Entrevistamos a la banda de hip hop ZOO

Si se quiere, la música puede ser un elemento de transformación social. Melodías que intentan construir un futuro mejor. También la música es ocio, placer terrenal. Y ZOO es ambas cosas a la vez. Y algo que nos ha enseñado, es que bailando se pueden derribar muros.

Este conjunto surgido en Gandía se ha convertido en uno de los grupos más escuchados de Hip Hop a nivel nacional. Su secreto es la humildad, el trabajo constante, y, sobre todo, las ganas que tienen de comerse (y cambiar) este mundo. Con un estilo ligado a ritmos electrónicos, de breakbeat, ska o rock, nos presentan su tercer álbum de estudio Llepolies (ZOO RECORDS, 2021).

Hablamos con Panxo, vocalista del grupo, para que nos cuente más detalles acerca de este trabajo y los inicios de este conjunto.

“En todos los cambios sociales, siempre hace falta un músico y un poeta que los acompañe”

¿Qué tal todo Panxo? Es un placer hablar contigo. Primero de todo, me gustaría que te presentaras, ¿quién es ZOO? ¿De dónde surge vuestro nombre? Lo pregunto porque en muchos artículos he visto que le añadís el término posse.

Muchas gracias, el placer es mío.

Somos una banda de música del País Valencià que acaba de publicar su tercer álbum. Sí, lo de posse es un añadido del grupo. Antiguamente se ponía mucho en las bandas de rap de los noventa. Al igual que crew, ese sobrenombre intenta abarcar un poco la historia de este género y entender al concepto que había de militancia. El nombre en sí, ZOO, es debido a que la palabra es sencilla, muy visual y, además, viene derivada de mi antiguo proyecto musical.

Fue en el 2014, gracias a la canción “Estiu”, cuando os distéis a conocer. ¿Esperabais que este tema tuviera tantísimo éxito? ¿Crees que todo sería distinto sin esa canción?

Como bien dices, todo comenzó con el lanzamiento y videoclip de este single. Por aquel entonces, no teníamos pensado hacer un disco como tal, solo nos apetecía sacar esa canción y ver cómo respiraba. En ese momento, no teníamos ni seguidores ni nada. La cosa es que lanzamos la canción y tuvo mucho éxito, y más, para un grupo que acababa de nacer. Esto nos dio ánimos para hacer más canciones, que, con los meses, se convertirían en nuestro primer álbum titulado Tempestes Vénen del Sud (2014).

Sí, todo sería distinto. “Estiu” nos dio a conocer en muchísimos lugares, algo que no sería lo normal con una primera canción. Las trayectorias musicales suelen ser mucho más trabajosas. Nosotros, por cosas de la vida, despegamos con la primera canción. Cuando sacamos ese primer disco había mucha gente esperándolo. Y más si piensas que nosotros cantamos en Catalán, una lengua que en muchos casos tiene un cierto prejuicio en otras partes de España. Tuvimos mucha suerte.

 

Desde aquel momento, habéis publicado un Ep y dos discos más, convirtiéndoos en uno de los grupos más punteros de hip hop en este país. ¿Cómo han sido estos siete años en la carretera?

Muy bonitos, pero también muy frenéticos. Nuestra trayectoria ha sido muy vertical, por decirlo de alguna manera. Y esto es fantástico porque siempre ha ido todo muy bien, pero también nos ha supuesto tener que responder siempre a un alto nivel de trabajo y de expectativas, muchas veces más de lo que nosotros estábamos preparados para poder gestionar. Esto nos ha supuesto mucho trabajo, demasiado esfuerzo. Aun así, estamos muy contentos y orgullosos. Como banda no hemos dejado de crecer, de evolucionar y de seguir cosechando éxitos.

Este ritmo frenético fue el que os hizo en 2019 descansar durante un año y daros un respiro. Aunque ahora, viéndolo con perspectiva, no ha sido tan voluntario como esperabas. ¿Teníais ganas de volver?

