El Ser Humano – El Ser Humano (Luscinia Discos)
¿Qué lleva a un músico de probado talento y cinco discos a sus espaldas a huir de los grandes y medianos eventos y preferir dar conciertos para diez personas en su casa? ¿Qué lleva a un sello a sacar un triple EP, con cuidadísimo y costoso libreto – cartón duro, nada de esas fundas cutres que recibimos demasiado a menudo – cuando las canciones hubiesen cabido en un solo CD? El destino ha unido a El Ser Humano, proyecto musical del valenciano Gonzalo Fuster, con Luscinia Discos y nosotros no podemos sino felicitarnos de que todavía exista gente que busque la excelencia artística por encima de los posibles beneficios económicos.
El Ser Humano lanza su quinto trabajo en forma de, como comentamos anteriormente, un triple EP de cuatro canciones cada uno. La razón, no solo consensuada sino promovida de forma entusiasta por Luscinia, es mantener la coherencia musical de cada uno de ellos, ya que fueron grabados en diferentes localizaciones, contaron con diferentes productores y desarrollan diferentes temáticas. Todo ello, sin embargo, carecería de importancia si no estuviéramos ante algunas de las mejores canciones de El Ser Humano, cantadas como nunca antes, con arreglos infinitos y enormes colaboraciones. Además, las letras de Gonzalo se alejan un tanto de ese realismo mágico, a veces surrealismo, que dominaba anteriores entregas para volverse más directas, más asequibles y descriptivas. El propio autor lo parece explicar en «Rimar», una de las canciones del tercer EP.
Cada EP tiene su propia personalidad, dada por la temática más o menos conjunta de las canciones y las circunstancias de su grabación. Sin conocer más detalles, la sensación que da es que el primero es el más cuidado y luminoso (la temática es la vida, la voluntad de vivirla a toda costa), mientras que el tercero desprende libertad creativa y fantasía instrumental, con momentos casi desconcertantes por los cambios rítmicos y melódicos, muy al estilo de gente como Syd Barrett y otros francotiradores musicales del gusto de Gonzalo. Quizás este final sea el que enlace mejor con anteriores trabajos.
Y para acabar he dejado el segundo EP, una maravilla que recuerda al David Bowie de la etapa pre-glam con sus guitarras folk, sus teclados de fondo, su leve toque lo-fi me imagino que debido a haber sido grabado en directo, aunque posteriormente se superpusieran cantidad de capas de sonido y arreglos. Aquí hay canciones como «Agua» o «Abducido» que juegan con ideas de disolverse, de desaparecer, de ser trasladado a otros lugares o de que el mundo llegue a su fin.
Un disco que no es de fácil escucha, como nada de lo que hace El Ser Humano. Pero Gonzalo Fuster, y su fiel escudero Dani Odisseu, miran con desdén el camino de la comercialidad y las escuchas apresuradas. La suya es una propuesta que llegará a menos gente, sin duda, pero que garantiza un impacto emocional profundo en quienes se atrevan a escucharlo con dedicación.