Zahara (Sala La Riviera – Vibra Mahou) Madrid 13/06/21

La #PutaGira en Madrid terminó con nervios y con muchas bandas azules con la palabra ‘Puta’ aglutinadas en toda la sala. Y digo terminó, porque pudimos disfrutar del último de los tres pases en Madrid de Zahara en la sala La Riviera y organizado por Vibra Mahou. Se creó una armonía perfecta nada más empezar el concierto con «Flotante». Nos fue sorprendiendo también con otras canciones del pasado, como «El Fango» y «El Deshielo», tras cantar la íntima y dura «Canción de Muerte y salvación». No era un concierto, era una montaña rusa de emociones, un espectáculo delirante y emotivo que te hacía pasar por todos los estados de ánimo en cuestión de minutos. Sabías que estabas ante algo grande, ante algo que conectaba directamente con algo profundo de tu ser.

Y llegó «Ramona», esa especie de rap, de vomitar la rabia, las verdades y las mentiras, de sacar desde dentro toda la basura. El directo de Zahara nos puso los pelos de punta, la puesta en escena con las bandas y esa energía que se desprendió en la Sala La Riviera mientras alucinábamos con Zahara tocando la batería.

Luego mantuvo un diálogo con el público, donde hubo muestras de afecto y agradecimiento. Se escuchó muchas veces la palabra “te quiero” y “gracias”. Zahara salió a la palestra muy emocionada y se abrió en canal con el público; habló sobre el odio que se siente hacía todo lo que te hace feliz cuando desaparece y donde nos recordó a todos que hay que abrazar muy fuerte siempre al amor propio. Esta fue la introducción de esa perfecta comunión con el público cantando Taylor.

«Negronis y Martinis» y «Sansa» fueron un punto de inflexión en el concierto, para sentarte, cerrar los ojos y solo escuchar. Para recuperar la calma y sí, la paz. Porque después con «Guerra y Paz» vivimos otro momento mágico de la noche.

Y aquí empezó el subidón con «Merichane», un grito de rabia y de liberación. Zahara pone letra y todos y todas pusimos las voces. Porque todas y todos hemos estado ahí. Seguidamente, la esperada «Hoy la Bestia llega en casa». El público ya estaba muy arriba, siempre sentados, pero la buena energía se sentía. Todavía no sabíamos que aún había más… Y ahí seguía Zahara, bailando por todos nosotras y nosotras con «Berlín U5» y marcándose esa sesión de electrónica que si cerrabas los ojos te trasladaba a esa maravillosa época antes de la pandemia. Fue un regalo poder disfrutar de un momento así después de tanto tiempo. La gente tenía brillo en los ojos de nuevo, miraban a su acompañante y sonreían con su mascarilla, porque por un momento, volvieron a la vida de antes, se ilusionaron y se dieron cuenta de que cada vez estábamos más cerca de volver.

Regresar al pasado es lo que hizo Zahara cantando «Dolores» como cierre, con un vestido hecho con servilletas y manteles hechos por su familia. Un precioso homenaje a su abuela y con tres espejos en el escenario donde todas las mujeres nos veíamos reflejadas y comprendidas. Ojalá todas aquellas mujeres copleras, nuestras abuelas y todas las mujeres de la historia que han luchado por nosotras escuchen ese precioso homenaje allá donde estén.

Fotos: Beatriz Martín Cañete

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