Poco después de que nos tomáramos el descanso llegó todo esto del covid. Esto nos generaba cierta incertidumbre; la verdad es que teníamos bastantes ganas de volver. El entorno, la actividad cultural, los conciertos empezaron a peligrar. Hemos vuelto un poco con esa duda. Por suerte, el sábado 10 de abril pudimos ofrecer nuestro primer directo, y dentro de que es una situación anómala, salió bastante bien. Poco a poco todo irá mejorando.

Además, en este 2021 habéis vuelto por todo lo grande, con un disco bajo el brazo. Este nuevo proyecto, titulado Llepolies, es un álbum caracterizado por la fusión de estilos, ritmos muy alegres y letras que no han perdido ese espíritu combativo que tanto os caracteriza. ¿Os afectó mucho la cuarentena a la hora de realizarlo? ¿Qué nos puedes contar acerca de este trabajo?

Nos afectó para bien. Como teníamos este año sabático, le dedicamos muchísimo tiempo. En principio queríamos utilizar ese tiempo para viajar, para estar con la familia, para asuntos personales… pero esta nueva situación nos obligó a dejar parados los viajes y concentrarnos en el disco. Al estar encerrados mejoramos mucho las ideas que teníamos. Es una suerte y sé que para todos los grupos no ha sido así.

Este nuevo proyecto surge de la propia inquietud de la banda de hacer un tercer álbum que cerrara el ciclo de los dos anteriores. Además, en esta ocasión, hemos tirado por caminos que a nosotros nos pedía el cuerpo. En los dos primeros álbumes estábamos un poco condicionados, queríamos gustar y también que el público que ya nos seguía se sintiese representado. Creo que Llepolies es un disco que mejora a los dos anteriores, está mucho más vestido, más arreglado, con muchos detalles. En general es un disco muy colorido, nosotros estamos tranquilos con el trabajo que hemos realizado y ahora disfrutando de las sensaciones que está trasmitiendo la gente.

Teníamos la idea de hacer un disco muy festivalero, un disco que se pueda bailar. Por eso hay tanta importancia de la música electrónica.

Una de las canciones que más me llama la atención de todo el disco es la que le pone nombre. Un tema que, por lo que he leído, la habéis descrito como una canción gastrosexual. ¿Qué es esto?

Sí (risas). Es una canción un poco metafórica. El tema trata sobre diferentes partes del cuerpo y su símil con diferentes frutas, y cómo comiéndolas es todo un manjar. Además de que Llepolies se traduce como golosina.

 

Para todos los que no lo sepan, eres el hermano de Pablo Sánchez, antiguo miembro de la Raíz. En el 2020, nos mostró su proyecto en solitario bajo el nombre de Ciudad Jara, disco debut en el cual participáis en una canción titulada “Las manos” ¿Cómo ves este nuevo proyecto de Pablo?

Lo veo como algo muy valiente. Venía de un proyecto que los había llevado a lo más alto, y encima, se encontraban en la parte más exitosa de toda su trayectoria. No pararon cuando la cosa se estaba agotando, sino que lo dejaron en el mejor momento de la banda. Y dejar algo cuando está triunfando por una inquietud artística, me parece muy valiente. Lo veo honesto; ya solo por eso, me merece muchísimo respeto. Además, creo que el disco debut de Ciudad Jara es muy bueno, aunque esto ya es algo más subjetivo.

Observando la evolución de los tres discos, hay bastantes cambios, tanto musical como estilísticamente. Aun así, hay varios elementos que prevalecen. Por un lado, el hecho de que las mayoría de vuestras canciones son cantadas en catalán; por otro, como vuestros ritmos siempre tienen esa impronta electrónica, y, sobre todo, la importancia de las letras basadas en elementos de justicia social. ¿Son estos tres elementos la marca de la casa de ZOO?

Sí, así es, tal cual. No tengo nada más que añadir (risas).

En España, siempre hemos tenido muy buenos artistas que han cantado en sus idiomas natales como forma de resistencia. La canción social antifranquista no se puede entender sin cantautores como Mikel Laboa cantando en euskera, Voces Ceives en galego, o el propio Raimon cantando en catalán. ¿Por qué decidisteis cantar en catalán? ¿Crees que este hecho os ha podido cerrar puertas?

