Queralt Lahoz (Sala Villanos) Madrid 02/12/23
La flamante ganadora del premio Music Moves Europe 2023, antes otorgado a Dua Lipa y a Rosalía, se marca un doble “sold-out” en la Sala Villanos del Jazz para celebrarlo por todo lo alto.
Yo, que soy más fan del Imperio Contrataca y de El Padrino II, acudo a la cita el segundo día, pues normalmente se suelen subsanar los posibles errores del primero y la banda está mejor engrasada.
Y con “grasa” de la buena es con lo que me encuentro según salen los músicos al escenario del taller de Queralt Lahoz. Un dj acelerando las bases, una teclista arreglando melodías y un batería haciendo de copiloto.
El público ya está caliente, pero cuando sale EL PILOTO, los rugidos del respetable superan al de los motores. Madrid ya tiene circuito en la Fórmula 1 y lo inaugura una catalana con raíces “granaínas”.
Eso es chulería y lo demás es tontería.
La Diosa Queralt aparece en escena con un chándal de gasa y táctel y con gafas de rock. En las primeras cuatro vueltas ya ha adelantado a Rosalía por la izquierda en cuatro categorías: flamenco, baile, vanguardia y arte. En las cuatro siguientes, se pone un vestido blanco y ceñido, y rebasa a La Mala en: flow, dicción, macarrismo y desparpajo.
Con tan solo ocho vueltas ya sabemos quién va a ser la campeona de esta carrera con permiso de la audiencia.
Y es que pocas artistas de nuestra madre patria se conducen tan locamente por géneros tan variopintos como el hip-hop, el flamenco, el r & b, la bachata o el technazo. Y mucho menos con el salero con el que lo hace esta bestia del escenario con nombre de deidad.
Andalucía y Cataluña. Pasión y vanguardia. La mezcla perfecta para superar a Verstappen.
U can do it IN THE MIX.
Da igual si maneja un Ferrari Testarrossa rojo como la sangre de los caídos en la guerra civil o un Chevy Camaro tan verde como las colinas de la Alpujarra. Ms. Lahoz te atraviesa el corazón en cada beat, en cada frase, en cada verso, en cada verdad que canta como Los Ángeles de la ciudad de sus ancestros.
El público es tan variopinto como su paleta musical. Como diría Julio Iglesias, “desde niñas a mujeres” pasando por hombres ya talluditos como un servidor que nos arrancamos a bailar y palmear como si fuéramos “hijos del Tomate”.
Esto no es FLAMENCO, es REVOLUCIÓN.
Tras una hora y media de histeria colectiva, la jefa se retira, pero antes de hacerlo, canta y baila un tema disparado desde el centro MOTOR del escenario junto a su banda.
Después del este mágico vendaval, uno no sabe cómo procesarlo, así que, directamente, me voy hacia la salida de la sala y solo me viene un nombre a la cabeza…
MC HAMMER.
Foto Queralt Lahoz: @inti.gajardo.g