Estrenamos ‘España es una casa con mil habitaciones’ de Conde
La canción del río el cuarto álbum de Conde, empieza con una muerte y una mudanza y acaba en un milagro.
Todas las obras artísticas, incluidos los discos nos cuentan algo sobre su creador pero éste, en concreto, nace de la necesidad del artista de relatar un año de su vida a través de 12 canciones que son 12 meses de un año, un año que comenzó con la muerte de su madre y con una mudanza a otra ciudad en el mismo lapso de tiempo, en apenas una semana. 12 meses que trajeron problemas de salud y más muerte, que sobrevoló como un ángel asesino sobre todos esos meses. Hubo pena y dolor, pero también momentos de felicidad y sanación y tiempo para las dudas y llanto y las noches negras, pero redención, también y sobre todo, hubo mucho amor, del que cura.
Estas 12 canciones nos acercan a la vida interior de Conde, una vida que los artistas, en su generosidad, dejan a la vista para que todos nosotros la sintamos en primera persona y podamos mirarla y tocarla a nuestro antojo.
En los textos de estos 12 temas nos vemos todos reflejados porque todas las vidas, de alguna manera, son la misma vida, todos lloramos y reímos; y todos soñamos. Alguien dijo: “Habla de tu barrio y hablarás del mundo”.
Musicalmente es ecléctico, como lo es la vida que esas canciones intentan reflejar, aunque se apoya principalmente en la electrónica, y esto tiene una explicación, aunque no la necesite. La explicación es que el álbum se grabó durante los meses de confinamiento y el artista tuvo que adaptarse a lo que tenía a mano, es decir, su ordenador, sus guitarras, sus teclados y los cacharros acumulados que tanto dificultan las mudanzas. El resultado es que todos los instrumentos están grabados por él, a excepción de la voz de Meike Schönhütte, su compañera.
El estado de ánimo de estas canciones es diverso, hay algunas tristes y otras alegres, oscuras y luminosas. Decir que son como la vida misma es una obviedad, pero en este caso es la expresión más acertada para describirlas, porque son así: estas canciones son su propia vida, al menos un año de ella.
Como decía Leonard Cohen: “La música es la vida emocional de la mayoría de la gente”.
En este caso es la propia vida del creador dispuesta en el escaparate y lista para ser consumida.
Tras «Agujas eléctricas» conocemos «España es una casa con mil habitaciones».