Skam presents Freeform + Team Doyobi + Gescom Dj´s – Nitsa Club (Barcelona)

Pensar es lo máximo a lo que la mente del ser humano puede aspirar. Bailar es lo máximo que el cuerpo humano puede expresar. Pensar y bailar suelen ser dos situaciones que la gente que acude al desenfreno de fin de semana no suele asociar. Más que nada porque no son situaciones (pensar y, en su más pura y tribal acepción, bailar) que la gente suela practicar.

Y por esta razón, era preciso acudir en la noche del 26 de abril al Nitsa-Apolo. Acudimos a pensar y a bailar, ambas cosas juntas. Y podríamos decir que fue una noche más para el despistado; una noche incomprensible y desperdiciada para algo más que un despistado; y una noche inolvidable para el abierto de mente, que es el que aquí interesa. Hablamos de Gescom Dj’s, un colectivo que esconde a bastantes músicos (Autechre entre ellas) y que hace del baile expansivo su leit motiv. Lean sino en la página web del sello Skam: www.skam.co.uk

La disposición del escenario era la siguiente. Dos platos al frente, cúmulo de máquinas detrás e instrumentación para la mezcla de imágenes en vivo a la izquierda. Y una serie de personajes que fueron desfilando durante 4 horas, turnándose a los mandos de un (des)control de imágenes y música, que en ningún momento dejó de fluir, en el más amplio sentido de la acepción.

Rememoremos las imágenes. Éstas acompañaban deliberadamente a la música, haciendo imposible que el espectador no quedase atrapado por su sugerencia y dramatismo. Cometas volando en un paisaje fluvial anaranjado, al son de la música de Freeform; equiparable a lo sugerido por Boards of Canada en Geoggadi. Cometas volando, pues, y paisajes de campos, cada vez más marcianos para los que viven en las polis industriales del mundo actual. Imágenes, también, de acero golpeado en terceros entornos virtuales, paisajes de planetas imaginables pero prohibidos para la vida humana, que acompañaban el agresivo concepto trash-metal de Team Doyobi. Toda esta imaginería fue mezclada en directo por Meam, tan desconocido como básico para el espectáculo.

La música: primero el DJ: acid house y electro. Sonidos sucios, percusiones que jamás están de moda y que siempre están defendiendo las últimas posiciones de libertad creativa. Y luego el derroche de adrenalina de Team Doyobi , cuyos dos componentes nada tienen que ver con la filosofía que inunda las discotecas de pensamiento único. Speed-metal electrónico, a lo Aphex Twin pero con más bajadas y subidas y menos melódico, y que invitaba al desenfreno punk. Lo consiguieron. E hicieron que la facción uni-neuronal del club desistiera (previos pitidos y gritos de “qué malo eres”). Transición de nuevo, e imprevisto amerizaje gracias a Freeform. Más de una hora de baile instintivo, en el que cada uno elegía preferir el pasaje musical que el cuerpo más le pedía. Baile extraño, apto para pocos como se vio, que encandiló por la belleza amorfa de un sonido compuesto por melodías superdotadas, que rompen con toda lógica. Impresionante. Y como colofón, un cierre eterno protagonizado por el mismo pinchadiscos que, decidido a complicar la vida a los del “bombo”, mantuvo al que esto escribe, y a otros 20-30 dionisíacos más, a base de electro de cualquier escuela (estilo L.A., electro-furia de Detroit…), excepto de las que dictan las modas.

Lo de Skam, a pesar de esta crónica (describir “esta” música es difícil), no es ninguna cursilada. Ni es tecno-pop ñoño, ni destila actitudes miméticas. Si existe alguna cultura dentro de los clubs, ésta la generan músicos como Gescom Dj’s. Músicos que buscan reflejar la complejidad humana, que son capaces de llevar al oyente adónde ellos quieren, que cogen el listón de las vanguardias sin dejar de ser accesibles y democráticos para cualquiera que se interese. Músicos, en fin, que no buscan la racionalidad de los esquemas, sino que pelan la superficie de la naranja para hallar la pulpa. Entiéndanme: esto son palabras mayores. Braindance at the Apolo.

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