Rara Avis: Eduardo Polonio: Obra electroacústica, 1969-1981
Rara Avis es una sección quincenal en la que nos adentraremos en algunos lanzamientos que, quizá, hayan surgido en los márgenes de lo habitual. No, no vamos a sentar cátedra con ese “disco que no conoces”, porque el objetivo no es caer en lo fácil y arriesgado menospreciando la cultura musical de cada uno dando por hecho que no conoces lo que vas a leer. En estas líneas que publicaremos, queremos ampliar estilos, conocimientos y, por qué no, ablandar el oído para sonidos algo subterráneos, investigar las posibilidades sonoras a través de discos o tocar lo que ahora llaman “distintas geografías”. Esperamos que esta sección te descubra algo nuevo, o desempolve ese sonido que disfrutaste, o, simplemente, alerte tu curiosidad ante los preciados desvaríos y preciosos experimentos que pululan por ahí. Porque, en el fondo, todos somos esa rara avis.
Rara Avis: Eduardo Polonio: Obra electroacústica, 1969-1981
Con la muerte de Eduardo Polonio el pasado mes de diciembre, la música electroacústica y de experimentación electrónica española lloraba la pérdida de uno de sus grandes precursores. En su figura podemos encontrar algunas de las piezas más novedosas y arriesgadas de aquellos años sesenta y que sirvieron para pavimentar, aunque sin salir mucho de lo subterráneo, algunos de los encuentros generacionales más fundamentales del género en nuestro país, como aquellos ya celebrados Encuentros de Pamplona.
A Polonio se le puede considerar, pues, miembro de esa etiqueta de pioneros que no cejaron en su empeño de llevar las posibilidades de la incorporación de las sonidos eléctricos a una música que, en su vertiente más popular, acabó por impactar desde la experimentación en la génesis de estilos algo más reconocidos. Por ese motivo, la reciente edición de Eduardo Polonio: Obra electroacústica 1969-1981 (Buh Records, 2025) tiene una doble importancia.
Primero, porque la retrospectiva sonora que se incluye en esta antología se antoja esencial desde el punto de vista del registro histórico de una producción de alto calado de investigación y descubrimiento. Y, segundo, porque una atenta escucha a las piezas seleccionadas nos llevará a esas aristas que merodean algunos géneros de épocas muy circunscritas desde y por la influencia de la electroacústica.
Como el título refleja, el periodo estudiado comprende toda la década de los setenta y el año anterior y posterior a la misma, una declaración, intencionada o no, de resaltar el puente cronológico desde la incipiente entrada de la música de tinte eléctrico y electrónico a la masiva popularización de los sintetizadores. Por esas cuestiones, esta recopilación debe afrontarse también como su banda sonora donde la experimentación de sonidos aislados y repeticiones de “Para una pequeña margarita ronca” o de la improvisada oda a la baja frecuencia de “Oficio” dan paso a la presunta cacofonía de ambición orgánica de “Flautas, voces, animales, pájaros…” de principios de los ochenta.
Se puede apreciar cierto academicismo minimalista y de música concreta en “Rabelaisiennes”, algo totalmente adecuado por su formación, o en la intención de composición clásica en “El reclinatorio en el tejado de la lejana abadía”, pero más allá de esos espacios asépticos, también se nos permite acceder a piezas donde se pueden observar matices de carácter biográfico en su traducción sonora. Acceder a “Me voy a tomar el Orient Express” es hacerlo también a ese roce alemán que subyace tras su paso por Darmstadt, quizá más evidenciado en “Valverde” y, sobre todo, “Continuo”, donde, partiendo desde distintos instrumentos, es capaz de remitirnos a distintas áreas de estudio materializadas en accesibles piezas.
Es por eso que esta nueva antología permite un acceso distinto a la obra de Eduardo Polonio, seleccionando piezas que pueden funcionar como columnas para entender ese mundo extenso que ya ofrecieron, previamente, algunas otras selecciones de su producción, más amplias, pero por ello también más desbordantes. Es decir, se convierte en una buena introducción a, por ejemplo, la magnífica Edición antológica 1969 – 2014 (Luscinia, 2015) o para una primera aproximación en detalle acotado para explorar a una de las figuras esenciales de la experimentación electrónica de nuestro país.