimental, electrónico y emocional. El trío formado por Mads Brauer, Rasmus Stolberg y Casper Clausen continúan en ese viaje creativo, de libertad, naturaleza y disfrute.

Cada año, cuando llega la primavera, un mar de diminutas flores aparece en el suelo del bosque danés. Son una explosión de color, un símbolo de esperanza y cambio, desapareciendo tan rápido como llegaron y exponiendo el ciclo constante de la naturaleza. Se les conoce coloquialmente como windflowers.

«Siempre hemos sido muy libres»

Es un placer hablar contigo Casper, espero que te encuentres lo mejor posible. En primer lugar, ¿Te hacía ilusión volver a tocar en España? ¿Cómo has vivido la vuelta a los escenarios después de la pandemia?

Teníamos muchas ganas de volver aquí, creo que la última vez que actuamos en España fue hace un par de años. Aun así, teniendo en cuenta la pandemia, que ha convertido el tiempo en algo abstracto, parece que no ha pasado mucho tiempo, y a la vez, una vida entera.

Pues vamos a tocar en Valencia y luego actuamos en el Teatro Lara en Madrid, un lugar especial, hemos tocado como tres o cuatro veces. También pasamos por Santiago, una ciudad mágica e increíble.

Estábamos deseando llegar a España y escapar del frío invierno de Copenhague. En este tiempo, hemos estado girando por Escandinavia, pero de verdad, estábamos deseando volver a España; su clima, su gente, el baile, el movimiento continuo … definitivamente estábamos deseando volver.

Antes de comenzar a desengranar vuestro nuevo disco, para todos aquellos que todavía no os conocen, ¿Quiénes son Efterklang? ¿Cómo definiríais vuestra música y proyecto artístico?

Como banda llevamos casi veinte años, hemos sacado seis álbumes y hemos ido en muchas direcciones musicales, aunque comenzamos muy ligados a la electrónica glitch. Siempre hemos intentado incorporar un montón de instrumentos, coros y orquestas de corte sinfónica, deambular por distintos sonidos. No somos una banda de rock al uso, nos gusta coquetear con diferentes estilos.

Sobre todo, queremos que nuestra música sea escuchada, nos gusta hablar de cosas comunes y que sean comprensibles. En este último álbum, casi todas las canciones son en inglés y es una especie de híbrido entre Brian Eno, Laurie Anderson, Coldplay, y todos ellos, reunidos con algún extraterrestre en un campo danés.

 

He podido leer que los diferentes miembros de Efterklang os conocéis desde el instituto. ¿Cómo fueron vuestros inicios en el mundo musical?

Sí, nos conocemos desde la escuela secundaria, teníamos unos quince años. Rasmus y yo, incluso, coincidimos en la fiesta de presentación, aunque le conocía de unos años antes. Fue justamente en esa fiesta, donde decidimos hacer una banda, nos imaginábamos una especie de banda de rock psicodélica, con teclados y órganos. En el último año de instituto, me presentó a un amigo suyo que tocaba la guitarra.

Cuando apenas teníamos dieciocho años, dejé el instituto y nos mudamos a Copenhague. Allí empezamos con pequeños trabajos para poder comprar algún equipo de estudio. Ahí, fue cuando empezamos de verdad, pasamos de hacer canciones con guitarra a tocar con sistemas de producción. Así cambió nuestra forma de hacer música.

En el 2004 publicamos nuestro primer álbum, nos tomó un poco de tiempo averiguar quienes éramos, bueno realmente todavía no lo sabemos (risas). Posteriormente, entramos en un sello inglés llamado The Leaf Label, y ahí empezamos a crecer más, comportamiento plantilla con grupos como Caribou o Colleen.

Actualmente, lleváis más de veinte años en la carretera, seis discos que avalan vuestro trabajo y multitud de conciertos por todo el mundo. ¿Cuál es la lección más importante que habéis aprendido en todo este tiempo?

Encontrar algo que nos emocione como banda, algo pensado en el colectivo; ya puede ser de ir a un país que nunca antes hemos tocado, diseñar un espectáculo en un lugar determinado o, por ejemplo, este nuevo álbum. Creo que hemos tenido mucha suerte con todo este tipo de cosas. En cada álbum, en cada capítulo juntos, hemos podido encontrar cosas que nos emocionan y entusiasman.

Después de veinte años, hemos envejecido juntos y mantenemos esa ilusión por tocar y componer música. Yo creo que esa es la lección más importante, prestar atención a lo que nos emociona y apasiona, y luego, cuestionar ese sentimiento o perseguirlo.

Hace apenas unas semanas habéis lanzado vuestro nuevo trabajo, Windflowers. ¿Qué nos podéis contar acerca de este proyecto? ¿Cuál sería el leitmotiv que conecta las canciones de este álbum?

El eje que conecta las canciones no es algo que esté relacionado con un sonido concreto, una melodía prestablecida o un instrumento específico, sino más bien, es una especie de propósito que se encuentra en todo el álbum. La forma en la que comenzamos fue en gran parte jugando, como si fuéramos niños en un parque. Realmente, ni siquiera comenzamos con un concepto claro, hacíamos pequeñas cosas y disfrutábamos con ellas. Cualquier cosa que nos viniera a la mente.

Cuando comenzó la pandemia volví a Lisboa, aunque la última parte del disco fue en Copenhague. Allí, abrimos un Dropbox y empezamos a compartir ideas, cuando nos quisimos dar cuenta teníamos como unas setenta u ochenta, más de lo que hemos tenido en cualquier álbum. Este disco surgió de todo esto, de tocar lo que quisiera que estuviera en nuestro imaginario. Sin demasiado preconcepto. Sin estar pensando la misma idea durante dos meses.