Hay una pequeña trampa o peligro, y no lo digo por ti. Muchas veces nos preguntan “¿por qué cantáis en catalán?” Y esto, no se lo preguntan nunca a la gente que canta en castellano. Lo que intento señalar es que cantamos en catalán porque es nuestra lengua. Soñamos en esa lengua, hablamos en esa lengua, vivimos diariamente en este idioma. No es una decisión artificial, sino que es algo natural, cantamos en catalán porque nos expresamos mejor, es nuestra lengua materna, como el que canta en inglés, francés o castellano. A nivel expresivo no hay nada mejor que la lengua de uno para poder expresar lo que se siente.

En cuanto a si nos cierra puertas, pues creo que sí. Cantar en catalán te hace partir de una situación de desventaja de quien canta en castellano, y más en España que el público mayoritariamente es castellanoparlante. Aunque siendo sinceros, tampoco pensamos en esos términos cuando nos ponemos a cantar o a componer. Si quisiéramos llegar a un público más amplio, cantaríamos en inglés.

Es una situación que se asume, y a partir de ahí, creemos que hemos contribuido a que esas cosas cambien, intentamos cambiar la percepción que existe del catalán. Es muy bonito ver cómo, en muchas de nuestras actuaciones en Madrid, Extremadura o Andalucía, la gente canta nuestras canciones. Incluso algunos nos han dicho que están aprendiendo este idioma utilizando nuestros temas.

 

En estos últimos años, el foco ha estado puesto en el trap y la nueva escena urbana. Ahora, en estos momentos, estamos viendo una evolución rítmica de las bases de estos géneros, ligados cada vez más a una escena club. Vosotros, siempre habéis ido por estos estilos y un ejemplo perfecto es vuestra nueva canción “Tobogán”. ¿Crees que a nivel mainstream es el estilo que más se va a desarrollar?

No sabría decirte. A nivel mainstream, yo pienso en disco cómo el nuevo de C. Tangana. Un álbum que sí que tiene alguna canción con tintes electrónicos, pero la mayoría esta más ligado a ritmos aflamencados. Eso sí, con mucho detalle de producción. Pero lo que es la velocidad, el ritmo, los tiempos, va por otros derroteros.

También te digo que yo estoy muy desconectado de todo lo que es la escena trap. No me siento muy cercano y tampoco me atrae mucho, la verdad.

Vuestro conjunto se formó en Gandía, y siendo analíticos, el hip hop del litoral mediterráneo siempre ha estado impregnado por unos fuertes elementos de resistencia social, representando en multitud de bandas y estilos. ¿Crees que vuestra música sería diferente si no te hubieras desarrollado en la escena valenciana?

A nivel de discurso sí, seguramente. Aunque más que el lugar, que es obvio, también es la posición que ocupas dentro de la sociedad. Si hubiera nacido en Andalucía, lo mismo habría hecho una música algo diferente, pero en el fondo, el discurso, hubiera sido el mismo. Son muchos los elementos comunes de la música protesta que se da en Galicia, Castilla, País Vasco o Valencia.

¿Cómo ves la sociedad que se nos está quedando?

Mal, pero hay que seguir tirando para adelante. Hay que seguir cambiando las cosas, y tener voluntad para ello. Tenemos que ser optimistas, pero pinta mal la cosa.

Y, por último, está es una pregunta que siempre realizo, ¿qué significa para ti la música?

Para mí, a nivel individual es todo. Es mi medio de vida, lo que me hace levantarme todos los días. Es lo que me da de comer, tanto a mí como a mis compañeros. En un nivel más abstracto, creo que es uno de los lenguajes más universales. Una herramienta al servicio del goce y del placer. Y también, una herramienta al servicio de la transformación social, si se quiere. La música es una manera de acompañar los procesos de transformación que se van dando en las sociedades. En todos los cambios sociales, siempre hace falta un músico y un poeta que los acompañe.

 

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