Los Punsetes (Sala La Trinchera) Málaga 07/02/2025
La noche anterior al concierto de Los Punsetes en La Trinchera, veía una entrevista con Jordi Évole en la que mencionaba la célebre “Opinión De Mierda” para referirse al fango que caracteriza a las redes sociales y al cuñadismo de bares y reuniones de “expertos” tan habitual en cualquier rincón de este nuestro bendito país. Y es que es algo de lo bien puede presumir orgullosa la banda madrileña: de haber radiografiado con tino y un punto necesario de mala hostia, a una sociedad a la deriva que se tambalea al son que marca una clase política paupérrima por un lado, además de haber logrado configurar un diario de a bordo de las relaciones (con uno mismo y con los demás) poniendo el dedo en la llaga y abrazando la vergüenza ajena y el ridículo que emana de ambas con dignidad. Ahí es nada.
La celebración de su veinte aniversario con el recopilatorio Que Le Den Por Culo A Tus Amigos (Sonido Muchacho, 2024), articulado a base de versiones de sus clásicos perpetradas por bandas amigas, resultó la excusa perfecta para dar rienda suelta a su arsenal de hits, ácidos e hipervitaminados, que redondean conciertos en los que no hay espacio para el descanso o la desconexión.
Precisamente fue “Opinión De Mierda” la que abrió el pase del viernes en tierras malagueñas, un feudo que siempre los recibe con calor y entusiasmo, y que llenó la sala La Trinchera tarareando cada uno de los derechazos a la mandíbula que salían de la boca de Ariadna: “Tu Puto Grupo”, “Mabuse”, “Madrid Me Ataca”, “Dos Policías”, “Me Gusta Que Me Pegues”, “Una Persona Sospechosa”, “¡Viva!”, “Vas Hablando Mal De Mí”, “Tus Amigos” o la recuperada, para mi regocijo, y algo maldita “155”. Y es que pocos como ellos a la hora de retratar con lucidez y pertinente sentido del humor dos décadas que dejan un legado generacional importante, el de una banda que ha funcionado y sigue haciéndolo como altavoz para transmitir un descontento que bascula entre lo colectivo y lo personal logrando arañar las entrañas en cualquiera de sus vertientes. Pocos como ellos a la hora de bañar con sonido rock y estribillos pop unos textos siempre trascendentes, que configuran un discurso que dignifica el papel de la música como recurso más que eficaz para conectar la experiencia vital con la necesidad de evitar normalizar lo que no está bien.
En menos de hora y media, ejecutaron con agradecida imperfección su interminable colección de singles que también calan al ralentí (“Arsenal De Excusas”, “Un Corte Limpio”) y que resisten el paso del tiempo resultando incluso más vigentes cuando el mismo acaba por dar la razón a su descarnada interpretación del caos. Eternos y necesarios, sus descargas son combustible con el que sobrellevar el sinsentido diario y así nos lo transmitieron una vez más en un concierto intenso y conciso. Que vuelvan pronto.
Foto Los Punsetes: José Megía