Duerme Simón: metaforizar la música

La música es de esos pocos elementos que todavía guardan un misticismo, un aura de magia y energía que se escapa de nuestras formas lógicas de pensamiento. Por eso, al igual que la poesía, todavía se explica a través de metáforas. Porque es de las pocas formas que tenemos de dar respuesta a nuestros sentimientos. De todas las expresiones musicales, una que siempre ha llamado mi atención es el cruce de caminos. Literalmente, un cruce de caminos es un lugar donde diferentes sendas se encuentran y se separan, un lugar donde emergen las direcciones de cambio, variedad de elecciones donde cualquier cosa puede pasar. El cruce de caminos es el lugar de las transformaciones.

Este cruce de caminos no solo es un área rural de alguna carretera secundaria como nos hizo ver Robert Johnson. Muchas veces es una ciudad, un pueblo o un bar.  Para Duerme Simón, ese cruce de caminos fue un concierto. Justo en el año 2013 los caminos de Virginia y Moli se conectaron en Madrid. Ambos de diferentes zonas de Andalucía, pero residiendo en la capital por diferentes motivos, se conocieron gracias a que acudieron a un espectáculo. De ese concierto surgió otro nuevo grupo. Yo a su vez, siete años después, los conocí gracias a que había tomado un desvío y me encontré con un concierto que estaban dando en una especie de librería bar ubicada en una concurrida calle de Chueca. De ahí que la música es un elemento de metaforizar la vida. De conectar existencias que a través de sus melodías crean su propia vida, su propio sonido.

Duerme Simón nos conquista gracias a una música que navega entre la electrónica, el indie pop, el ambient y la psicodelia. Y es que, mediante estructuras fuera de la normalidad constituyen su esencia. Su respuesta a la vida es en forma de canciones plagadas de mensajes metafóricos que les conectan y nos conectan.

Uno de los elementos que destacan al escuchar a Duerme Simón es su calidad musical, tanto en la forma como en la interpretación, debido en gran parte a sus estudios de formación musical. Su primer disco titulado Bendita Valentía (Estudio Uno,2016), en el que también colaboraron artistas como Uriel Morales y Josh Hannaby, nos muestra un sonido orgánico y natural. Diferentes cambios de estilo y formación dieron lugar a su nuevo disco Supernova (OMC estudios, 2019), un disco introspectivo en el que sus letras caminan en torno a los cambios, internos y externos, que vivimos. Canciones como “La ingravidez” nos muestran como el sonido de las guitarras sabe adaptarse perfectamente a los samples. Una letra que gira en torno a la dualidad del ser humano convierte a esta canción en uno de los mejores trabajos de este grupo. Otro de los temas que más llaman la atención es “Sed animal”, una demostración de esa maduración musical. Aunque si hay una canción que me gusta es “Guerra Fría”; una de las grandes joyas de este disco. Una canción que va evolucionando a lo largo de los minutos, sabiendo combinar una base más tranquila con un estribillo potente y sonidos de guitarra distorsionados.

 

Como ellos mismos comentaban en una entrevista, en su música hay algo de indie, algo de electrónica, una pizca de psicodelia y mucho synth/ambient… pero sin ser solo uno de esos estilos. Lo que si tenemos claro es que, gracias a las casualidades del destino, a ese cruce de caminos, hemos podido encontrar en Duerme Simón una explosión musical capaz de conquistar nuestros sentidos gracias a su calidad y sinceridad.

Duerme Simón portada

A continuación puedes escuchar Supernova, el último álbum hasta la fecha de Duerme Simón.

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