 

El nombre del álbum posee un fuerte simbolismo, hace referencia a un tipo concreto de flor que nace en Dinamarca.

Era exactamente lo que buscamos. Para mí, estas canciones son un universo propio, tal vez en unos años seamos capaces de volver a reinterpretarlas de diferentes maneras, pero al menos por ahora, se sienten como una pequeña flor.

Justamente por eso buscamos un título que estuviera relacionado con todo este concepto y encontramos este tipo de flores, las flores del viento. Un tipo de flor que surge en Dinamarca con el comienzo de la primavera. Sentí que conectaba muy bien con muchas de las canciones.

Windflowers es un trabajo muy elaborado que presenta multitud de estilos. Un álbum íntimo que tiene la fuerza de conectar al oyente con la naturaleza y consigo mismo. Incluso, parte del álbum está grabado en medio del campo, en una pequeña isla llamada Møn. ¿Cómo fue trabajar en ese lugar?

Sí, encontramos un estudio precioso en el campo, en la isla de Møn, que se encuentra al sur del país. Allí, nos reunimos después de los tres primeros meses de confinamiento, en junio del 2020. Fue algo realmente increíble, todas esas ideas que fuimos desarrollando cada uno en su casa, ya sea en Lisboa o en Copenhague, las empezamos a poner en común en este lugar . Además, el estudio es muy acogedor y discreto, en medio del campo, sin vecinos, dejabas la puerta abierta en verano viendo como entraba el sol o te ibas a nadar … estuvimos viviendo allí un par de semanas, nos pudimos llevar todos nuestros instrumentos y estar allí tocando y divirtiéndonos.

Por ejemplo, la canción “Midnless Center” está basada en todo esto. Fue increíble, además pasamos el tiempo entre nosotros, siendo bastante libres, estando cerca los uno de los otros, algo que echábamos de menos después de todos estos años, y claro, todo esto está presente en el álbum.

Una de las principales canciones de este disco es “Living other lives”. Un tema que reflexiona sobre las apariencias en las redes sociales. ¿Qué nos puedes contar acerca de esta canción?

Efectivamente tiene que ver con las redes sociales y las tendencias. Es necesario, además, ver el aspecto positivo de ellas también y no perdernos en vivir la vida de otras personas, ya sean desconocidos, amigos o familiares. Hay una fuerza increíble en esa conectividad que creo que todavía no hemos desplegado, pero que de alguna forma estamos usando.

Otra de las canciones que parte de una reflexión parecida es Hold Me Close When You Can, un tema mucho más sólido, que parte sobre las crisis existenciales. La idea de estar solo, de pasar mucho tiempo contigo mismo. Creó que es algo que todos pasamos en algún momento, aunque te guste vivir con otra persona. En este último año y medio, con todo lo de la pandemia, empecé a reflexionar sobre ese concepto.

Este nuevo disco, está publicado por un pequeño sello llamado City Slang. ¿Os sentís más libres trabajando con una discográfica más independiente?

Sí, hemos trabajado para diferentes sellos, pero todos con un ambiente similar. Discográficas independientes con equipos increíbles que realmente aman la música. En ese sentido, siempre hemos tenido bastante libertad para hacer lo que quisiéramos, nunca hemos tenido restricciones, siempre hemos tenido libertad creativa y hemos podido desarrollar los discos de la manera que más a gusto nos hemos encontrado. Sea lo que sea, siempre hemos sido muy libres.

En este nuevo álbum de Efterklang, la discográfica nos ayudó en toda la comunicación y a niveles de producción. Se han asegurado de que las cosas se hacen a tiempo y nos han dado ideas de como podemos presentarlo. Además, hemos tenido bastantes reuniones y ha sido genial trabajar con ellos en todo el proceso. Uno de los rituales que más nos gustan, es cuando esta todo terminado y nos reunimos con el sello para decidir el orden de las canciones, escucharlo conjuntamente …

 

En la actualidad, vemos un mundo musical gobernado por grandes plataformas de música en streaming y tres gigantescas discográficas que dominan prácticamente todo el mercado. Parece que el número de visitas es ahora más importante que la calidad de las canciones. ¿Cómo ves el sector musical en estos momentos?

Los servicios de streaming no creo que sean éticos. Yo mismo los utilizo, y creo que son muy eficaces. Es genial que haya gente pagando por escuchar música en el mismo sentido que hacen por Netflix, pero en cualquier caso hay que buscar una mayor equidad, un camino justo para que no sea un problema. Llevo bastante tiempo escuchando muchísimas voces críticas y de verdad que creo que tiene que ser trabajado.

Hay que conseguir mayores regalías para los artistas, y en este caso tienen que ver con un montón de cosas. Por un lado, aumentando el porcentaje que YouTube y Spotify pagan, pero por otro lado, también hay que fijarse en los acuerdos que muchas discográficas tienen con sus artistas, contratos my malos donde se consiguen pocos ingresos y hay poca transparencia. Muchas veces la música es un negocio salvaje.

Aun así, ceo que es genial que la gente esté pagando por escuchar música. Antes de lo servicios de streaming, algunas personas pagaban por productos físicos, pero otras lo descargaban. Creo que con estas plataformas todo es mucho más sencillo. Aun así, estas instituciones como Google o Spotify tienen una enorme responsabilidad … y esa responsabilidad debería ir pon un camino de mayor justicia.

Por último, ¿qué significa para ti la música?

La música es paz mental. Son las fantasías que en otros espacios no existen. Cuando hablo conmigo mismo es una forma de comunicación que de otras formas no consigo. Es amor, amor compartido. Es una simbiosis con los compañeros. Es una fuerza increíble y una forma de estimular nuestras mentes, sobre todo cuando tocamos música juntos.

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