Día de la Música – Matadero (Madrid)

Madrid me mata por exceso o por defecto y aunque debemos estar tremendamente agradecidos a que todavía haya algún atrevido promotor que se embarque en este tipo de eventos musicales, mucho nos tememos que la deriva cultural de la ciudad continuará imparable si la administración local sigue más interesada en que nos comulguemos antes de salir de fiesta que en facilitar a los participantes a los conciertos unos espacios y horarios acordes al tipo de divertimento que se ofrece.
Porque digo yo que ni los toros ni las procesiones se programan a las ocho de la mañana, ¿verdad? ¿Por qué entonces la música, buena aliada de la nocturnidad, ahora hay que disfrutarla a la hora de la siesta? En fin, que una vez lanzado el exabrupto contra los que desgobiernan esta ciudad, con la única intención de apoyar a los que contra viento y marea creen que este castizo Madrid todavía se merece una oportunidad para tener su propia cita festivalera que lo ponga en el mapa veraniego, venimos a contaros qué pasó en la nueva edición de El Día de la Música.
Aunque para ser honestos con adjetivarlo como desangelado podríamos liquidarnos el resumen y lo decimos acompañando en el sentimiento, como se dan los pésames rurales.
 
Viernes 21 de junio de 2013
LOS PUNSETES
El viernes la misma canción de siempre, al ritmo de colas. Largas colas tan estrepitosas, inentendibles e inexcusables en los accesos al cómodo recinto que obligaron a gran parte del público a abandonar su intención de ver a Los Punsetes jugar en casa. Los Punsetes desgraciadamente son un grupo que a pesar de su acertadísima visión inteligente del pop rock nacional se disfrutan más en disco que en directo, la culpa tal vez es de Ariadna y su tontería estática.
Aunque los suyos hicieron lo mejor que pudieron para disfrazar la falta de asistencia todavía a esas horas y extenderse por un escenario en el que sonaron todos los «must» de su carrera, incluyendo un homenaje a la difunta sala Nasti en forma de proyecciones visuales, refugio del indie patrio que ha visto como la vorágine institucional en contra de la movida madrileña también se la fagocitaba.
Ahora eso sí, al rey lo que es del rey, el empujón final a ritmo de «Tus amigos» o «Maricas» se les agradece a uno chicos que debieran hacer ya un «brainstorming» en torno a sus directos y equilibrar de una vez por todas las carencias en directo en contraposición con sus logradísimas grabaciones.
 
HOLA A TODO EL MUNDO
Otros madrileños que están en la pista de despegue. Y es que con su sorprendente viraje hacia la electrónica Hola a Todo el Mundo ha ganado el interés de los más descreídos. Propuesta que han sabido llevar mucho mejor al directo, aunque su música cada vez más acoplada y estudiada no termina de despegar, cierto es que el recorrido hasta aquí ha sido extenso y los avances son de aplauso, no en vano pueden sacar pecho por ser el primer concierto que logró reunir mucho público del festival.
Pero la irregularidad del sonido que ondulaba dependiendo del lugar donde te situaras terminaba por convertir el concierto en un agradable ruido de fondo, mientras la gente se ponía al día sobre las novedades de la semana ¿Ganas de fiesta en el ambiente? Sí, pero muy mal canalizadas, también.
 
LORI MEYERS
Pues no hubo apenas sorpresas, Lori Meyers con menos pegada de lo normal gracias al despistado y tan cacareado sonido raro de esta edición, dieron el concierto del festival. Las hordas de gente que acudían al escenario así daban fe. Pero chico, vaya usted a saber por qué, desde alguna edición del SOS 4.8 no he visto jamás un público menos amante de la música que éste, al menos, menos concentrado en lo que pasaba en escena, tampoco es que el pop alegre y efectivo de los granadinos sea para degustar con cuchillo y tenedor que se puede consumir con las manos, pero es que lo mismo daba el tema en cuestión.
En fin, que aún así y dando bien de coba a su último disco, con versiones prácticamente idénticas a las de estudio Noni y los suyos tuvieron difícil bregar con un público tan disperso, pero como quién la sigue la consigue, al final, la comunión saltarina y exacerbada llegó con la traca final del repaso necesario a sus clásicos de siempre. Marcaron el primer gol.
 
THE HORRORS
El segundo gol trajo el empate de los granadinos con los británicos. Y ahí podría haberse parado el partido, porque la jornada del sábado, ya os adelantamos que no dio para muchas más alegrías. Sin embargo el colofón final con The Horrors bien valía el precio de la entrada, precios bastante populares dicho sea de paso, por 18 o 25 euros sólo la jornada del viernes te salía a repartir dividendos.
Había ganas de ver si la corona a la mejor actuación del FIB 2012 fue sólo cuestión de carambola o todavía seguían siendo merecedores de tan altos elogios. Y sí…entre sombras, con una pegada emocional y de brutalidad homogénea The Horrors han encontrado la fórmula de la Coca-Cola y señores que bien lo están haciendo, como aquella actuación de Lola Flores, no sabe cantar, no sabe bailar, pero no se lo pierdan señores.
Desde luego nadie les puede negar que han sabido encontrar un nicho musical dentro de la apabullante era de internet donde su publican obras a golpe de click, y que además están resolviendo magníficamente en directo. Ahora sí que hay ganas de escuchar el nuevo disco que llegará en septiembre.
 
