Eels – Eels Time! (E Works / [PIAS])
El último año no ha sido uno cualquiera para Mark Oliver Everett. Su operación a corazón abierto le ha evitado males mayores ante una anomalía congénita de la que fue consciente tras el fallecimiento de su padre. Es por ello que este Eels Time! Se puede entender de algún modo como un “volver a empezar”, sobre todo después de apenas haber tocado en directo tras la pandemia. Escudriñado con mimo, el que supone su quinceavo trabajo, obviando recopilatorios, viene marcado por un tono marcadamente confesional y nos devuelve por momentos a unos Eels más escorados hacia el pop, quizás buscando la fragilidad de aquel inalcanzable Electro-Shock Blues (Dreamworks, 98), su obra referencial.
La reflexión sobre el tiempo se torna inevitable, y Mr. E la afronta sin rodeos en la inicial “Time”, puerta de entrada a un viaje plácido y sin grandes sobresaltos en lo que supone otro buen disco de Eels, sin llegar a la excelencia, pero sin desmerecer a su lustroso legado. El tránsito por sus bondades resulta ágil y nada forzado. Y es que siempre es buen momento para reencontrarse con esas melodías marca de la casa como “Sweet Smile”, psicodelia pop atemporal, que tiene unas perfectas compañeras de viaje en la muy Elliott Smith “We Won’t See Her Like Again”, en la tierna “Haunted Hero” con ese delicioso órgano marcando el ritmo o en una “And You Run” que mantuvo guardada en un cajón hasta que un amigo de toda la vida le animó a grabarla. Tampoco hace ascos a los singles vacilones como “Goldy”, pegadiza y tarareable como pocas y en la onda de un Beck al que tampoco sería extraño ver entonar la casi celestial “If I’m Gonna Go Anywhere”. Hasta se permite rendir homenaje a la paternidad en la entrañable “I Can’t Believe It’s True”.
La acertada producción corre a cargo de Sean Coleman, Tyson Ritter y del propio E, siempre meticuloso con el cuidado por el detalle y los matices. La parte final del álbum muestra un cariz más oscuro y menos inspirado, sin llegar a decaer dentro de lo que supone uno de sus trabajos más inspirados en esta última etapa de su carrera discográfica. Y supone una excusa más que perfecta para volver a embarcarse en una futura gira que ojalá contemple paradas en nuestro país.