Placebo (Noches del Botánico) Madrid 27/07/23
Placebo publicaron la temporada pasada ‘Never Let Me Go (SO Recordings, 22), el que significó su esplendoroso regreso discográfico tras casi una década de silencio. La actuación del combo liderado por Brian Molko y Stefan Olsdal dentro del ciclo Noches del Botánico cabía entenderse, por tanto, como presentación “oficial” del álbum, al amparo de ese entorno inmejorable que oferta la ubicación en cuestión. La cita propiciaba, además, la oportunidad de disfrutar de un concierto de Placebo en un aforo considerablemente más reducido con respecto al que la banda podría haber llenado en una ciudad como Madrid, circunstancia que (obviamente) derivó en solemne sold out.
Hace cinco años y con motivo del que por entonces era su vigésimo aniversario, la banda ofreció algunos conciertos en los que recuperaba manifiestamente clásicos y canciones de sus primeros trabajos, al tiempo de anunciar que sería la última vez que interpretarían muchas de ellas sobre las tablas. Su paso por las Noches del Botánico no hizo sino refrendar esa promesa y, en efecto, Placebo –Brian y Stefan acompañados de Bill Lloyd, Nick Gavrilovic, Matt Lunn y Angela Chan como músicos adicionales– dedicaron buena parte del espectáculo a defender en directo su octavo trabajo de estudio, blandiendo como argumento (y ante ese público fiel ganado hace tiempo que siempre responde con sentimiento) la habitual solidez de su directo. Un concierto copado por piezas de Never Let Me Go (22) como “Forever Chemicals”, “Hugz”, la preciosa “Beautiful James” soltada a las primeras de cambio, “Happy Birthday In The Sky”, “Sad White Reggae” o la inspirada “Try Better Next Time”, manteniendo la presencia de medios tiempos y el perfil algo reflexivo de la velada con recuperaciones del tipo de “Bionic” (único guiño a su debut homónimo de 1996) o “Too Many Friends”.
Para entonces ya había quedado claro que el combo no iba hacer demasiadas concesiones de cara la galería, en una decisión que premia a aquel seguidor fiel que, por supuesto disfruta con los éxitos, pero que también encuentra cobijo en composiciones menos trilladas y de igual calado. Hubo que esperar a que sonase “For What It’s Worth” para pasar al siguiente tramo perfectamente medido y definido del concierto, en el que los protagonistas aumentaron conscientemente revoluciones al ritmo de “Slave To The Wage” y “The Bitter End” –las dos piezas más populares de todo el repertorio–, a las que añadir “Song To Say Goodbye” e “Infra-red” ejerciendo como cierre. Dadas las circunstancias, tampoco sorprendió que los bises quedasen reservados a dos (fantásticas) versiones, concretadas en el “Shout” de Tears For Fears y esa valiosa relectura del “Running Up That Hill (A Deal With God)” de Kate Bush que Placebo ya han convertido en un clásico de su propio repertorio. Entre medias asomó “Fix Yourself”, otro notable tema de un Never Let Me Go (22) que quedó así ejecutado en su totalidad a excepción de “The Prodigal”. Varios de sus eslabones pasaran, casi con toda seguridad, a formar parte del catálogo destacado de Placebo, refrendando que el mencionado elepé no es sino un acierto en firme.
Placebo podrían ser el equivalente noventero a Depeche Mode, en cuanto a aureola devocional y esa fidelidad romántica (casi religiosa) que profesan sus fans. Algo que puede palparse en el ambiente que rodea cada una de sus actuaciones, en un reencuentro que, no por consabido, deja de resultar satisfactorio una y otra vez. Cien minutos de concierto, en definitiva, dedicados a la memoria de la recientemente fallecida Sinéad O’Connor, en el que la formación europea (que no británica, tal y como se encargó de remarcar el propio Molko), rogó que el público prescindiese de sus teléfonos móviles, con el fin de intensificar el encuentro. Sin renunciar a su pasado, Placebo parecen querer evitar a toda costa estancarse o regodearse en triunfos pretéritos –ni rastro en el setlist del impecable Without You I’m Nothing (Virgin, 98)–, apuntando a lo que cabría entender como una bien entendida madurez artística por su parte.
Fotos: Víctor Moreno (Noches del Botánico)
Madurez artística dice, vaya mierda de setlist, con cariño de un fan fiel y romántico.
Efectivamente. Para los que venimos de fuera supone un gasto y no mereció la pena. Fdo: otra fiel romàntica.
El próximo concierto le haces tu el setlist que tienen que tocar y, de paso, que vayan a tocar a tu casa 😉
Magnífica crónica felicidades. El concierto estaba siendo de 9, pero el encore y como lo finalizaron a mí personalmente me dejó muy frío. Una banda como Placebo con todos los álbumes que tiene no puede hacer un encore de tres canciones y que dos sean versiones. Con ese final estropearon el concierto, les daría un 7 o 7.5 o como mucho un 8.
Si quieren llegar a los actuales Depeche Mode o The Cure. Tienen que dejarse de versiones, oscurecerse e ir más al abismo en los conciertos. Justamente lo que hacen The Cure y Depeche Mode.
Quitando los discursos y el descanso el concierto se quedó en 1h30m. Iba para uno de los conciertos del año en Madrid como sobresaliente y se quedó en notable justo por malas decisiones.
Un saludo y gracias por la crónica.
Gracias a ti, Antonio. Un saludo.
Totalmente de acuerdo contigo. Para mí un 6 y gracias. No puede ser que no toquen más temas de discos anteriores y mucho menos que sea hora y media justa incluyendo versiones. A parte de los discursitos de estrella de Molko, que sobran.