Enon + Polar + The Zephyrs + Camera Obscura – Sala Roxy (Valencia)

Tranquilo Niebla cumplían ocho años de trabajo y debían celebrarlo por todo lo alto, por ello reunieron en la Sala Roxy Club a Enon, Polar, The Zephyrs y a Camera Obscura, cuatro grupos que conformaron un cartel tan heterogéneo como impecable.

Con Enon comenzó este minifestival, la banda americana realizó un hilarante concierto de rock inusual y divertido. Les siguieron Polar, que iniciaron su actuación con un pequeño agradecimiento a Tranquilo Niebla. Los valencianos hacen gala de un magnífico directo en el que nada parece haber sido dejado al azar, su sonido es evocador y envolvente, y sobre las tablas resulta todavía más convincente (si cabe).

Los escoceses The Zephyrs subieron al escenario sin hacer ruido, tímidos y sonrientes, nos ofrecieron un concierto breve pero inolvidable, un directo cuyo tinte épico dejó boquiabierto a la mayoría del público.
La voz de Stuart Nicol transmite calma y sosiego, pero en la parsimonia de su sonido no cabe el aburrimiento, se trata sólo de sencillez y emoción.
La intensidad de su country-rock creció progresivamente, sin artificios y a cámara lenta, desplegando mayoritariamente los cortes de su último disco «When The Sky Comes Down On Your Head». La emocionante belleza de «Stargazer» se duplica en el escenario, y lo mismo ocurre con muchas otras de sus canciones.

Tras The Zephyrs, le tocó el turno al pop de Camera Obscura, que presentaban en Valencia su álbum de debut»Biggest Bluest Hi-Fi».
Los también escoceses tuvieron un concierto plagado de sobresaltos y pequeñas equivocaciones que no restaron ni un ápice de encanto a su actuación, provocando más aplausos que descontento entre el público.
Traceyanne Campbell, menuda y tímida, posee una preciosa voz idónea para ese frágil popfolk que practican.
Canciones como «Happy New Year», «Anti Western» o «Swimming Pool» depertaron cálidos aplausos entre un público ya convencido desde el principio.
Y si se trata de encontrar un adjetivo, nos quedamos con encantador, por varios motivos… por su evidente inexperiencia en los escenarios, por su pop de altura, por la voz de Traceyanne, por su talante amable o por sus melodías bailables y bellas.
En definitiva… una noche inolvidable como bien merecía Tranquilo Club.

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