El Petit De Cal Eril – La Força (Bankrobber)

El Petit de Cal Eril ha vuelto este 2016 con su quinto trabajo La força, un disco de folk-rock psicodélico denso y espartano que emociona, sorprende y a veces incluso incomoda. Me explico: La Força no es un disco que entre fácilmente a la primera, se necesitan varias escuchas para adentrarse en el particular universo del cantautor catalán y empezar a captar su esencia, a entender el mensaje. La força se descubre poco a poco, sin prisa, hay que darles tiempo a las canciones para que se muestren en todo su esplendor, hay que abandonarse y dejarse envolver por la melancolía para disfrutar de la parca poética de sus letras. Y, aún así, hay que encontrar el momento justo, la situación adecuada para ir desvelando cada tema, descubrir los detalles, la instrumentación, los cambios de ritmo. La primera impresión es la de un disco bastante lineal, con un punto onírico que lo cubre todo de cierto misterio, de oscuridad, pero que tema a tema va destapando las pistas que nos iluminarán el resto del camino.

Joan Pons ha sido, ya desde su debut en 2009 con Per què es grillen les patates, un cantautor atípico. Huye de lo fácil, canta en catalán y no se acomoda. Cada uno de sus discos es, en cierto modo, un acto de valentía que trae nuevas sorpresas, nuevas caras de El Petit de Cal Eril. En este caso se ha alejado del folk optimista de su anterior trabajo La figura del buit (Bankrobber, 2013) para adentrarse en terrenos más pantanosos y guiarnos por paisajes evocadores e inquietantes arropados por melodías de rock intimista. Parece ser que para escribir los once temas del disco el cantautor se encerró en una cabaña en pleno invierno, acompañado solo por la niebla y los ruidos de la naturaleza, y quizás por eso el disco respira a campo, a ramas y piedras, pero al mismo tiempo te invade al escucharlo cierta sensación de claustrofobia.

La força debe concebirse como un todo, como una historia en la que cada canción es un capítulo que nos ayuda a entender mejor lo que llevamos escuchado y lo que nos queda por escuchar, es un proceso que requiere de la participación del oyente para sacarles todo el jugo a los temas, si no estás dispuesto te quedarás en una superficie distante y a veces un tanto repetitiva. Es un álbum que necesita de calma y tiempo pero una vez consigues adentrarte en él todo recobra un nuevo sentido bonito y delicado. Producido por Jordi Matas (Seward, Ferran Palau) y grabado en los estudios del propio Pons en Guissona (La Segarra), La força habla de la vida, del alma y el cuerpo, de la naturaleza y el hombre. Temas universales expresados de una manera muy particular, la de El Petit de Cal Eril, que reivindica una voz propia con el riesgo que eso conlleva, ser amado o detestado, no hay espacio para medias tintas en los trabajos de Joan Pons y La força no es una excepción, es un disco hecho con mucho mimo y a la vez austero, desnudo, verdadero, a veces difícil, a veces inspirador. Un viaje personal y arriesgado que se ha publicado en tres formatos –vinilo, disco compacto y casete- con pequeñas variaciones visuales para cada uno de ellos.

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