Mañana – Se Acabó la Rabia (Sello Salvaje)

¿Cuántas veces habéis leído que el disco más importante de una banda es el segundo? Pues eso. Seguramente yo mismo lo haya dicho en alguna ocasión. Milongas. El disco más importante de una banda siempre es el último.

Os hablarán de Se Acabó la Rabia como la confirmación de Mañana. Está en el manual del crítico musical: a poco que funcione, si el debut fue bueno, el segundo será la confirmación. Pues sí: este disco confirma que los sevillanos siguen haciendo música. Por lo demás, se trata de una música que, si bien comparte el mismo ADN primitivo, pasa por ser algo bastante diferente a A Ver Quién Llega Antes al Fin (2010).

Más pop y menos folk. Más melódico, menos campestre (por muchas flores que haya en el arte gráfico): la lorimeyersización del sonido de Mañana entra mejor con unas gotas de loveoflesbianismo. Basta escuchar el tema que abre el disco (“Vals de autoayuda”) para encontrar el epicentro de la ruptura con el primer disco: sintetizadores, mellotron y guitarras que suenan al fondo de la fotografía durante casi siete minutos. Sin embargo, la mejor prueba de todo lo dicho en este párrafo es “Desiste”, que además sale como single. Revelador. Para fans de John Boy.

Mucho más abrigados instrumentalmente hablando, son los medios tiempos los que dan lo mejor de Mañana. “Cenizas por errores”, “Unas copas de rencor” o “Buenas intenciones” eleva el nivel general de melancolía y los acerca más los fans de Cass McCombs. Sin embargo, para bien o para mal, son minoría; “Se acabó la rabia”, “La pena máxima” o “El vendaval” se unen al citado single y algún tema más para imponer su melodramático pop de elegantes remaches.

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