Bad Religion – 30 Years Live (Epitaph)

La escena punk-rock californiana tuvo una actividad frenética en los años noventa. Alrededor de sellos como Epitah o Fat Wreck Chords orbitaron multitud de bandas que, frente a la agonía decadente del grunge, cambiaron las reglas del rock alternativo yanqui a base de urgencia y melodía, transformando sombras en oooohhs y desasosiego en nihilismo. Aunque California no es Seattle, al igual que sucedió tras el fenómeno Nirvana en el norte, la parte soleada de la costa oeste fue invadida por promotores discográficos que, ávidos de alistar jovenzuelos a su causa, desmontaron el invento chequera en mano. Offspring o Green Day dieron el salto comercial, que no musical, y siguen viviendo muy bien de esto, pero la mayoría de las bandas de la época disfrutan de carreras anodinas y desgastadas (Pennywise) o sobreviven sólo en el recuerdo de unos fans instalados perennemente en el revival más peterpanesco (No Use For a Name).

Bad Religion, formación que ahora nos ocupa, representan un caso único dentro de aquella generación: aparecieron con fuerza finales de los ochenta, lo rompieron a mediados de los noventa y aguantaron la resaca del boom sin despeinarse -fuga a Epic y posterior vuelta al redil incluidas-. De todo ello da fe 30 Years Live, disco en directo que documenta parte de la gira conmemorativa de su trigésimo aniversario como banda, donde volvieron a su alineación más legendaria con Mr. Brett a la guitarra y Brooks Wackerman a la batería para repasar su discografía a golpe de grandes éxitos.

Aunque llegue tarde –la gira tuvo lugar en 2010- y en edición limitada, la publicación de 30 Years Live supone todo un acierto. Segunda referencia oficial en directo de los angelinos tras el fallido Tested (1997), captura sin cortapisas la potencia de una banda que se muestra vigorosa, segura de sí misma, con la agresividad de sus inicios intacta pero afinada por el bagaje de los años y las giras.

A pesar de que se echa de menos algo más de minutaje –apenas supera los cuarenta minutos-, la selección picotea generosamente entre lo mejor de su repertorio pasado y presente: “American Jesus”, ”Fuck armageddon this is hell” o “Suffer” conviven sin sobresaltos con las más recientes “Won´t somebody”, “New dark ages”, o ”Germs of perfection”. Si Bad Religion adolecían de un disco en directo a la altura de su leyenda sobre las tablas, 30 Years Live salda la deuda con creces. Más vale tarde que nunca.

 

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