Luis Miguélez – Alto Standing (Boozo Music, 2001)

Vamos con una de tópicos, ¿vale?, Astrud, McNamara y Ellos son provocadores… pues sabéis que os decimos… Ja, Ja y Ja!!!. Lo de Luis Miguélez y su Alto Standing sí que es provocación y riesgo, este disco es una patada en los cojones (y bien dada) a toda la industria musical, al conservadurismo discográfico y a todos los arquetipos establecidos.

Ya nos lo había avisado, y al final tenemos el resultado en nuestras manos, el gran Luis Miguelez ha reunido en esta compilación a 11 de sus divas, once personajes del mundo de la farándula, drag-queens y transexuales con los que Luis Miguélez ha compartido durante los últimos años mucho más que amistad. Según reza el libreto, este disco-circo es resultado de una agitada vida nocturna y sus consecuencias. De noche a noche, de un club a otro puticlub, entre lentejuelas, pastillas, tachuelas, alcohol, silicona, chulos, taxis, vicio… . Nadie mejor que el propio autor para definir lo que nos encontramos al enfrentarnos a la escucha de este CD, en parte música y en parte circo, pero sobre todo descaro.

Son un total de 16 temas, más un remix de un tema compuesto para la ocasión, el tema en cuestión es Somos iguales, un alegato contra la intolerancia y el racismo (en todas sus vertientes), que interpreta Luis Miguélez junto a todas sus acompañantes, primero en versión punk, y cerrando el disco en versión dance.

Para los quince temas restantes emprendemos un viaje por clubs de toda España, y nos movemos por un ambiente cabaretero que es el que marca la pauta durante la hora larga de diversión que nos propone este álbum. Bien es cierto que hay cortes que se acercan bastante a lo grotesco y lo circense, como Barriobajera y canalla o Los chulos son pa’ cuidarlos, pero en la mayoría de los casos las composiciones tienen mucha más miga que lo que se aprecia a simple vista, y en concreto nos quedamos con las dos versiones de Serge Gainsburg, una revisión punky del tema Harley Davidson y una más tecno del Coment te dire adieu, que, olvidándonos de prejuicios, bien merecerían aparecer en el reciente homenaje al francés publicado por el sello Pussycats Records.

Desde el tecno discotequero de Silicona o Fashion victims al pop fangoriano de El hombre que se llevó a mi hombre o Perversión, Luis Miguélez demuestra que domina las guitarras y los teclados como pocos.

Queremos recomendar este disco, para escucharlo sin prejuicios, para quitarnos el sombrero de nuevo ante la capacidad compositiva e interpretativa de Luis Miguélez, y porque una vez más ha transgredido todo lo previsto, todas las normas impuestas y ha hecho el disco que ha querido con la gente que ha querido, con sus amigas.

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