The Lawyers – O’Clock (Autoeditado)

The Lawyers son una joven banda de Murcia con apenas dos años de existencia, y que en este corto periodo ya han conseguido alzarse con el prestigioso concurso Creajoven (en su edición 2011) y han dado el paso de financiarse un primer EP. Entre sus influencias podemos encontrar a toda la ola power-pop de los últimos 40 años, desde Big Star a Nada Surf, pasando por Teenage Fanclub, el post-punk de nuevo cuño representado por las atmósferas de Interpol y referencias exóticas pero de gran valor como la de los italianos Verdena.

Mi relación con O’clock comienza con el típico “venga, pasadme vuestro EP a ver si me gusta”, después del concierto de una banda local y termina en la más absoluta admiración y el reconocimiento por el trabajo bien hecho. Esto es así hasta el punto de que incluso me arriesgo a decir que The Lawyers, desde el anonimato y haciendo de la sencillez y el atrevimiento su bandera, han facturado uno de los EP más brillantes del panorama alternativo nacional de los últimos años (sí, ese que corre paralelo a agencias de management, amiguismos y padrinos).

O’clock consta de cinco canciones que asustan por la seguridad que transmite la banda en sus planteamientos, la melancolía que desprenden hasta en los momentos más alegres (el glorioso final de «Club A», por ejemplo) y unas letras que parecen hablar del pasado y de experiencias y lugares que quedan en la memoria.

En el plano estrictamente musical, «BBI», tema que abre el EP, supone un homenaje a la tradición powerpopera de toda la vida y a las deliciosas combinaciones de sonidos guitarreros tan propias del estilo. «Club A» es el single y tal vez la canción más accesible del conjunto, un auténtico hit indie-pop en un mundo justo, esa canción que vuelve y vuelve a tu cabeza cada día y te descubres cantando mientras vas caminando -el clásico “temazo”, que dirían los entendidos. «La Caja de Cristal» y «Nórdica» suponen el escarceo con el castellano de la banda, destacables la outro de la primera, con coros femeninos incluidos, y el aire Interpol (de los buenos, los de Turn on the Bright Lights) de la segunda. Los estribillos, de nuevo, para enmarcar.

La pequeña colección se cierra con «Waking Sleep», canción que muestra un aire algo más épico (ayuda la magnífica producción de Paco Román (Neuman)) y es el perfecto epílogo para 20 inmensos minutos que deberían ser sólo el pistoletazo de salida a una carrera que, por mi parte, estoy más que dispuesto a disfrutar.

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