Ricardo Lezón (Cool Stage, SON Estrella Galicia) Madrid 16/11/18
Las dosis de talento más recientes de Ricardo Lezón se han ido prolongando en el tiempo, construyendo una bonita triada que abarca desde Rugen las flores (15) con su banda madre McEnroe, pasando por Lluvia y Truenos (16) junto a The New Raemon y culminando el pasado año con Esperanza (17), su primer disco como tal en solitario.
Era un auténtico privilegio este fin de gira; contar la pasada noche del viernes en Madrid con toda una banda de acompañamiento para defender un notable conjunto de canciones, abrigado como debe ser, más aún en estos tiempos tan precarios para la cultura, el arte y la música en particular, donde cada músico se tiene que patear la península de arriba abajo, actuación tras actuación, muchas de ellas con poco más que su guitarra debajo del brazo.
El conjunto, tímido, pero confiado, apareció sigilosamente en el escenario para sobrecogernos con una sentidísima interpretación de “Noche en Noviales”, a la postre uno de los mejores momentos de la velada. El tono que adquirieron las canciones del vasco abrazó un enfoque más eléctrico y americano, con un soberbio guitarra solista luciendo las canciones a las formas de Wilco, pasadas, eso sí, por el tamiz siempre sensible y personal de Ricardo.
Por desgracia, la acústica no fue todo lo buena que hubiéramos deseado, y varios de los temas más emocionantes para quien les escribe no pudieron sobresalir tan majestuosos como en disco. Me refiero sobre todo a esos dos monumentos que son “Ella baila” y “Primavera en Praga”, razones suficientes como para tener en un altar Esperanza. Al menos sí que sonó expansivo, pleno y radiante el desborde sentimental de “Arena y romero”, majestuosa y colosal.
Otros instantes para el recuerdo fueron sin duda los acertados rescates de McEnroe. Bonita y acertada sonó “La electricidad”, dislocada y vibrante “Como las ballenas” y, ya para terminar, tras una celebrada y fina “Chet Baker”, “Un rayo de luz” nos dejó satisfechos, agradecidos y porosos ante la timidez, simpatía y buen hacer de un artista que se hace querer por motivos más que evidentes.