Father John Misty – I Love You Honeybear (Bella Union / PIAS)

El amor: posiblemente, la fuerza que más música, literatura y poesía ha inspirado a lo largo de toda la historia. Si incluimos a su malvado reverso, el desamor, entonces ya no cabe ninguna duda. Hablamos de sentimientos universales que todo el mundo experimenta alguna vez en sus vidas, y que por tanto todos podemos entender. Sólo hay que practicar el noble arte de cotillear en las bibliotecas ajenas para darse cuenta de que todo el mundo tiene alguna novela romántica en sus estanterías.

Josh Tillman, el hasta hace poco batería de Fleet Foxes, se ha casado recientemente. Es lógico pensar que, en una situación así, uno debe rebosar de alegría y felicidad. En las primeras escuchas de I love you honeybear (Bella Union/Pias, 2015), segundo álbum de Tillman bajo el alias de Father John Misty, así lo parece. La mayoría de canciones suenan a música celestial, a folk de Laurel Canyon, a California bucólica. El tema que da título al disco, folk barroco con excelsas armonías vocales y enormes arreglos, estaría rotando continuamente en las emisoras oldies si lo hubiese firmado Elton John en 1970. Y es solo el principio: «Chateau lobby #4» es otra maravilla melódica que recuerda a Harry Nilsson o al recuperado Nick Garrie, y por similares senderos, repletos de arreglos de cuerdas y coros luminosos, serpentean «The night Josh Tillman came to our apt.», «Strange encounter» o el envolvente soul-pop orquestal de «When you’re smiling and astride me».

Pero el amor tiene dos caras. Las primeras pistas las dan ciertos detalles: trompetas que no vienen a cuento, unas risas enlatadas de fondo… Pequeñas travesuras. Un vistazo a las letras revela que o Father John Misty es el Mr.Hyde de esta historia, o quizás Josh Tillman lo utiliza como el ventrílocuo a su muñeco para contar lo que él no se atreve: el temor ante la disolución de la personalidad propia dentro de la pareja, la fina línea que se separa el amor del odio, la lucha entre el deseo de envejecer junto a la persona amada y el sentimiento de hastío. El miedo a amar y ser amado. De eso realmente va el disco, del temor a que el amor nos cambie. Aunque hay también sátira a lo Randy Newman («Bored in the USA»).

En la línea de los últimos discos de Sun Kil Moon o John Grant, este I love you honeybear merece un lugar destacado dentro de un subgénero que podríamos bautizar como folk confesional brutalmente sincero.  

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