Marianne Faithfull – Negative capability (BMG)
Llega un momento de cualquier persona amante de la música en el que, salvo que seas Peter Pan o Leticia Sabater, te sientes más cercano al September of My Years de Sinatra que al «Teenage Kicks» de The Undertones. Lo sé, es una afirmación muy rotunda y simplista. Por supuesto que se puede disfrutar del pop a cualquier edad, y desde luego también del soul más desgarrador, del country más melancólico, del blues clásico, triste pero digno, y de cualquier género, por qué no. Pero, a ver si me puedo explicar mejor…hablo de esos discos y esas canciones, ya sabéis, esas que parece que han sido escritas expresamente para uno. Esos discos y canciones en general van variando a lo largo de nuestra existencia. Obras como los American Recordings de Johnny Cash, el mencionado álbum otoñal de Sinatra, los últimos trabajos de Leonard Cohen o Bob Dylan y otros similares solo pueden entenderse y apreciarse enteramente, aunque puede que me equivoque y seguro que hay excepciones, cuando ya empiezan a pesar las alforjas de la vida. Lo mismo ocurre con el último de Marianne Faithfull, este excelente Negative Capability, que dudo que hubiese sido capaz de noquearme como lo ha hecho si me hubiese pillado con veinte años menos.
No me negaréis que no es lo mismo enfrentarse a «As tears go by» según la edad que uno tenga. Una estrofa como «It is the evening of the day, I sit and watch the children play, smiling faces I can see but not for me, I sit and watch as tears go by» se puede interpretar de muchas maneras, pero su sesgo nostálgico me resulta ahora mucho más evidente que la primera vez que la escuché. Marianne Faithfull la ha vuelto a grabar expresamente para este disco, diría que por tercera o cuarta vez, pero ahora tiene 71 años y su voz le da ese cariz melancólico como nunca anteriormente. ¿Y qué decir del resto de las canciones? Escritas junto a gente tan enorme como Nick Cave, Mark Lanegan, Warren Ellis o Ed Harcourt, es difícil no estremecerse al escuchar su ajada voz pidiendo que se la entienda («Misunderstanding»), que llegue a su vida alguien que la ame a pesar de sus defectos («In my own particular way»), aceptando la cercanía de la muerte sin dejar de abrazar la vida («Born to live») o exhibiendo su soledad (el «Loneliest person» de The Pretty Things, presente solo en la edición deluxe, «No moon in Paris»).
Como contaba mi compañero Juanjo Ordás en este excelente artículo, estamos ante un disco que desprende melancolía, nostalgia y fragilidad por todos sus poros. La producción es espléndida, no podía ser menos con gente como el mencionado Warren Ellis o Rob Ellis metidos en el ajo. La quebradiza voz de Marianne Faithfull, el piano, los arreglos de cuerda, todo en el álbum parece diseñado expresamente para partirnos el alma en dos. Tanto la versión de «It’s all over now, Baby Blue» de Dylan, como «They come at night», escrita junto a Mark Lanegan tras los atentados en el Bataclán de Paris, encajan perfectamente con el resto. Es lo mejor que se puede conseguir con este tipo de discos: crear un ambiente crepuscular, melancólico, una elegía de la nostalgia pero también un manual para enfrentarse a la inevitable decadencia con dignidad y solera. Al final, volviendo al viejo Frankie y su otoñal disco de 1965, «life is worth living if just in a while you can look in that looking glass and smile».
Escucha Marianne Faithfull – Negative capability
Os ha faltado este disco en los mejores de 2018
Cierto, pero cuando empezamos con las listas no lo había escuchado todavía. Lástima.
Una verdadera obra de arte