Hood – Outside Closer (Domino)

No es tarea fácil afrontar la escucha de Outside Closer, sexta entrega en larga duración de los británicos Hood, tras el peso específico que con el paso del tiempo va adquiriendo su anterior trabajo, el visionario Cold House (Domino, 2001) -recordar canciones como «You show no emotion at all» o «They removed all trace that anything had ever happened here» son palabras mayores-, así que imaginamos que para la propia banda la situación tampoco habrá resultado sencilla, pero en cualquier caso, tal y como han hecho siempre a lo largo de su ya dilatada carrera, la opción elegida por los de Leeds ha sido una descarada huída hacia adelante, abriendo nuevas vías en su música y demostrando por enésima vez que estamos ante la banda más creativa del Reino Unido.

Ahora ya nadie podrá meterlos en el saco de la indietronica (Cold House fue considerado erróneamente uno de los discos paradigma del genero), aquí el uso de la electrónica se limita a contados arreglos, a crear efectos, a acompañar a las melodías y a multiplicar y fragmentar las voces; el elemento diferenciador de las nuevas composiciones son las cuerdas, sabiamente empleadas a lo largo de casi todo el disco, integradas en las canciones de un modo casi inédito hasta el momento, creando tensión y momentos realmente claustrofóbicos, como «Any hopeful thoughts arrive» en la que poco a poco van ganando protagonismo terminando en un delirio de cuerdas (guitarras y violines), o en «The negatives», el que será segundo single del disco, donde los arreglos mecen de manera dramática a una melodía quebrazida y austera.

Outside Closer se presenta estructurado claramente para el formato vinilo, cara A y cara B, de la primera destacar los dos temas ya mencionados y la vaporosa «winter 72» en la que la voz misteriosa deambula entre ritmos entrecortados, acoples y por supuesto, una melodía que se retuerce y lucha por salir a la superficie. La segunda parte del disco, arranca con el que fue primer single del album, «The lost you», tema en el que confluyen todas las características de la música de Hood de manera vibrante, intensa, elegante y adictiva, melodías de guitarras ruidosas y distorsionadas por efectos e intromisiones electrónicas y unas voces que se repiten -y hasta tripiten- creando atmosferas enrarecidas, es decir, la canción por la que Radiohead matarían. Y a partir de aquí y hasta el final, todo más reposado, el tempo se va ralentizando hasta acabar en «This is it forever», en la que se atreven a soltar algo así como «…Hood is finished…»; el panorama no está como para que bromeen con estas cosas.

Discos como este deberían venir con prospecto, como en su día el imprescindible Ladies and gentlemen, we’re floating in the space de Spiritualized:

-Este disco puede causar adiccion.

-En caso de intoxicación (o sobre-exposición en determinados momentos anímicos) consulte a su médico, farmacéutico o camello.

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