DestacadaEntrevistas

Entrevistamos a Niña Coyote eta Chico Tornado

Niña Coyote eta Chico Tornado han lanzado su nuevo disco casi por sorpresa. Atea sigue a su aventura como Don Cóndor y Ñora Alacrán en la que reformulaban su incendiario discurso hacia territorios más psicodélicos, donde la cumbia marciana les llevaba hacia interesantes derroteros.

Atea ha sido grabado en los estudios Elkar de Donostia por Víctor Sánchez y masterizado por Víctor García en los Estudios Ultramarinos y marca un nuevo capítulo en el dúo de Donosti formado por Úrsula Strong (batería) y Koldo Soret (Guitarra y voz).

Aprovechamos su lanzamiento para hablar con Koldo sobre estas nuevas canciones y seguir animando al personal a acercarse a su gira de salas que comenzó la pasada primavera.

«Hagamos lo que hagamos, vamos a seguir sonando a nosotros»

Tras vuestra aventura anterior con Don Cóndor y Ñora Alacrán, ¿qué aprendizajes musicales o emocionales os habéis traído a “Atea”?

Don Condor y la ñora alacrán nos enseñaron que hagamos lo que hagamos, vamos a seguir sonando a nosotros. Fue un experimento muy liberador que nos ha ayudado a trabajar este disco desde una perspectiva más abierta en cuanto a estilos y sonidos.

 

El título “Atea” significa “puerta” en euskera y “negación de dioses” en castellano: ¿qué dualidad o paradoja buscabais transmitir con ese nombre?

Muchas veces buscamos palabras y conceptos con varios posibles significados o incluso con significado en diferentes idiomas (como en este caso) para nombrar nuestros discos y canciones. Nos sentimos identificados con el significado de atea en castellano y nos gustaba el concepto de puerta como lugar de paso hacia algo nuevo.

El disco se abre con “Trash”, todo un festín comprimido con invitados como Rodrigo Cuevas, Maika Makovski, las Bala y demás. Una especie de torre de Babel punk. ¿Cómo nació la idea del tema?

La letra surgió en inglés y la intención era hacerla en inglés y en euskara. Pero un día empezamos a probarla en castellano y también nos gustaba… Eso nos hizo preguntarnos cómo sonaría en otras lenguas y empezamos a preguntar a nuestras colegas que cómo se decía… Pero tenía todavía más sentido si cada una lo cantaba en su lengua, y así fuimos construyendo el tema con ese lujazo de colaboraciones.

Habéis trabajado con Víctor Sánchez en los estudios Elkar de Donostia buscando un sonido orgánico y analógico. ¿Cómo fue el proceso en el estudio?

Ha sido muy fácil trabajar con Víctor. Como otras veces llevábamos los temas bastante estructurados al llegar al estudio, pero siempre vamos abiertos a experimentar con sonidos y formas de grabar y en ese sentido su aportación ha sido muy interesante. Siempre abierto y dispuesto a probar casi cualquier disparate que se nos haya ocurrido.  Además, hemos reído mucho, que también es importante en cualquier proceso creativo.

¿Por qué cada vez más músicos recurrís al analógico? ¿Qué ventajas le veis?

Es una cuestión de sonido. Aunque supuestamente sea técnicamente un poco más complicado ha sido muy fácil con Víctor.

El resultado me parece quizá vuestro trabajo más contundente. Entiendo que totalmente premeditado…

Cada disco es un retrato de la banda en ese momento preciso.

 

¿Hubo riffs o estructuras musicales qué descartasteis por no encajar en el dúo guitarra?batería? ¿Cuál fue vuestro criterio principal para conservar un tema?

En este disco, como en los anteriores, el filtro principal para elegir qué temas conforman el disco es que disfrutemos al tocarla. Hay que tocar muchas veces los temas y después escucharlos otras tantas en el proceso de grabación, así que es importante que los temas te gusten.

“Ezer Esan” tiene quizá el tomo más melódico del disco, ¿os sentís cómodos en unos registros así?

Como he dicho antes nos hemos enfrentado a este disco sin prejuicios y con la mente muy abierta. Ezer esan es un precioso ejemplo de ello. Escuchamos mucha música diferente y hay veces que nos brotan cosas un poco más alejadas de nuestro territorio habitual.

“Bidea Elurpean” incluye colaboración con el bertsolari Jon Maia. ¿Por qué decidisteis sumar textos improvisados a ese tema y cómo influyó en su estructura?

En este caso no son versos improvisados. Le enviamos la canción con melodía y escribió la letra sobre ella. Los bertsolaris tiene un conocimiento muy grande del idioma y siempre es un placer escuchar y leer sus versos. Improvisados o no.

 

Hay un guiño a Ioritz Apaolaza en “Tziroi” cuya lectura al revés es su nombre. ¿Podéis contarnos más sobre ese tributo y la relación con él?

Ioritz Apaolaza era un gran amigo nuestro y colaborador de la banda que escribió varias letras además de ayudarnos de muchas otras maneras. Falleció cuando publicamos nuestro anterior álbum, pero teníamos claro que queríamos que colaborara de alguna manera en este disco también así que metimos su voz que nos manda un mensaje del revés.

¿Cómo se presenta la gira de otoño?

Este otoño volveremos a las salas, que es nuestro espacio natural. Nos encanta hacer canciones nuevas y grabarlas, pero al mismo tiempo creemos que el escenario es dónde se despliega nuestro verdadero potencial.

Próximos conciertos de Niña Coyote eta Chico Tornado

Orereta (22 de julio); Zarautz (11 de agosto); Azpeitia (20 de septiembre); Irún (27 de septiembre); Bilbao (23 de octubre); Burdeos (31 de octubre); Lleida (7 de noviembre); Castellón (8 de noviembre); Pamplona (20 de noviembre); otra más en su casa, Donostia (21 de noviembre); y Gasteiz (19 de diciembre).

Escucha ‘Atea’ de Niña Coyote eta Chico Tornado

 

WP-Backgrounds Lite by InoPlugs Web Design and Juwelier Schönmann 1010 Wien