Nothink – Hidden State (Aloud Music)

Da gusto ver cómo una banda va quemando etapas y creciendo un poquito con cada disco.
Como mero espectador llevo siguiendo los pasos de Nothink desde sus comienzos discográficos: un primer disco prometedor (Bipolar Age, 2005), un segundo más que correcto (Spotlights, 2007) y ahora un tercero, Hidden State, extraordinario. No imagino cómo estarán en Aloud, porque no deben de caber en sí de orgullo; regaron unas semillas, cuidaron los primeros tallos y ahora, con el paso del tiempo, el árbol es robusto y da unos frutos que saben a gloria.

Han pasado más de tres años desde su segundo disco, y todas las noticias que nos llegaban acerca de Hidden State eran carnaza para nuestra impaciencia. Desde un blog creado a modo de bitácora de la grabación, los madrileños nos han ido contando todo lo que ocurría en los estudios Litho de Seattle, cuna del grunge y de Matt Bayles, que ya puede sumar el nombre de Nothink al de Pearl Jam, Isis, Minus The Bear o Blood Brothers. Así pues, los ingredientes eran de calidad, el cocinero, de prestigio, y la tarta tenía una pinta terrible. Pero faltaba probarla.

Y resulta que, una vez probada, la tarta es uno de los trabajos del año. Este disco no es de los que tienen la fecha de caducidad al lado del código de barras, este disco aguanta muchos envites. Y los aguanta porque tiene muy buenas canciones, es obvio, pero también porque cuenta a su favor con una baza enorme: un sonido único en este país. Sólo con eso y tres o cuatros temas resultones, Hidden State se sostendría sin problemas hoy en día. Pero uno no se cruza el charco para hacer un disco facilón.

Blas y compañía han hecho los deberes durante estos años, tanto en la práctica (ojo a la batería de Miguel) como en la teoría. El tracklist de Hidden State parece haber sido diseñado al milímetro: un comienzo brutal, con cinco temas llenos de vértigo y energía, que va derivando hacia un final sosegado y mucho más reflexivo. Un ciclo vital a lo largo del cual sufrimos en nuestras carnes la transición de la duda ante el final de una historia y la incertidumbre del nuevo día que aguarda, a la superación del pasado y la creencia de que la salida del sol puede significar el comienzo de algo nuevo.

Estilísticamente no vamos a descubrir ahora la pólvora con Nothink. Su rock son tubos de acero que salen disparados de los altavoces, y en Hidden State lo vuelven a demostrar con temas como su single («In a row»), «Walls of sound» o «Coleman fields», el mejor espécimen de punk-rock del momento. El trío también tira de épica aupado por unos riffs que se eternizan y batallan en el aire como Jordan contra Dominique Wilkins en el 88; «Melting sun», «Era» e «Innerzia», las dos últimas con inicios poderosos, dan una idea de hasta dónde puede llegar Nothink.

Sin embargo, también hay tiempo para composiciones desengrasantes («Wherever the river goes», «We live on») y, por supuesto, para un emotivo final disparado en tres partes: «My broken lady» (sobrecogedora la voz de Blas en formato seudo-acústico), «See you soon» (bonito piano de Nouela Johnston) y «Once you said», lección de vida de un padre a un hijo que rompe lazos.

Un disco del que habrá que echar mano a final de año. Seguro.

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