Sábado 22 de junio de 2013
 
DARKSTAR
Debemos visitar lugares comunes y empezar diciendo que Darkstar les tocó jugar a demasiada temprana hora, luchar con un bonito Sol justiciero, y todo el lastre que ello provoca: poca gente y menos efluvios etílicos que ayuden al personal a entregarse. Pero la otra cara de la moneda es que, se pudieron aprovechar público y artista del sonido algo mejorado con respecto a la jornada del viernes, aún lejos de ser nítido y potente como se pedía a voces entre el gentío.
El problema con Darkstar es el de mil y un grupo hoy en día, salen a escena con la misma actitud con la que ensayan en el garaje de sus padres y esto del show business no permite licencias de este tipo, sobre todo si tienes que partirte la cara como hemos dicho con los mil grupos que a diario se lanzan al ring.
Carentes de toda presencia escénica, con un canto en los dientes se tuvieron que dar por mantener intacta la atención de propios y extraños, tanto que lograron que algunos abandonásemos nuestros cómodos refugios sombríos de la explanada del Matadero a favor de una fila más próxima al escenario y salir de allí con el cogote rojo. Resumiendo: efectos, voces pregrabadas y una montaña rusa, por momento emocional, por momentos completamente prescindible.
 
LIANNE LA HAVAS
Con su voz impresionante se ganó rotundamente uno de los titulares del sábado. Pero tras tantas actuaciones desencontradas, con un público rozando en mínimos en la jornada del sábado, lo desangelado del viernes, dejó paso al frío, a pesar de las buenas temperaturas veraniegas de Madrid. No había manera de calar emocionalmente en ningún concierto, ni en las primeras filas, donde se suelen acomodar los verdaderos amantes de la música, hubo manera de encontrar gente emocionada en apenas uno de los conciertos propuestos. La Havas sí que arrancó simpatías por su propuesta cercana, por dejarse arropar por una banda que cobró casi más protagonismo que ella misma, pero tras la agradable sorpresa inicial, terminamos por perder la atención.
 
EXTRAPERLO
Resultó bastante vigoroso ver como alrededor de Extraperlo se arremolinaba el espíritu del festival y eso se notaba en las ganas y las demostraciones de alegría del personal, aún sin ser una apuesta ganadora para este que escribe, «Bañadores» al menos hizo que compartiéramos risas de manera conjunta. Los catalanes recogieron el testigo de la noche anterior de manos de Lori Meyers, salvando las distancias, muchas de hecho, para convertirse en los justos segundos ganadores patrios que conseguían desatar la celebración comunitaria.
 
THE FALL
Un tipo viejo y decadente, Mark. E. Smith, con chepa, al frente de un concierto guitarrero del que no conocía ni una sóla canción más del cincuenta por ciento del respetable, se llevó la palma esa noche. Su árida propuesta, fundamentada en «hago lo que me da la gana», su punk de la tercera edad conmovió y hastió a partes iguales por esa querencia inamovible de los años 80. Con el viejo y la gabardina el público por fin responde.
La música que al final no termina de encender la mecha más allá del respeto por un planteamiento tan anárquico, un tipo decadente que se sienta en una silla mientras parece pensar que me toca el coño todo. Los míticos The Fall sin ni siquiera molestarse en actualizarse llegan a este siglo desde esos finales años setenta en que su propuesta era vista como rupturista lo que les garantizó un baldosa en el paseo de la fama del rock, pero que ha llegado bastante pisoteada a este siglo. Verlos, eso sí, fue un disfrute generalizado, no había que ver más que la reacción del público.
 
THESE NEW PURITANS
Una pena ver la propuesta preciosista y clasicista de These New Puritans en este desaguisado. Desde luego que aquí rotundamente no estaba su sitio. Las desbandadas de desertores que como regueros de hormigas abandonaban el concierto ya a la cuarta canción, no hacía presagiar nada bueno. Terminé preguntándome si merece la pena mover todo esto con tan poco público. A pesar de los esfuerzos de Radio3 la cosa no ha llegado a nada.
Que su música sea atractiva o no ya es cuestión de gustos, pero que la desconexión entre ésta y el público de la noche del sábado resultó más que patente. Al final la grandeza de su orquestación se perdió rebotando entre los tejados de Madrid, sin que nadie pudiera aprovecharla.
 
DISCLOSURE
Los hermanos Lawrence son ahora el ojito derecho de Pitchfork, y por agravio comparativo de de todos los medios que celebran la música independiente. Lo tenían fácil, facilísimo, esto era lo que esa noche la gente esperaba de una vez por todas, pero que queréis que os diga, ni su propuesta me resultó efectivísima ni de su música manó ni vino ni peces, cero fascinación.
Con un par de hits recién salidos del horno y un LP Settle que le está haciendo aparecer en un cartel de cada tres, fueron un bonito broche final para el festival, la elección más sabia del día y el mejor equilibrio entre las querencias y lo ofrecido. Un baile y para casa, que esto se acabó.
Tendremos que darle la razón a RTVE y nos tocará rezar, pero no para encomendarnos a sus santos beatos, sino para que el próximo año los astros de la mercadotecnia se conjuguen mejor y nos regalen un cartel más pintón.
 
 

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