Entrevistamos a Pelomono

La dupla instrumental formada por el batería Antonio Pelomono y Pedro de Dios (de Guadalupe Plata) luce enriquecido y definitivamente asentado en Gibraltar (Everlasting, 20), su segundo disco bajo el nombre de Pelomono. Un álbum que mantiene nervio a lo largo de un total de diez temas guiados anárquicamente entre el blues y el surf pantanoso, pero con remates evidentes de krautrock, noise, pasajes desérticos y espectrales o tintes cinematográficos. Contactamos con Pedro de Dios para saber más acerca de este disco que, en sólo media hora, es capaz de generar una inquietud considerable en el oyente.

“Queríamos provocar la teletransportartación, como si fuese una máquina de viajes cerebrales” 

¿Cuál fue, en su momento, el origen de este proyecto bautizado como Pelomono?

Una noche, hará seis años en Granada, se cruzaron nuestros destinos en la puerta de una improvisada capilla donde unas monjas daban misa a altas horas de la madrugada. El nombre proviene del mote que tiene Antonio (batería), pues de joven acostumbraba a subirse a los árboles con sorprendente facilidad.

El grupo luce enriquecido y diversificado con respecto a vuestro debut ¿Cuáles son, en tu opinión, las principales diferencias aquél “Pelomono” (2013) y “Gibraltar” (2020)?

Creo que la diferencia principal es que hemos abierto el abanico a otras sonoridades sin perder la esencia selvática y salvaje.

La música instrumental puede albergar un poder único y muy diferente al de las canciones dotadas con letras, pero sin duda hay que saber manejarla para que sea capaz de transmitir algo ¿De dónde ha venido la inspiración para componer estas diez nuevas canciones?

Son canciones que han ido surgiendo a lo largo de los años. Sus fuentes son diversas y pertenecen a momentos puntuales que ahora mismo no sabría recordar con exactitud. La motivación viene un poco por sí sola. Siento devoción por la música instrumental: me resulta más evocadora y libre a la hora de imaginar un escenario. El hecho de hacerla viene como rodado.

 

“Gibraltar” (2020) tiene esa chispa necesaria para que el asunto prenda y la escucha del disco genera una interesante inquietud en el receptor ¿Qué efecto pretendíais conseguir en el oyente con este disco?

El efecto de teletransportarse, como una máquina de viajes cerebrales. En donde en un momento te puedes ver en una cueva atrapado por una Tarántula o en otro viajando a Italia. Aunque los  viajes son distintos, todos están en comunión y llevan a una misma carretera perdida. Los títulos en este aspecto son muy importantes porque pueden ofrecer una guía de viaje.

“Gibraltar” (2020) transita entre el blues y un surf pantanoso, pero se enriquece con otros géneros como krautrock, noise, post-punk, además de adentrarse en algunos parajes más desérticos ¿De dónde ha venido todo ese despliegue estilístico? ¿Cuáles han sido vuestras influencias para crear este álbum?

Fundamentalmente de la música que vas escuchando, que genera elementos que se van añadiendo a la paleta. Link Wray, Eric Satie, la sombra de David Lynch está muy presente, Jody  Reinolds, Alan Vega, Johny Guitar Watson, B´,52, Adriano Celentano, el grito de la mona Chita, Rudolf Pache y los cubalibres en Benidorm. Los sonidos selváticos y los de ultratumba, Los carruseles sin control, Cthulhu y los mundos oníricos, Jimi Hendrix, Los Relámpagos…

A priori resulta complicado imaginarse toda esa miscelánea sonora en sólo treinta minutos, pero lo cierto es que queda materializada en el álbum con llamativa y meritoria naturalidad ¿Cómo se consigue que esa mezcla luzca al amparo de un único álbum?

Creo que, porque a pesar de ser de diferentes espectros sonoros, tienen una raíz y un fin común.

 

Quizás el denominador común que homogeneiza las diez canciones sea ese aspecto cinematográfico que tiene todo el disco…

Así es. Y se añadirían algunos aspectos más como el color y el esqueleto.

Esa tendencia tan pronto apunta al spaghetti western como a la ciencia ficción de John Carpenter, con pasajes espectrales o terroríficos y la sensación añadida de que muchas piezas también resultarían apropiadas en una película de Tarantino ¿De dónde viene todo esto?

La influencia del cine forma parte de nuestra pedrada y más en estos casos que mencionas, que para mí son unos referentes. En el caso de Tarantino, sus películas están plagadas de música que influyen en nuestro sonido de manera directa.

“Las películas de Tarantino están plagadas de música que influyen en nuestro sonido de manera directa”

Una de las canciones que me más me gustan del disco es “Sin Rumbo”, y la veo a medio camino entre Suicide y The B-52’s ¿Qué puedes contarme acerca de este tema?

Que has dado en el clavo: están ahí. La canción trata de alguien que escapa y no sabe hacia dónde dirigirse, se debate internamente mientras conduce por una carretera extraña y, algo que le acecha, finalmente acaba atrapándolo. Tiene un aire muy a la dimensión desconocida, con toques a “que viene el monstruo…”. Tuvimos la suerte de poder contar con la colaboración de Martín Benavides al theremin y Sebastián Orellana en el bajo.

También llama la atención, por diferente, “E Como Roma”, que es la única con letra del disco…

El cante y la letra vienen por parte de nuestro querido amigo enmascarado el Tito Ramírez. Llevábamos tiempo queriendo hacer un rockin’ mambo Italiano, y aunque nuestra línea es instrumental no tenemos ningún problema a abrirnos a otros derroteros.

¿Habrá conciertos de Pelomono si la crisis sanitaria lo permite? ¿Cómo son vuestros conciertos actualmente?

Van apareciendo algunas fechas, aunque con este grado de incertidumbre no nos queda más que esperar y ver qué pasa. No te podría responder a lo segundo, puesto que aún no hemos podido tocar desde el Apocalipsis. Pero imagino que de cara al futuro daremos rienda suelta a ‘Gibraltar’, a sus monos y sus gentes, en nuestro formato de dúo con posibles apariciones, llevando la alegría y la ruina a todos los pueblos del mundo.

¿Qué te aporta este proyecto con respecto a tu banda principal, Guadalupe Plata?

Una mayor aproximación hacia la experimentación y el mundo selvático en general.

Por cierto y ya para terminar, acaba de publicarse una caja muy chula de Guadalupe Plata, con motivo del Record Store Day…

Es una monería.

 

Un comentario en «Entrevistamos a Pelomono»

  • el 30 julio, 2020 a las 9:33 am
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    Aunque me gusta mucho más el primer disco, más puro en su sonido amazónico, son unos grandes músicos con buena propuesta.

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